VALENCIA. El Consell aprobó este viernes el proyecto de ley de presupuestos para 2014 en el que se recoge un incremento formal del 5,6%, hasta los 17.088 millones de euros. Esta cifra es, sin embargo, irreal, ya que recoge un nuevo sistema de contabilidad que incluye tanto en la partida de gastos como en la de ingresos los préstamos que vencen este próximo año y que la Generalitat refinanciará, lo que implica que no hay salida -ni entrada- de dinero en la caja.
Este nuevo sistema implica, para hacerse una idea, que al aplicar esta contabilidad al presupuesto vigente aprobado por Les Corts, en lugar de prever unos gastos (o ingresos, puesto que en la ley se cuadra ambas partidas aunque sea a martillazos) de 13.769 millones, estos se eleven hasta los 15.095 millones. No es que la Generalitat gaste esos casi dos mil millones más. Es un puero efecto contable.
Al final, lo que hay que tener en cuenta es el gasto real en los distintos capítulos. Y si bien es cierto que en número absolutos el presupuesto crece en algo menos de mil millones en la administración general (un poco menos en el consolidado, que incluye a las empresas públicas), la realidad es que, primero, los números no resisten una comparación razonable con el proyecto del año pasado, y segundo, más que aumentar, lo que hacen algunos capítulos es adaptarse a un realidad que estaba escondida en el cajón.
Este último caso es el de Sanidad. La consellería que dirige Manuel Llombart registra un incremento del 8,8% respecto al presupuesto aprobado para este año. ¿Significa eso que la Generalitat gastará más en Sanidad? Lo cierto es que no. Seguramente gastará menos, aunque eso no se podrá comprobar hasta que no se conozcan al detalle las cuentas.
Lo que ha hecho Moragues es incluir en las cuentas la realidad de los costes de la consellería para evirtar que ocurra lo que todos los años: que se acumulen facturas en el cajón por falta de consignación presupuestaria. Así, este año, por decirlo de alguna manera, el presupuesto de Sanidad sí que incluye el total del gasto real.
Por capítulos el incremento más relevante es el de personal, que sube casi un 2% al anularse el conocido como 'decreto Vela'. Por otro lado también crece el capítulo II, el de gastos de funcionamiento un 10%, aunque en este caso hay que vincularlo directamente a la conselleria de Sanidad por los motivos antes explicados.
COMPARATIVA IMPOSIBLE
Pero más allá de estos incrementos ligeros -y las caídas generalizadas en casi todas las consellerias y capítulos del presupuesto- lo cierto es que resulta difícilmente compatible un incremento presupuestario con la realidad de recortes a la que está obligada la Generalitat.
¿Por qué aparece entonces ese incremento del 6%? Porque la comparación se hace con un presupuesto que, primero, no incluía la realidad de los gastos (de nuevo el caso de Sanidad), porque suben ligeramente los gastos financieros (aunque gracias a la caída de la prima de riesgo menos de lo previsto) y, fundamentalmente porque el presupuesto del año 2013 se elaboró con la obligación de cumplir con un déficit del 0,7%.
Un presupuesto se elabora siempre cuadrando las partidas de ingresos y de gastos. Con un déficit máximo del 0,7% había que ajustar el gasto como fuera. Para el año próximo el límite es el 1%, con lo que ese ajuste es menor que el que tuvo que hacerse, de forma teórica, en la elaboración de las cuentas del año pasado.
Pero la realidad es más tozuda que esa teoría. El déficit máximo de este ejercicio al final se ha situado en el 1,6%, un objetivo que la Generalitat duda que pueda cumplir. Esto supone que, traducido en dinero, si el Gobierno valenciano se desvía hasta el 2%, el recorte mínimo que tendría que hacer para cumplir con el 1% en 2014 sería al menos de 1.000 millones de euros.
Es imposible compatibilizar un recorte de mil millones con un incremento del presupuesto como el presentado por Moragues. Y si bien hay un incremento previsto de la reacudación -que habrá que conocer al detalle cuando se presenten las cuentas a Les Corts- lo cierto es que comparar el presupuesto aprobado para este año en vigor y el del año que viene resulta una quimera.
El conseller tiene, en todo caso, un punto a favor: sus cuentas parecen más razonables este año que las que aprobó en su primer ejercicio. Un presupuesto que le llegó impuesto y sobre el que nada pudo hacer. El espíritu de inspector de Hacienda de Moragues se ha impuesto en la calle Palau.
Así que llevamos años acumulando facturas en el cajón porque las cosas se presupuestaban con toda la intención por debajo del coste real para poder despilfarrar en gastos suntuarios y no pasa nada, siguen los mismos. Así que cuando anuncian ahorros lo que hacen es guardar las facturas en los cajones.Y ahora pretenden que me crea que los presupuestos de ahora son los "buenos", y eso que pone detrás en la foto: "+ 5,6%, realistas, responsables y sociales". Y en febrero le han hecho tantas modificaciones al presupuesto que no lo conoce ni su madre y en marzo sacan un acuerdo de gobierno (secreto y sin foto) prohibiendo pagar salvo lo que ellos digan y en abril siguen sin saber lo que deben y así pasa otro año y otro.
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