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VALENCIA. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no tiene ganas de debatir sobre el estado de la ciudad. Así lo lleva demostrando durante los dos últimos años en los que se ha negado a intervenir, dejando la portavocía de su partido al vicealcalde Alfonso Grau. De hecho, desde 1994, este debate no se celebraba, hasta que finalmente la oposición decidió recuperarlo el año pasado.

"No es algo que les haga gracia", apuntan fuentes de la oposición, mientras aludían a que la alcaldesa se ha levantado en al menos dos ocasiones para salir de la sala mientras el resto de portavoces exponían sus propuestas. De hecho, se trata de un pleno extraordinario camuflado de debate a petición de la oposición, ya que en otras ciudades como Alicante o Castellón este acontemiento tiene entidad por sí sólo, no hay que demandarlo.

Sin embargo, Barberá no se puede negar a realizar este pleno extraordinario ya que la oposición tiene derecho a demandar dos al año. En este caso, ya se realizó uno al margen del debate, referido al caso de corrupción de Emarsa. El año pasado, los tiempos coincidieron para que el debate se realizara un viernes dos de noviembre de 2012, una fecha que algunos opinan que fue escogida con el fin de camuflarlo.

La alcaldesa, quien debía moderar el debate por presidir el pleno, cedió en varias ocasiones el mando a Miquel Domínguez para que fuera el guía de las intervenciones. La oposicion también se ha manifestado en contra de que Barberá no parara de mirar el móvil y la prensa durante el resto de intervenciones en las que sí estaba presente en la sala. Salidad y despistes en un pleno extraordinario que tan sólo ha durado 75 minutos.

LAS RECLAMACIONES DE LA OPOSICIÓN

Los grupos de la oposicón incidieron en la falta de inversiones en la capital, especialmente a través de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y en proyectos como El Parque Central, El Cabanyal o la línea de metro T-2, y el aumento de la suciedad en las calles.

También advirtieron del número de parados, por encima de los 100.000, y han reclamado políticas reales en este sentido, además de rechazar la liberalización de horarios comerciales por favorecer a las grandes superficies y de censurar la "falta de participación" en asuntos como el Plan Especial de la Marina Real o el Plan de Movilidad.

El primer portavoz en hablar, el de EU, Amadeu Sanchis, explicó que Valencia parece una ciudad en vías de subdesarrollo y advirtió del aumento del desempleo, de la deuda municipal, de la falta de inversiones reales a través de los PGE. También reprochó los recortes en política social, el descenso de viajeros en la Empresa Municipal de Transportes y los graves problemas en la limpieza de la ciudad.

El portavoz de Compromís, Joan Ribó, destacó que el modelo de ciudad de grandes eventos de la alcaldesa "se ha acabado" y rechazó que gobierne alejada de la ciudad. También subrayó el endeudamiento municipal y pidió al PP que sea reivindicativo con el Gobierno, y censuró que no haya habido participación en el Plan de la Marina y que se haya adjudicado "a dedo".

El portavoz del PSPV, Joan Calabuig, pidió cambiar el rumbo la ciudad y advirtió del número de parados y de la pérdida de habitantes, tras lo que aludió al endeudamiento y la falta de inversiones. También denunció el "incremento de la suciedad" en las calles e instó a reactivar la economía, el empleo y el pequeño comercio, además de censurar la falta de participación en la Marina.