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VALENCIA. El president de la Generalitat, Alberto Fabra, ha lanzado un velado mensaje a sus propias tropas, mayorias en el acto de adhesión al acuerdo por la Comunitat Valenciana, al asegurar que la forma de hacer política que habían utilizado hasta ahora "ya no sirven". "Hay que asumir los errores del pasado y rectificar", dijo Fabra.
Una frase que fue interpretada como un intento de romper con 'el viejo PP', una definición que ha hecho cierta fortuna en la última semana y que se ha impulsado desde la propia Presidencia de la Generalitat Valenciana, especialmente para diferenciar a los actuales inquilinos del Consell respecto a los anteriores, afectados muchos de ellos por casos de corrupción.
Fabra, en su discurso ante los asistentes al acto hizo un llamamiento a sumarse al "gran acuerdo" y al pacto "liderado por los que gobiernan la historia, los ciudadanos", y ha asegurado que este acuerdo "de futuro" marca "un hito en la historia" de la Comunitat Valenciana.
"Hoy acordamos implicarnos todos en un proyecto común de futuro: avanzar en el bienestar y la prosperidad de la sociedad valenciana", ha dicho Fabra, quien ha asegurado que "solo desde la unión" se puede garantizar "un futuro de prosperidad" y que este acuerdo está "por encima de cualquier sigla" y "no excluye a nadie".
La Comunitat Valenciana "que queremos luchará siempre por lo que le corresponde": por recibir el agua que es de todos, por ejecutar el Corredor Mediterráneo, por recibir inversiones "adecuadas" del Estado, por cambiar el modelo de financiación, cuidar de los más desfavorecidos y hacer del empleo instrumento de bienestar, ha dicho.
"Este es un acuerdo de todos y para todos", ha aseverado el president, quien ha asegurado que "en la suma de esfuerzos reside la fuerza", y que no hay que centrarse en las diferencias, sino en las "múltiples cosas que nos unen e identifican".
El acuerdo enumera seis compromisos de los firmantes, como la defensa de una asignación "equitativa y justa" de los recursos económicos para la Comunitat Valenciana; el apoyo a los sectores productivos y económicos; dar prioridad a las políticas solidarias y fijar el marco "óptimo" para que las empresas creen empleo.
Otros compromisos son consolidar una red de vertebración territorial, a través de las infraestructuras hídricas y de transporte necesarias, como el Corredor Mediterráneo, y promover acciones que refuercen la imagen y defiendan los intereses comunes de la Comunitat.
En el acto también ha intervenido la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien ha señalado que responde "con la cabeza fría, pero con pasión" a la firma de este "renovado compromiso ético" y de esta "llamada a la responsabilidad individual y colectiva" en la defensa de las señas de identidad y de los intereses comunes del pueblo valenciano.
Esta firma supone, según Barberá, un compromiso para "huir de antiguos errores" y "salvaguardar la unidad sin fisuras de la sociedad valenciana", así como un llamamiento para que todos estén "a la altura de la enormidad del reto".
Un pacto de la sociedad civil, como su nombre indica, ha de ser un texto consensuado desde la sociedad civil (de abajo a arriba). No un texto de autobombo impuesto unilateralmente desde algún despacho de los edificios de la actual Presidencia de la Generalitat (de arriba a abajo). El problema es que nuestro sistema político ha triturado, y tritura, cualquier atisbo de sociedad civil real. No interesa compartir el poder. .
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