MADRID. Hasta ahora no habíamos visto en España a muchos políticos hacer carrera a partir de un vídeo viral. Beatriz Talegón si no ha sido la primera, ha sido el caso más notorio. Acusó a los miembros de la Internacional Socialista reunidos en Cascais de hacerlo en un hotel de cinco estrellas y de acudir en coches de lujo. Dijo que el capitalismo estaba dando zarpazos donde antes "estaba acariciando" a la población de los países desarrollados. Algo que ya le pasaba a los ciudadanos de África, América y Asia, y reclamaba que ellos podían aportar la solución a lo que estaba ocurriendo en Europa. Era febrero de 2013.
Estas declaraciones le sirvieron para pasearse por las televisiones, al Programa de Ana Rosa pocos días después, y diera entrevistas en la prensa. En El País, el 15 de ese mismo mes, dejó el titular "Jamás he viajado en primera clase, por principios". Se quejó de las zancadillas que se ponían dentro del partido. Lo comprobó, por lo visto, como concejal de Cabanillas del Campo, tuvo que dimitir y la experiencia le hizo querer dejarlo todo. No obstante, terminó en Viena como secretaria de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas. Ya antes había trabajado en un McDonald´s, por lo que no se consideraba una ‘apparatchik' que hace de los carguitos su modo de ganarse la vida.
Al día siguiente, 16 de febrero, acudía a una manifestación en contra de los desahucios, en Madrid. Los asistentes la abuchearon y tuvo que salir escoltada. La acompañaba el exministro Juan Fernándo López Aguilar. Les gritaban "¡Culpables, culpables!". Talegón terminó llorando, así fue fotografiada, y dejó otro titular "¿Por qué hacéis esto? Yo sólo he sido coherente".
Por este motivo, en El Gran Debate de Telecinco se enfrentó con Ada Colau, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Allí se desató y dijo que su discurso en la reunión de la Internacional "había desbancado al Papa" y "sólo le faltaba salir en la caja de los Crispis", que todo "se había salido de madre", pero que su mensaje "había ilusionado a la gente". De modo que, sentenció: "No puede ser que yo tenga que salir [de la manifestación] llorando, rodeada de la Policía Nacional".
Consideraba que por este hecho, había sido amedrentada "por violentos" y acusó a Colau de defender a los que le habían partido la cara, en una especie de sentido figurado más oportunista que oportuno, y no entendía cómo podían sentirse con derecho a agredirla "verbalmente". "Hay que respetar a la gente buena", concluyó ante los aplausos del público de ese programa, lo que le había ocurrido allí, siguió, no era una anécdota, era "reprobable". Habían intentado destruir su imagen.
El 1 de mayo ya se postuló para las primarias del PSOE. El día 7, atacó al 15M: "Hay quien plantea que detrás de todo esto puede incluso que esté la derecha". En septiembre, firmó un documento junto a Miguel Ángel Moratinos y Odón Elorza para acelerar el proceso de primarias en el partido. Ahora, en octubre, ha aparecido su libro ‘No nos avergoncéis', en ediciones Destino, colección Imago Mundi, que también ha publicado ¡Si se puede! de Ada Colau o las obras del famoso Hessel de los indignados.
El libro se divide en dos partes, una especie de balance histórico de treinta y cinco años de democracia, en 148 páginas, y los pasos esenciales para lograr el cambio, 20 páginas. En la parte histórica tenemos un repaso a los acontecimientos más importantes de este país desde un punto de vista canónico sin interpretaciones novedosas u originales. La nota de color la pone que el texto se apoya en las canciones del momento. Aparecen Mecano, Amistades Peligrosas, los Refrescos, Celtas Cortos, Sabina... Y también Espinete, los Electroduendes... Está concebido como un guión televisivo.
Si hubiera que situarla políticamente, sobre la Transición dice que hoy se oyen críticas al proceso, pero que si se oyen es gracias a ella. Es decir, en sus palabras, que "a veces es demasiado fácil acostumbrarse y considerar normal lo cotidiano, sin advertir que puede tratarse del bien más preciado y el que más necesita ser cuidado". Pero se considera republicana, dice que nuestra sociedad ya está madura para dar ese paso y que el agradecimiento que le debemos al rey por la transición y el papel jugado en el 23-F "no debe perpetuarse en la línea hereditaria".
Luego comenta que cuando el Dioni robó el furgón y a todo el mundo le pareció muy bien, no era más que indicativo de la falta de ética de nuestra sociedad que se manifestó poco después a los más altos niveles con todos los casos de corrupción. En esas fechas, cuando ella hizo la comunión, los niños mayores le decían que ellos no tuvieron el nivel de los regalos que tenía su generación. Más adelante, vio como muchos compañeros dejaban los libros para irse a la obra y luego, cuando se iban de copas, mostraban poderío.
En este sentido, hace hincapié en las palabras de la campaña de Almunia "once personas nombradas por Aznar manejan dos de cada tres acciones en Bolsa" y en el spot de Izquierda Unida en el que aparecía una familia cuyas pertenencias eran en realidad propiedad del banco. La precariedad laboral en España, señala, era un 30% mayor que en el resto de Europa.
Se sumó a la campaña de Zapatero de "los de la ceja" y recuerda "con cariño" la pega de carteles. Sostiene que nombrar a Carme Chacón ministra de Defensa cuando estaba embarazada era "un gesto evidente de compromiso por la paz". Del 15M ya no dice que sirvió para que ganara la derecha ni que ésta estuviera detrás, opina que marcó "un antes y un después" y cuenta algo un tanto críptico: "todos hemos aprendido mucho de la participación en las asambleas, y sin duda ese aprendizaje se ha trasladado a los lugares donde hemos ido después".
Entonces luego llegan las propuestas para cambiar la situación. El lenguaje político moderno lo inunda todo. "Comprometernos con los jóvenes", "humanizar la política a través de la ética", "política fundamentada en el conocimiento, no en las estrategias"... Y después aparece el programa político: elección de las candidaturas de los partidos con primarias sin delegados, un militante, un voto. Limitación de mandatos y expulsión de las listas electorales de los imputados por corrupción...
También lleva como medida que sea obligatorio contestar en las ruedas de prensa. Más referéndums. Hasta para enviar tropas al extranjero. Eliminar los ‘sueldos vitalicios'. Crear una banca ética de carácter público. Tasa Tobin. Combatir la impunidad de los paraísos fiscales. Renta básica para la ciudadanía, el famoso sueldo por ser españoles, que según ella "no es un subsidio, es un derecho".
Lo más singular es la creación de un Observatorio de la corrupción para combatirla y, por supuesto, más penas de cárcel. Es preocupante que en este país todo se pretenda solucionar con mayores penas de cárcel. ¿Serán iguales entonces las condenas por robar que por matar? ¿Hay que duplicar las de asesinato? ¿Por qué no dejamos que Ana Rosa Quintana decida cuánto tiene que estar alguien en prisión y punto?
Hubiera sido muy interesante que Talegón hubiese escrito un libro sobre su experiencia en las Juventudes Socialistas europeas, si va a alguna parte esa organización, qué trabas les han puesto, etcétera. Es una muestra de respeto por las personas que pagan 12,90 euros por un libro aportarles algo. Este compendio de ideas ajenas, fantásticas y algunas veces contradictorias a lo que recuerda es a los programas electorales. Eso que te meten en el buzón o puedes descargar de la web del partido en pdf. Esos que son gratis y no lee ni dios.
FICHA TÉCNICA
Autor: BEATRIZ TALEGÓN
Editorial: DESTINO
Año de edición: 2013
Páginas: 172
Precio: 12,9 €
La mandaba junto con Pablo Iglesias a una isla llena de zombies. Creo que es la próxima pena máxima que va a poner Ana Rosa para la existencia de estos zoom politikones.
Si el libro dedicara 20 páginas a un somero repaso a los treinta y cinco años de democracia y ciento cuarenta y ocho a bosquejar el futuro a lo mejor le encontraba más "mojo". Gracias por el artículo
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