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VALENCIA. El barrio de Russafa, uno de los más carismáticos y más de moda de la ciudad de Valencia, está viviendo una profunda reestructuración de sus infraestructuras. El Ayuntamiento de Valencia puso en marcha todo el plan de restauración de viales, aceras, sustitución de farolas... Una intervención en la que hay que tener en cuenta numerosas variables para diseñar la nueva cara del barrio. 

Una de ellas es el arbolado. En las calles del histórico barrio se han talado algunos árboles y se han habilitado espacios para plantar nuevos. Para escoger cuáles son las variedades más adecuadas para cada calle el consistorio ha contado con el asesoramiento de Daia Arquitectes. En un documento de esta empresa se especifica qué tipo de árbol es el más adecuado para cada calle, dependiendo de lo ancho de la calzada o de las aceras, de si su hoja es perenne o caduca, si florece o no o si sus frutos son molestos y ensucian.

Todas estas consideraciones se tienen en cuenta en cada calle. Pero en la calle Sueca hay una más. "Se eligen naranjos por dos cuestiones: el ancho de la acera no permite árboles de gran porte y, la fundamental, por la iluminación de las fallas. Se requieren árboles de pequeño porte y que asuman podas intensivas casa año como los ficus o los naranjos".

Y es que cada mes de marzo cuando se instala la espectacular iluminación que llena de bombillas la calle Sueca es necesario colocar una importante estructura de madera que soporte las luminarias para lo que hay que podar los árboles de forma dramática.

Si la especie de árbol que se plantase en esa calle no soportase ese recorte a lo bestia que se realiza para colocar las luces, posiblemente acabase muriendo. Así pues, Daia Arquitectes mantiene la propuesta del ayuntamiento y se decide por un "naranjo de plantón andaluz, de mayor porte y calibre adecuado". 

La tradición fallera de determinadas calles y barrios de Valencia ha condicionado en parte las reformas urbanísticas, ya que en algunos casos ha sido necesario tener en cuenta que una semana al año los monumentos toman el asfalto para no colocar árboles o farolas que impidan la plantà. Pero que condicionen qué especie se puede plantar es un hecho que supera incluso la previsión más lúcida.