Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Economía incumple con Unión Gremial el criterio que aplicó para excluir a Anged del Observatorio
• El 'problema valenciano' se cuela en Madrid
• A quién le sube y a quién le baja los impuestos Joan Ribó

VALENCIA. Los consellers que se han trasladado a la Ciutat Administrativa 9 d'Octubre, ubicada en la antigua cárcel modelo de Valencia, no podrán colgar obras de arte en sus despachos. Los techos bajos de las nuevas instalaciones no dejan espacio para la decoración personalizada, algo que era tradicional en algunas consellerias.

Es el caso de la de Economía e Industria, que dejó hace unas semanas su sede tradicional en el noble edificio de la calle Colón de Valencia. Los cuadros que decoraban el despacho de Máximo Buch han vuelto al Ivam, museo que ha prestado sus obras a varios consellers. En esta última etapa una de las 'marilyn' del pintor valenciano Antonio de Felipe -uno de los favoritos de la directora del Ivam, Consuelo Císcar- ocupaba una de las paredes.

Con la mudanza este cuadro no ha viajado con las pertenencias de Buch a la nueva sede. Fuentes de la Generalitat consultadas por este periódico apuntan que además de las nuevas dimensiones de los despachos, frente a los amplios salones de edificos señoriales, al tratarse de nuevas instalaciones es necesario que, de forma previa a colgar una obra de arte, los técnicos del museo certifiquen que las condiciones de conservación serán las adecuadas. 

Quien de momento se queda, entre otros, con su magnífico crónica del Guerrero del Antifaz sobre el Guernica es el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, que no tiene que mudarse al nuevo centro de operaciones de la Generalitat. Al tratarse de un palacete -el del Almirante- protegido no se puede vender, como ha ocurrido con Colón, 32, con lo que el que se considera como el mejor despacho de toda la Generalitat seguirá luciendo obras de arte de los museos valencianos en sus paredes.