VALENCIA (EP/VP). Los vecinos de Peñíscola se han sumado hoy a las movilizaciones de rechazo contra el Proyecto Castor, tras una semana en la que los movimientos sísmicos han provocado intranquilidad en las poblaciones del norte de la provincia de Castellón.
En el Ayuntamiento, situado en el casco antiguo de la localidad costera de Peñíscola, cientos de vecinos han exclamado "no al Castor, no a la inyección", respaldados por el alcalde del municipio Andrés Martínez y la corporación municipal.
El alcalde ha asegurado que Peñíscola ha salido a decir "no al Castor" un proyecto que "ya dijimos en su día que no era nada interesante para nuestra zona, que no le aporta riqueza ni mucho menos".
Martínez ha afirmado que para una localidad que vive del Turismo una situación como la actual es perjudicial y los hosteleros de la zona, ha explicado, ya han mostrado su preocupación por el perjuicio que esto pueda tener sobre la ocupación.
"No podemos tolerar que todo por lo que hemos trabajado se vaya" por los problemas "ocasionados por una empresa", ha apostillado.
Ayer los vecinos de Benicarló se manifestaron también frente a su ayuntamiento para pedir el cierre definitivo de la planta, igual que hicieron el pasado jueves los habitantes de Vinaròs.
Desde el pasado 13 de septiembre se han producido en el Golfo de Valencia, en el entorno del Proyecto Castor más de 400 seísmos, en su mayoría de baja intensidad, que podrían estar provocados, según apuntan los expertos, a la extracción de gas que se hace en la planta.
Sin embargo, estos temblores han aumentado esta semana, cuando se registró un seísmo de magnitud 4,2 en la escala de Richter, uno de 3,9 y dos de 4,1 grados que fueron percibidos por la población.
La intranquilidad en la zona ha aumentado y asociaciones y vecinos piden el desmantelamiento de la planta.
En Peñíscola no se han sentido con tanta claridad los temblores como en Vinaròs, frente a cuya costa está la planta de gas.
Sin embargo los vecinos han acudido a protestar, y tal y como ha manifestado el consistorio en un comunicado que han leído durante la concentración "nos unimos a nuestros vecinos para decir alto y claro: no al Castor".
Luna y Teresa, dos amigas de 15 años, han acudido a la protesta y han explicado a EFE que en el instituto su profesor de biología les ha estado hablando del fenómeno geológico que se está produciendo frente a la costa.
"No queremos que le pase nada a Peñíscola, es nuestro pueblo y un terremoto destruiría el patrimonio", señala Luna.
María Jesús es una jubilada que muestra su intranquilidad y ha afirmado que "no puedo dormir muy bien desde la madrugada del día 3, porque me acababa de acostar y noté cómo vibraba la cama".
Varios turistas curiosos se han acercado al escuchar los pitos y los ruidos de las cacerolas que golpeaba la gente, y tras averiguar el motivo de la protesta han mostrado su sorpresa de que en un lugar tan turístico se permitiera construir una planta de estas características.
Clemont y Bianca son un matrimonio francés que están pasando 10 días en Peñíscola y han explicado a EFE que no tenían conocimiento de los temblores, pero han afirmado que si continúan "tendrán consecuencias en las reservas hoteleras desde el extranjero".
Las movilizaciones continúan mañana en Alcanar, ya que la Plataforma en defensa de las Tierras del Sénia ha convocado una concentración a las 12.00 horas en las Casas de Alcanar.
El lunes las autoridades de la Generalitat mantendrán una reunión en el Ministerio de Industria para hacer un seguimiento de los informes que se están elaborando sobre las causas del aumento de la actividad sísmica.
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