VALENCIA. "Estoy sufriendo un acoso por parte de la izquierda marxista". El presidente de Les Corts, Juan Cotino, se despachó de esta forma este jueves en los pasillos del parlamento valenciano para defenderse de las acusaciones sobre el presunto trato de favor que recibió su empresa familiar, Sedesa, por parte de la Generalitat. El veterano político podría haber utilizado otra expresión como "conspiración judeo-masónica", pero tal vez hubiera herido la sensibilidad de judíos y masones. Y eso, hoy en día, es políticamente incorrecto.
Cotino compareció ante los periodistas un día después de que en Les Corts se debatiese la apertura de una comisión de investigación sobre las adjudicaciones a Sedesa y otra sobre el accidente del metro. En ambas, el exconseller es protagonista por distintas razones, y ambas fueron rechazadas por el Partido Popular, que tiene la mayoría. En el debate del miércoles, Cotino estuvo ausente. Pero a su regreso a la cámara, se despachó.
Y lo hizo con un lenguaje rancio y casposo -¿queda algún marxista incluso entre las filas de los más irredentos comunistas que se integran en Esquerra Unida?- que opta por la descalificación del adversario político en lugar de dar explicaciones. Porque aunque Cotino considera que ya se ha explicado suficientemente asegurando que vendió su participación en Sedesa, lo cierto es que la empresa de su familia fue generosamente tratada por la Generalitat durante años.
Pero lo que llama la atención de su airada reacción este jueves es esa forma de dirigirse al adversario político. Si la forma -"izquierda marxista"- ya resulta chocante, el fondo lo es más. Porque recuerda en exceso al "que vienen los rojos". Los demonios del "tripartito ruina" -brillante hallazgo de algún avezado cachorro popular en las redes sociales- se le aparecen al pío presidente de Les Corts, como hace una semana también se le aparecieron a la alcaldesa Rita Barberá.
Rojos, comunistas, nacionalistas... Gente de mal vivir, en definitiva, que solo quieren el poder para hacer el mal. Al menos eso parece desprenderse de los mensajes en blanco y negro de algunos políticos conservadores que hacen del adversario político el enemigo. Y así, resulta difícil abstraerse a la sensación de que si en 2015 el PP gana las elecciones un rejuvenecido Juan Cotino comparezca ante los suyos para anunciar jubilioso: "Cautivo y desarmado, el tripartito ruina..."
Cada vegada més es mostren com són. S'estan llevant les caretes. De totes maneres, la demonització i estos capítols que ens recorda a la paranoia franquista, aniran en augment a mida que s'acosten les eleccions municipals i autonòmiques...
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