VALENCIA. La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) ha puesto en cuestión el 'modelo Alzira' por permitir a los gestores privados de hospitales públicos en la Comunitat Valenciana realizar servicios privados en éstos. Así lo ha recogido el organismo en el Informe sobre la aplicación de la 'Guía de contratación y competencia a los procesos de licitación para la provisión de la sanidad pública en España', en el que se alude a la distorsión de precios frente a otras empresas privadas del sector.
"En el sector sanitario, dadas las elevadas inversiones que se deben llevar a cabo en infraestructuras y en equipos, el acceso a éstos a través de la prestación de un servicio público puede generar importantes distorsiones en los procesos competitivos" recoge el informe. Además, añade que si el gestor de un servicio sanitario puede utilizar el equipamiento para servicios propios, ello puede otorgarle una fuerte ventaja frente a sus rivales.
Competencia apunta a que esta clase de previsiones no se contemplan en los procesos de externalización de la Comunitat Valenciana, lo que puede otorgar a los gestores de las áreas de salud externalizadas una ventaja competitiva en la asistencia sanitaria privada. De hecho, hacen referencia como ejemplo contrario a los pliegos de los hospitales madrileños, ya que que prohiben la prestación de servicios de carácter privado, excepto para los casos de asistencia urgente.
En la Comunitat Valenciana, los hospitales públicos que han externalizado la gestión integral son cinco. El Hospital de La Ribera se encuentra participado en un 45% por Ribera Salud, en un 51% por Adeslas, un 2% por Lubasa y un 2% por Dragados. El de Torrevieja está participado en un 65% por Ribera Salud y en un 35% por Asisa. En el Hospital de Denia, Ribera Salud tiene un 35% mientras que DKV tiene un 65%. En el caso del Hospital de Manises, Ribera Salud es accionista de un 40% mientras que Sanitas tiene un 60%. En el Hospital de Vinalopó, Ribera Salud tiene un 60% mientas que Asisa tiene un 40%.
Observando los porcentajes, la empresa Ribera Salud es la más beneficiada de esta asistencia privada en hospitales públicos. Es curioso que en 2003, la concesionaria no pudiera a hacer frente a la explotación del Hospital de La Ribera, por lo que la Generalitat anuló la adjudicación e indemnizó a la compañía. Además, la Generalitat abrió un nuevo concurso en el que se aumentaba un 68% las cantidades pagadas por la explotación del hospital y adjudicó el hospital a la misma UTE. Sin embargo, se benefician de las instalaciones para su actividad.
LA EXTERNALIZACIÓN VALENCIANA 'DISCRIMINA' EMPRESARIALMENTE
Según la CNC, la externalización de la gestión de la sanidad pública en la Comunitat Valenciana discrimina empresarialmente dependiendo del tipo de empresa que se presente para las concesiones. Compentencia critica que los requisitos previstos en los pliegos para asegurar la solvencia técnica de la empresa que se vaya a quedar la gestión difiere en función del tipo de licitador.
En el caso de que éste opere principalmente como prestador de servicios sanitarios, los requisitos son mucho mayores ya que en los hospitales de Manises y Denia exigen acreditar las actividades que se llevan a cabo en ese ámbito, mientras que en los pliegos de Torrevieja y La Ribera se exige al licitador poseer un hospital de similares características al que es objeto de licitación.
En cambio, si el licitador opera principalmente en el sector de seguros de asistencia sanitaria, en todos los casos se establece como único requisito aportar un informe de la Dirección General de Seguros sobre la suficiencia del margen de solvencia y fondos propios para el volumen de contratación esperado. Esto explicaría que Ribera Salud tuviera accionariado en tantos hospitales mientras que las aseguradoras que lideran proyectos de gestión privada en hospitales públicos es mucho más variada.
UN PARTICIPACIÓN "ALARMANTEMENTE" REDUCIDA DE EMPRESAS
Competencia apunta en el informe a que los procesos de externalización de la gestión sanitaria llevadas a cabo por las comunidades autónomas han registrado una participación "alarmantamente" reducida de empresas, ya que en la mayoría de procesos analizados sólo se presentó un candidato.
No obstante, explica que algunas causas de este fenómeno puede ser que los requisitos de participación en las licitaciones sean muy restrictivos, que los potenciales licitadores perciban un riesgo excesivo en los ingresos y los gastos futuros asociados a la gestión del centro. A pesar de todo, recalca que cuando el número de licitadores es bajo, es muy posible que no se estén aprovechando los potenciales beneficiosos de la competencia.
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