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VIDA DESPUÉS DE LA POLÍTICA

"Las empresas ya no le quieren, señor exconseller"

A. MOHORTE. 28/09/2013 La crisis ha reducido a la anécdota las incorporaciones de altos cargos de la Generalitat a las empresas privadas. Su agenda es lo más valorado, pero no en todos los casos hay compañías que actualmente le vean visos de rentabilidad al fichaje

VALENCIA. El fichaje del exministro de Trabajo Juan Carlos Aparicio como consejero de Indra ha vuelto a poner sobre la mesa los tránsitos de la política a las grandes compañía. Aunque hay antecedentes destacados, como los de los expresidente del Gobierno José María Aznar y Felipe González, bajando al ámbito autonómico valenciano, la nómina es más corta y también se ha visto afectada por la crisis.

De los últimos gobiernos de la Generalitat, los saltos a las grandes empresas son pocos y se limitan a presidentes, vicepresidentes y técnicos en cargos muy concretos y no a consellers y miembros del segundo escalón, como también ocurría en el pasado. Este ha sido el caso de Vicente Rambla, que se incorporó el pasado año al despacho Cuatrecasas, pese a seguir siendo diputado en Les Corts Valencianes, después de estar al frente de las consellerias de Economía, Sanidad e Industria y alcanzar la vicepresidencia del Consell entre 2007 y 2011.

También su antecesor en el cargo, Víctor Campos, que dimitió en 2007, a los tres años de alcanzar el cargo,  asumió el puesto de consejero, en su caso en Aguas de Valencia, ocupación que conserva en la actualidad. Ya en 2010 entró también en el consejo de la constructora Romymar, pero solo se mantuvo año y medio, dejando la compañía antes de que presentase concurso de acreedores y entrara en liquidación.

LA AGENDA COMO VALOR A CORTO PLAZO

Vicente RamblaPara algunos expertos, "el político aporta a la empresa un conocimiento sociopolítico a largo plazo que beneficia al plan estratégico de la empresa, al igual que su capacidad de debate, desarrollada en su posición política", apuntan desde la Universidad Europea de Valencia su directora de postgrado, Rosa Sanchidrián, y la profesora Pilar Gómez Acebo.

Sin embargo, Andrés Mínguez, experto en Recursos Humanos y profesor de la escuela de negocios ESIC, considera que "un político vale, lo que dura su agenda". Por ese motivo, en el momento que la empresa le ha sacado "todo el partido" al cabo de dos o tres años, prescinde de él. Aunque, siempre hay excepciones.

Por ejemplo, Mínguez señala el caso de Eduardo Zaplana que, además de contribuir como alto cargo de Telefónica con los contactos y la experiencia como ministro de Trabajo y expresidente de la Generalitat, se ha ido adaptando para ofrecer rentabilidad a la empresa, como muestra su continuidad después de cinco años, ahora como adjunto a la secretaria general técnica a la presidencia.

PROBLEMAS JUDICIALES Y DE REPUTACIÓN

En principio, los expertos coinciden en que el aspirante debe estar "limpio", tanto de acusaciones de corrupción como de otros aspectos que afecten a su reputación. Sin embargo, no han pesado en contra de Vicente Rambla y Víctor Campos el hecho de haber estado inmersos en causas judiciales.

Victor CamposDe hecho, Campos llegó a declararse culpable de cohecho impropio para evitar sentarse en el banquillo por el llamado caso 'de los Trajes', que terminó absolviendo al expresidente Francisco Camps y al diputado Ricardo Costa. Respecto a la imagen pública, en una situación controvertida estaría Rodrigo Rato, que tras salir de Bankia con la intervención de la entidad, ha vuelto a ser llamado por el Santander para incorporarse a su equipo como asesor internacional.

En todo caso, el elegido tiene que tener algo que compense el riesgo, como una perspectiva preeminente en el territorio regional, nacional o global, como ocurre con Rato por su condición de exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), según Mínguez; o de los entresijos del ecosistema específico de la empresa, como ocurre con Campos en Aguas de Valencia.

MÁS EMPRESA PÚBLICA QUE PRIVADA

Volviendo a los últimos movimientos en el panorama valencianos, lo más habitual es que el cambio se haga a empresas públicas más que privadas. Así, Enrique Verdeguer dejó la conselleria de Economía hace año y medio para presidir la empresa pública Adif hasta el pasado mes de febrero, y un poco más abajo en el escalafón también han hecho este viaje diversos miembros de la 'guardia de corps' del expresidente Camps.

Este ha sido el caso de la exdirectora de Organización del Gobierno autonómico Henar Molinero, que se pasó hace dos años a dirigir la Ciudad de las Artes y las Ciencias; o su exjefe de gabinete Pablo Landecho, que desde hace un año es el director general del Consorcio Valencia 2007, que gestiona la dársena antigua del puerto de Valencia.

Jesús MaríA la empresa privada sí ha pasado Jesús Marí, subsecretario autonómico de Presidencia, puesto clave en el entramado administrativo autonómico, que hace un mes dejó su cargo para incorporarse al organigrama de la escuela de negocio EDEM, impulsa Juan Roig.

Sobre el encaje de estos responsable en su nuevo cargo, Gómez Acebo y Sanchidrián consideran que depende mucho de la persona y de su capacidad de liderazgo, "incluso por encima de todas las justificaciones de carácter formal que se suelen presentar".

VUELTA A CASA O AL PARLAMENTO

En general, las últimas salidas del Consell no han significado precisamente un impulso para las carreras profesionales de los afectados, por el momento. La mayoría han vuelto a sus ocupaciones anteriores en la docencia universitaria, como es el caso del exconseller de Hacienda José Manuel Vela; la medicina, como el exconseller de Sanidad Luis Rosado; o la justicia, como el exconseller del ramo Jorge Cabré.

Del anterior Gobierno del presidente Alberto Fabra, heredado de Francisco Camps, los que no han seguido ese camino de vuelta han sido los que disponían de un escaño en las cortes, como Maritina Hernández, exconsellera de Agricultura, o Lola Johnson, exconselleria de Cultura, Turismo y Deportes y, previamente, portavoz del Consell.

A otro estadio, también pasó la conselleria de Presidencia Paula Sánchez de León que de aspirar a la presidencia quedó reubicada como delegada del Gobierno en la Comunitat con el nombramiento de Alberto Fabra. En todo caso, esta situación no significa un paso previo a la jubilación política.

Paula Sánchez de León y Lola Johnson

Buen ejemplo de ello lo da el expresidente de la Generalitat Joan Lerma, que pasó a ser ministro y continúa hasta nuestros días siendo senador; o el exconseller de Industria Fernando Castelló, que tras dejar la conselleria en 2003, ha sido secretario de Estado de la Seguridad Social, diputado autonómico y en el Congreso de los Diputados y hoy ejerce de consejero en el Consejo de Seguridad Nuclear: 26 años en política.

LOS BUENOS TIEMPOS TAMBIÉN LO FUERON PARA LOS 'EX'

Distinta suerte vivieron los exconsellers y exaltos cargos que cesaron antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, aunque ninguno de ellos conserva su puesto en esas empresas en las que se incorporaron, con la excepción del expresidente Eduardo Zaplana en Telefónica.

A diferencia de lo que ocurre hoy, muchas empresas, especialmente de la construcción y la promoción, contaban con capacidad e interés por rentabilizar la presencia en sus filas de un antiguo miembro del ejecutivo en sus negocios y sus relaciones con la Administración, cuando no eran elegidas precisamente para servir de retiro 'digno'.

Así, el expresidente José Luis Olivas, pasó a presidir Bancaja y vicepresidir Bankia; Carlos González Cepeda (Justicia) o Justo Nieto (Industria) fueron consejeros de la concesionaria de autopistas Aumar; Carmen Mas (Cultura), que fue también delegada del Gobierno, representó en Valencia a la constructora Ortiz y hijos (investigada actualmente en el caso Brugal); Fernando Villalonga (Cultura) llegó a director general de la Fundación Telefónica; o Luis Fernando Cartagena (Obras públicas) asumió la secretaría general de la aseguradora Muvale, por citar algunos ejemplos

José Luis OlivasDel segundo escalón, destacó el caso de José Manuel Uncio, exdirector general del Instituto Valenciano de Finanzas y posterior delegado de Acciona en la Comunitat; al igual que el del secretario de Relaciones Institucionales de la Generalitat, José Emilio Cervera, que asumió la dirección general del Grupo Onofre Miguel, entonces al alza y hoy en concurso de acreedores.

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