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OPINIÓN

Crónica de urgencia de un discurso de perfil bajo

J. CLEMENTE . 24/09/2013 "Al Fabra le ha faltado altura de miras. Tener los pies en el suelo no obliga a fijar la vista en ellos"

VALENCIA. Una hora y cuarto, aproximadamente, ha invertido el presidente de la Generalitat en leer su discurso en el Debate de Política General que se ha iniciado este martes en Les Corts. Y la sensación que queda en caliente tras escuchar a Alberto Fabra es de cierta extrañeza, en especial en las reacciones que se han producido a lo largo del mismo.

Fabra, que con dos datos macro se ha aventurado a dar por finalizada la crisis económica, ha desgranado una veintena de propuestas sin grandes alardes, lo que se agradece frente a discursos triunfalistas del pasado. Las pequeñas medidas, en un escenario de escasez económica, debería ser bienvenidas para desatascar la acción política del Consell.

Un cierto realismo que, afortunadamente, nos ha evitado vergonzantes anuncios de creación de miles de puestos de trabajo o inversiones multimillonarias, tan habituales en el pasado.

Pero de ese perfil bajo que ha impuesto el presidente se ha contagiado todo su discurso, incluso en algunos aspectos tan importantes como la necesidad de mejorar la financiación autonómica. Un tema esencial al que Fabra solo ha dedicado un par de minutos para sentar una posición de, ha aseugurado, firmeza frente al Gobierno central, "gobierne quien gobierne".

Los hechos, hasta ahora, no han respaladado esa afirmación, por lo que es necesario mostrar un prudente escepticismo sobre este compromiso que, pese a su relevancia, no ha despertado mayores aplausos ni reproches entre los diputados.

La reacción de los diputados a las palabras de Fabra, y en concreto las de sus correligionarios, ha sido uno de los aspectos más llamativos. No ha dejado de ser chocante que los mayores aplausos se los haya llevado cuando ha desplegado su discurso sobre el agua, una bandera, la del agua para todos, que enarboló su predecesor Camps, y que ha aplaudido sin mesura la bancada popular.

El otro gran aplauso ha llegado cuando Fabra ha reclamado respeto para los tiempos de la justicia en los casos de corrupción. Tras reivindicar su línea roja, el presidente ha echado un capote a la ristra de imputados que llenan su grupo parlamentario y han vuelto los aplausos.

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