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VALENCIA. La profunda reestructuración a la que está sometiendo British Airways a Iberia, con el recorte de los vuelos que realiza desde su hub principal, Madrid-Barajas, y la potenciación de las compañías de bajo coste vinculadas al grupo IAG, tendrán un impacto directo en el negocio base de Air Nostrum. 

La aerolínea de la familia Serratosa tiene como principal eje de actividad la aportación de tráfico a Iberia desde los aeropuertos periféricos a Barajas. Esa ha sido desde siempre la principal baza de Air Nostrum para garantizar su viabilidad. De hecho, con la profunda reestructuración que está acometiendo, con el cierre de numerosas líneas transversales (otra de sus líneas de negocio), la compañía valencia buscaba centrarse en el corazón de su negocio como franquiciada de Iberia.

De hecho, los pasajeros en tránsito, es decir, los que embarcan en una ciudad mediana para enlazar en Madrid con un vuelo internacional de Iberia, son esenciales para el negocio de Air Nostrum. Sin embargo, con las últimas decisiones que está tomando la dirección de IAG, en manos de British Airways, sobre la antigua compañía española de bandera se introducen nuevas incertidumbres para la aerolínea valenciana.

Las decisiones más llamativas sobre el tráfico de Iberia en Barajas han sido el cierre de cuatro vuelos de larga tradición para la compañía, los que unían Madrid con Berlín, Dublín, La Habana y Santo Domingo. Aunque se trata de una parte menor del total de la operativa de Iberia desde su hub principal, lo cierto es que esa decisión de British tiene como transfondo una política que afecta al tráfico total de Iberia al que Air Nostrum aporta sus viajeros. La conclusión es que, si hay menos vuelos, menos pasajeros requerirán los pasajes de la franquiciada para llegar a Barajas.

REDUCCIÓN DE VIAJEROS EN MADRID

Aunque los datos deberán confirmarse en los próximos meses, lo cierto es que las consecuencias de la reducción de la operación de Iberia en Barajas ya se está notando. El pasado mes de agosto, por primera vez, El Prat, el aeropuerto de Barcelona, superó al de Madrid-Barajas. Aunque se trata de un dato estacional, lo cierto es que la diferencia entre ambos aeródromos se está reduciendo drásticamente.

Entre enero y agosto Madrid acumula 2,7 millones de pasajeros más que Barcelona. Un año antes la diferencia era de casi siete millones. Los motivos de ese recorte están tanto en el menor tráfico de pasajeros en Barajas como en el incremento que está registrando en su tráfico el aeropuerto catalán. 

Y precisamente ahí hay que buscar el otro dato clave de la política que está imponiendo British en IAG. El grupo ha hecho una fuerte apuesta por Vueling, la compañía de bajo coste con la que fusionó a su filial Clickair, para convertirla en referente low cost.

Su incremento de actividad ha potenciado su base en El Prat. Que IAG apueste en España por Vueling tiene un efecto indirecto, pero que puede palparse en el futuro, sobre Air Nostrum. Al ser una compañía 'punto a punto', no permite que la aerolínea valenciana pueda interactuar con ella como lo hace con Iberia.

UNA REESTRUCTURACIÓN 'NECESARIA'

La compañía valenciana ya inició el año pasado una profunda reestructuración de su estructura fruto de la crisis, que afectó a su negocio, provocando pérdidas económicas notables en los dos últimos ejercicios. De hecho, paró una parte notable de su flota y cerró 14 rotaciones, reduciendo a algo más de la mitad su operativa.

Una medidas que la compañía defiende que van en paralelo a la "profunda y necesaria" reestructuración de Iberia, la compañía a cuyo futuro Air Nostrum ha ligado el suyo desde el primer minuto de su creación. Habrá que ver, en todo caso, si las nuevas decisiones que vaya tomando British sobre el futuro de la antigua compañía de bandera harán suficiente los esfuerzos de la aerolínea que dirige Carlos Bertomeu por adaptarse a las nuevas circunstancias.