VALENCIA. Este año no hubo reunión informal extraordinaria del gobierno valenciano antes del primer pleno del Consell tras las vacaciones. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que el año pasado llamó de improviso a todos los consellers para adelantar la toma de contacto del ejecutivo, ha preferido apurar sus vacaciones y las de sus compañeros y esperar al viernes de rigor para volver a sentarse todos en la misma mesa.
La vuelta al trabajo del Consell de la Generalitat se produce, en todo caso, con los mismos problemas que antes del parón. Incluso algunos son tan recurrentes que amenazan con volver a convertirse en la pesadilla del vicepresidente y portavoz, José Císcar, en las ruedas de prensa posteriores a la reunión, como el aval a la Fundación Valencia CF. De hecho, el propio Císcar y el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, han tenido que responder ya a las preguntas de los periodistas sobre este espinoso asunto en su semana de regreso a la actividad.
Pero lo realmente importante será la elaboración de los presupuestos. Tal y como adelantó ValenciaPlaza.com, el conseller Moragues ha puesto en marcha una comisión interdepartamental en la que cada conselleria deberá decir qué líneas de sus cuentas son imprescindibles, cuáles se pueden recortar y a cuáles se pueden eliminar definitivamente.
No es un plan sencillo. Hace un par de años, desde vicepresidencia ya se intentó que las consellerias identificasen partidas de subvenciones y ayudas que se podían recortar. El intento fue un fiasco, ya que la mayor parte de los miembros del Consell devolvió el documento sin cambios. Todas las ayudas eran imprescindibles. Sin embargo , las circunstancias son muy distintas y los ajustes que deberá aplicar la Generalitat están lejos de ser una sugerencia. También es cierto que en aquella ocasión aún quedaban consellers campistas.
Para el propio conseller Moragues queda también la tarea de señalar posibles nuevas vías de ingresos por subidas de impuestos. De hecho, en el último pleno que se celebró ya en la primera semana de agosto fue cuando se aprobó el incremento fiscal que ayer mismo validó Les Corts.
Al margen del presupuesto, la tónica del Consell seguirá siendo la misma de los últimos meses. Las reuniones de los viernes tienen un escaso contenido de asuntos de relevancia. No se espera ninguna sorpresa para este viernes. Sin dinero que gastar es complicado aprobar planes ambiciosos. Y ante la máxima de 'si no hay dinero, legisla', el Consell espera justo reducir su catálogo legislativo.
Un segundo semestre de asfixiante rutina.
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