VALENCIA. El Ayuntamiento de Valencia no ha presentado ninguno de los 14 mercados municipales que gestiona de forma directa en la ciudad para obtener la calificación de 'Mercados Excelentes' que la Generalitat Valenciana lleva promoviendo desde 2010.
En medio de la polémica por la dejadez de algunos mercados municipales que poco a poco van perdiendo sus comerciantes, el consistorio no ha optado por intentar obtener un reconocimiento que pretende que este modelo tradicional de comercio evolucione hacia los nuevos hábitos de consumo.
Actualmente, tan sólo han logrado superar la evaluación para la obtenición de este certificado los mercados de Aldaia, Ibi, Sant Vicent, del Raspeig, Alcoi-Sant Roc, Carcaixent, Moncada y Sagunto. En Valencia, el Ayuntamiento gestiona los mercados municipales de Algirós, Cid-Castilla, Benicalap, Benimaclet, el Grao, Jerusalén, Jesús, Mossen Sorell, Nazaret, Plaza Redonda, Rojas Clemente, Ruzafa, San Pedro Nolasco y Torrefiel. El Central y el Cabanyal son dirigidos por la Asociación de Vendedores.
"Los mercados municipales son importantes porque son edificios singulares, además de locomotoras y centros de acción del barrio" apunta a Valenciaplaza.com la directora general de Comercio y Consumo de la Generalitat Valenciana, Silvia Ordiñaga. Por este motivo, desde la Generalitat se intenta formentar el cambio en la visión de los comerciantes y las concesionarias para aumentar la asistencia de clientela a los mercados.
Algunos centros como el de San Pedro Nolasco han sufrido la pérdida de paradas, quedando tan sólo cuatro, y aún está presente el cierre de mercados como el de la Malvarrosa. Este periódico no ha podido obtener la versión del Ayuntamiento, ya que los responsables de mercados municipales no estaban operativos. El socio-director de Auren Consultores, Juan Antonio López, explica a Valenciaplaza.com que el primer paso para volver a revitalizar un mercado municipal es establecer una viabilidad comercial, institucional y jurídica. "Se puede dar un vuelco comercial pero hay que ver si el ayuntamiento entorpece" apunta.
BUENA LOCALIZACIÓN PERO FALTA ADAPTARSE A LA DEMANDA
"La mayoría de los mercados tienen una localización estupenda" sentencia. Este experto apunta a que la dificultad no viene dada por el emplazamiento ya que suelen encontrarse en el centro de los barrios, sino que el problema se encuentra en la falta de innovación y en las decisiones de las concesionarias que, como en la ciudad de Valencia, en la mayoría de casos es gestionado por el Ayuntamiento.
En el aspecto comercial, explica que los mercados tienen que organizarse como una operador de distribución por lo que deben que ofrecer todo tipo de producto. "Hay que ver las necesidades de abastecimiento de la zona" apunta. Debe tenerse en cuenta qué tipos de establecimientos tendrán demanda en el mercado, como fruterías o carnicerías, pero también intentar ir más allá. Normalmente, los productos que se pueden adquirir en este tipo de conglomerados sólo son perecederos.
Sin embargo, esto no tiene porqué ser así y también pueden incluirse los supermercados. "Ya no basta el ultramarinos o la tienda de 'delicatessen', sino un supermercado de corte habitual" explica López. "Cada vez es más habitual ver tiendas de descuento tipo Mercadona o Dia, que pueden ubicarse en 400 metros cuadrados". "Nos hemos dado cuenta de que los mercados clásicos se han ampliados para dar servicios añadidos" explicaba también Ordiñaga.
Simplemente se trata de incorporar productos que son parte de las necesidades habituales. En el caso de que el mercado tenga más de una planta, también puede aprovecharse para montar negocios de servicios como restauración o peluquerías que puedan dinamizarlo. "Buscamos mercados del siglo XXI, no del siglo XIX" sentencia.
LAS APERTURAS POR LAS TARDES, UN ASPECTO FUNDAMENTAL
Otro de los aspectos fundamentales es el de los horarios. Deben de barajarse las aperturas por las tardes, ya que es una forma de adaptarse a las necesidades de consumo del cliente. La directora general de Comercio también está de acuerdo en este punto, y cree que se puede comprobar con la experiencia de los mercados que abren los viernes por la tarde, en los que se "rejuvenece" la clientela.
Los problemas más habituales que suele encontrarse el experto de la consultora Auren son los relacionados con la disposición del propio ayuntamiento para fomentar la llegada de comerciantes. Por ejemplo, en algunos están subiendo las tasas de los puestos y parcelas y nadie opta a ellos. López recalca que el éxito no depende de la ubicación, sino de la mezcla de horarios y la combinación comercial idónea.
La gestión tiene que funcionar como si fuera un centro comercial. El marketing es uno de los puntos clave y los mercados municipales deben tener un punto de atención al cliente además de realizar promociones para darse a conocer. "Lo ideal es que sean gestionados por empresas externas al ayuntamiento ya que los funcionarios no se dedican a esto y por lo tanto no saben" explica López. También puede confiarse la publicidad a agencias de comunicación. "Muchos creen que el éxito se consigue simplemente abriendo" apunta López.
COMPAGINAR AL TURISTA CON EL CLIENTE HABITUAL
Dependiendo del tipo de tránsito que rodee al mercado también deberá de enfocar su producto de una manera u otra. "Valencia tiene un turista estacional, por lo que no puede dirigir únicamente su producto a éste" explica. "Por ejemplo, 'La Boquería' en Barcelona se dirige al turista a base de fruta fresca para llevar o zumos" explica. López explica que la gente que está de paso no suele llevarse productos para elaborar sino que lo que más adquiere es fruta y verdura para refrescarse, además de tener en cuenta las opciones de restauración. También adquieren productos de la parte de alimentación seca como el vino o las conservas.
En el caso de un mercado de barrio las necesidades son otras. Por ejemplo, explica que en algunas zonas, para no tener un horario tan amplio, se ha recurrido a máquinas expendedoras de los propios puestos. Para López la diferencia entre los supermercados y los mercados municipales es que en los últimos trabajan los artesanos de los alimentos y da la posibilidad de encontrar, por ejemplo, alitas aliñadas de una forma determinada, una mejor limpieza del pescado, un mejor corte de la carne. Son tratamiento que hacen poner el producto en valor.
MERCADOS MUNICIPALES DEFICITARIOS, ¿DEBEN SER CERRADOS?
López cree que los mercados municipales que sean deficitarios deben ser cerrados. "Algunas decisiones pueden ser políticamente no muy aceptables, pero el equipamiento puede ser deficitario y cuando se toman este tipo de decisiones el gremio suele recurrir a los medios, pero hay que tener valentía política ya que esto afecta a las arcas públicas".
La directora general de Comercio de la Generalitat también está de acuerdo. "Si rebuscamos en la historia, los mercados municipales eran para dar abastecimiento pero con todo lo que hay ese sentido ya no tiene razón de ser, por lo tanto debe haber una buena gestión" explica. "Cada ayuntamiento tiene su política y habrá que estudiar cuál es la disponibilidad, la oferta y la demanda. Hay que ser competitivos y tienen que competir con el resto".
Respecto a mercados en los que los puestos están ocupados mínimamente, Ordiñaga apunta que no pueden ser cementerios de alguien que no sabe qué hacer. "Nosotros estamos yendo hacia las nuevas tendencias y tenemos un contacto muy estrecho con el Mercado Central. Tenemos intención de dirigirnos a modelos como el de La Boquería de Barcelona y se están dando pasos, pero aún nos queda", concluye.
EL MERCADO DE SAN ANTÓN, EL ÉXITO DEL MODELO
El Mercado de San Antón, ubicado en el barrio de Chueca de Madrid, es uno de los mercados municipales madrileños que ha sabido como aplicar el modelo. A pesar que todo el mundo mira a San Miguel, más dedicado a la restauración, San Antón es propiedad del Ayuntamiento aunque con concesión a la Asociación de Comerciantes.
Éste mercado ofrece una amplia oferta de género, pero también comida para llevar y degustar en el propio mercado, aunque entra dentro de la categoría de un mercado gourmet. La diferencia con San Miguel se da en que no es un mercado caro y está dirigido a la compra habitual de productos. Además, en la planta baja hay un supermercado que complementa la oferta y que enriquece las referencias de surtido seco, como apuntaba el socio de Auren Consultores.
Los comerciantes y hosteleros del mercado realizan una promoción conjunta y acogen en sus instalaciones una galería de arte, talleres y presentaciones de libros entre otras actividades. Además, los horarios de la parte tradicional del mercado son de 10 a 22 horas de lunes a sábado, lo que permite a los clientes acudir a lo largo del día, al margen del domingo que abre solo por la mañana.
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