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El presidente estrecha los lazos con las direcciones provinciales para fortalecer su popularidad en el PPCV ante la caída en los sondeos y los procesos judiciales abiertos 

VALENCIA (X. AGUAR). El pasado viernes, como ya informó este diario, se produjo un encuentro entre el líder del PPCV, Alberto Fabra, y los tres presidentes provinciales, Alfonso Rus (Valencia), José Císcar (Alicante) y Javier Moliner (Castellón) en un restaurante de la calle Navarro Reverter en el centro de Valencia.

Esta cita, entre otros gestos que ha dedicado el líder popular en las últimas semanas, obedece a un cambio en la línea estratégica del presidente, decidido a establecer sinergias que le permitan asegurar los puntos de apoyo necesarios en el partido para contener la caída que está registrando el PPCV en los sondeos.

Pero hay más situaciones delicadas: los casos judiciales siguen avanzando. El TSJCV trasladaba este martes al fiscal la denuncia contra el secretario general del PPCV, Serafín Castellano, por el caso Taroncher para que se pronunciara sobre la competencia a estudiarla.

En la formación popular, las diversas fuentes consultadas apuntan a un mes de septiembre ‘caliente'. No es para menos, en ese mes se conocerá si la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, resultan imputados por el caso Nóos. A ello, hay que unir el inicio del juicio oral -casi una década después de iniciarse el proceso- sobre Carlos Fabra, concretamente el 2 de octubre. Igualmente, se considera que en también en septiembre se producirán novedades en el caso de Castellano.

Una imputación del secretario general del PPCV obligaría a Fabra a apartarlo de la dirección del partido y de la Conselleria de Gobernación y Justicia. Un golpe para el presidente de la Generalitat, quien depositó su confianza en Castellano pero, al mismo tiempo, una circunstancia que mejoraría la relación con las direcciones provinciales, especialmente Valencia y Alicante, que han tenido numerosos rifirrafes con el número dos de Fabra.

Fuentes populares apuntan a que, ante lo que se viene encima, el jefe del Consell ha decidido iniciar los movimientos para incrementar lo máximo posible la unidad con las direcciones provinciales del partido, los que mueven mayor cantidad de 'tropa'.

LA COORDINACIÓN CON LAS PROVINCIALES, UNA DE LAS TABLAS DE SALVACIÓN

Ante estas tormentas judiciales, y pese a que algún responsable de peso como Alfonso Rus ha discrepado sobre la línea roja en materia de corrupción trazada por el presidente Fabra, el líder del PPCV valencianos es consciente de que debe buscar el cierre de filas con los barones provinciales y así fortalecer su popularidad interna.

Pisar las comarcas, redoblar sus visitas a actos con las agrupaciones locales y, en definitiva, reforzar la política municipalista y la relación sus representantes provinciales: un arma fundamental para mantener la tensión en la militancia y no perder el músculo en las comarcas adquirido en los últimos años.

Una iniciativa que, al igual que la citada reunión del viernes, ha sido celebrada por las tres direcciones provinciales. De hecho, el pasado sábado, un día después del encuentro convocado por Fabra, los presidentes emitieron respectivos comunicados en perfecta coordinación en los que valoraron los dos años del líder al frente del Consell ante "el peor escenarios posible".

De esta manera, el presidente Fabra se ha propuesto este acercamiento orgánico combinado con el resto de actuaciones en marcha de cara a sostener su mandato. Otra de ellas, el déficit asimétrico se dilucida este miércoles en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), donde se estima que la petición de Fabra sea atendida. Quedará pendiente, no obstante, otra de las reivindicaciones fundamentales del Gobierno valenciano en la presente legislatura: la revisión del modelo de financiación. Una reforma que, de no producirse, lastrará de manera casi irreversible las opciones del presidente de renovar el mandato.