EVA PALOMARES. 30/09/2010 "Justo", "poco ambicioso", "necesario". Así califican expertos abogados urbanistas y arquitectos valencianos consultados por Valenciaplaza.com a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad de Valencia, que acaba de aprobar el ayuntamiento con el voto del PP y sin el del PSOE

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VALENCIA. La ciudad de Valencia necesitaba revisar su planificación urbana desde 1988 porque se habían producido cambios en la legislación en materia de territorio, urbanismo, medio ambiente y paisaje. Desde el punto de vista normativo era necesario actualizar este plan para ofrecer seguridad jurídica a los ciudadanos. Pero esta revisión, correcta legislativamente, se ha quedado corta a la vista de sus resultados y de la opinión de los conjsultados por este diario.¡

Los redfactores del consistorio han contemplado un replanteamiento global de la estrategia del plan antiguo para evitar las modificaciones parciales, pero se aborda de manera simplificada y con un "mínimo alcance", según comenta Pedro García Capdemón, socio director del departamento de Derecho Urbanístico de Garrigues, a este diario. Por este mismo motivo, Pascual Vernich, presidente de la Agrupación de Arquitectos Urbanistas del COACV (Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana), designa esta revisión como "plan de homologación".

La revisión del PGOU "trata de incorporar todos los instrumentos urbanísticos que desarrollan las ciudades, como los PAI, los planes parciales o la protección de la huerta, pero de manera superficial, con el fin de dar coherencia a documentos ya dispuestos, pero sin arriesgarse a abordar un nuevo modelo de ciudad", según entiende Vernich a falta de volver a revisar los documentos del plan. La escasa ambición de este plan ha sido uno de sus puntos débiles, sobre todo por no abordar aspectos y problemas tan acuciantes y necesarios como la planificación supramunicipal.

Reflexión supramunicipal
Y es que se han quedado en el tintero asuntos como la expansión de Valencia y el desarrollo de su área metropolitana, así como su planificación en sintonía con el crecimiento de la ciudad. A pesar de que el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, Jorge Bellver, afirma que se trata de un plan "integrado y metropolitano", para Vernich "es insuficiente desde el punto de vista territorial porque no contempla Valencia en el conjunto de su área metropolitana así como, entre otros, aspectos como la expansión del puerto hacia el norte o la importancia del aeropuerto de Manises para Valencia". El arquitecto incide en que es buen momento para contemplar una planificación adicional que contemple este asunto.

Menos crítico, pero también en esta línea se muestra José Manuel Palau, socio de Gómez Acebo & Pombo. "Este proyecto de PGOU limita el crecimiento a determinadas zonas valorando la mínima incidencia en el territorio. En este sentido, no rompe el modelo de ciudad del PGOU de 1988, sino que lo completa y lo actualiza, aportando un modelo poco expansivo. Es un PGOU que contempla un crecimiento moderado, para una ciudad europea de tipo medio, que no supere el millón de habitantes, dotada con unos servicios de primer nivel".

En este sentido, el nuevo planeamiento de la ciudad es continuista respecto a su antecesor porque modifica los aspectos esenciales del plan como la clasificación de todos los terrenos, definición de redes primarias de parques, equipamientos e infraestructuras pero no altera "la ordenación pormenorizada prevista en el plan de 1988 para el suelo urbano consolidado y el urbanizable en ejecución", comenta García Capdemón. Para el abogado, es un plan que prevé un crecimiento residencial limitado a las necesidades de vivienda, que exigen 13.191 libres y 19.059 de protección pública, un 35% de la nueva edificabilidad prevista, adaptándose a la Ley Urbanística Valenciana de 2005 y a su reglamento de desarrollo.

Acorde con la legislación
Para Rosa Vidal, socia directora del área de Derecho Administrastivo y Urbanismo de Broseta, el nuevo PGOU se adapta más a las necesidades de la ciudad de Valencia y a la vigente legislación urbanística, medioambiental y paisajística. La socia de Broseta destaca del nuevo planeamiento la habilidad de enlazar la ciudad con la fachada marítima así como el fomento de la edificación en altura en las zonas nuevas generando nuevas zonas verdes y más espacios abiertos.

"Este tipo de ordenación conlleva un uso más racional del suelo, pues se ocupa menos espacio para atender a la demanda de vivienda y la generación de más zonas verdes y espacios abiertos otorga una mayor calidad de vida al ciudadano. Por otro lado, la ordenación contemplada facilita una gestión de los servicios públicos más eficaz y económica, al reducirse los puntos donde deben prestarse los mismos, frente a lo que ocurriría con una ordenación de baja densidad".

El presidente de la Agrupación de Arquitectos Urbanistas, sin embargo, echa de menos mayor actuación en determinadas zonas consolidadas de la ciudad como el casco antiguo y el Parque Central. En el caso del casco antiguo entiende que "no se trata dehacer aparcamientos para acudir al centro con coche sino descongestionarlo, peatonalizarlo, y en el plan no se ha abordado este asunto".

Sobradamente documentado
A pesar de estas carencias, los expertos valoran positivamente la prolija documentación relativa a la sostenibilidad ambiental y del paisaje, así como la intensificación de la protección de bienes y espacios de interés local, arquitectónico y etnológico, núcleos históricos tradicionales o la ampliación del suelo urbanizable para satisfacer las necesidades de la vivienda protegida.

En esta línea, el arquitecto José María Tomás, autor del masterplan de la zona de El Grao de Valencia, comenta que el plan se adapta a los nuevos requerimientos de la sociedad valenciana para los próximos años. "Atiende una nueva necesidad de los ciudadanos sobre todo centrada en la sostenibilidad y en la incorporación de la vivienda protegida. Estos aspectos lo convierten en un plan innovador ya que otras grandes ciudades todavía no han abordado estos grandes aspectos que tanto cambian la planificación de una urbe", valora el arquitecto valenciano.

José Manuel Palau también prefiere destacar como una de las novedades del nuevo planeamiento el catálogo de patrimonio que contempla. "Incluye en el mismo tanto los bienes de relevancia local como los de interés cultural, con una concreta descripción de los mismos".

Entidades vecinales, profesionales, cívicas y particulares tienen ahora en sus manos durante dos meses este documento para hacer las aportaciones y sugerencias que consideren oportunas. Y de ellos depende que se vuelva a abordar o se deje pasar la oportunidad de desarrollar un documento que regule el crecimiento de su ciudad menos local y más metropolitano.