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MADRID. Los sindicatos de Iberia, excepto los pilotos del Sepla, trasladaron ayer al Gobierno el conflicto de Iberia al convocar quince días de huelga que afectan prácticamente a tres semanas de actividad este mes y el próximo.
Se trata de intentar forzar al Ejecutivo de Mariano Rajoy para que actúe ante el grave conflicto del transporte en ciernes. En los últimos meses el Gobierno ha dado numerosas pruebas de que no apoya los ajustes que IAG, el holding que integra la fusión de Iberia y British Airways (BA) quieren poner en marcha en la aerolínea española presidida por Antonio Vázquez.
DURAS CRÍTICAS DEL EJECUTIVO
Tanto la ministra de Fomento, Ana Pastor, como el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, han realizado duras declaraciones contra los planes de IAG sobre Iberia tanto sobre los recortes laborales como sobre los recortes de producción que supondrán que Iberia deje de volar a algunos de sus destinos tradicionales como La Habana o Santo Domingo, entre otros.
Y las competencias sobre transporte aéreo recaen en el Ministerio de Fomento, que ha seguido muy de cerca esta crisis reuniéndose con la empresa, los sindicatos y hasta con los consejeros de Iberia en IAG. De hecho, según fuentes sindicales, la mediación de Ana Pastor, fue la que logró que las centrales desconvocasen los paros previstos desde primeros de diciembre pasado que podrían haber afectado a los días de vacaciones de Navidad.
Además, Fomento ya intervino el año pasado en el conflicto que enfrentó el pasado año a Iberia con los pilotos del Sepla a costa de la creación de la filial de bajo coste Iberia Express, forzando un laudo de obligado cumplimiento entre las partes, que finalmente no resultó del agrado de la dirección de la aerolínea.
Asimismo, como ya informó este diario, los ministerios de Fomento, de Economía y Competitividad y de Industria, Energía y Turismo, están siguiendo de cerca de la crisis de Iberia, para lo que han creado una especie de comisión de seguimiento, que ahora deberá abordar el nuevo escenario creado con la convocatoria de paros.
El ministro de Economía interviene en la crisis por las competencias de comercio que lleva el secretario de Estado, Jaime García-Legaz, dada la importancia capital para España tienen las rutas y las conexiones de Iberia con el resto del mundo. Y el responsable de Industria, Comercio y Turismo, José Manuel Soria, está integrado en este grupo por la importancia de Iberia para el desarrollo del sector turístico nacional, casi el 12% del PIB español en estos momentos.
¿PROTOCOLOS DE FUSIÓN? ¿CONFLICTO DE ESTADO?
No obstante, el Gobierno es consciente de su escaso margen de actuación en este conflicto y menos en la línea que le están sugiriendo desde el mundo sindical que sería que actuase contra los protocolos de fusión entre Iberia y BA que terminan en 2016. Parte de la estrategia sindical ha sido convertir este conflicto en un asunto de Estado entre Madrid y Londres, pero por ahora no parece estar cuajando, aunque algunas fuentes no confirmadas han asegurado que ya se han celebrado algunos encuentros diplomáticos de cierto nivel en este sentido.
De manera que sus posibilidades se imitarían a actuar si hay problemas con el transporte aéreo en España, lo que no debería producirse si hay unos servicios mínimos adecuados. También puede jugar con el control que ahora tiene de las acciones de Bankia en Iberia y las de SEPI, que es una participación alta pero no de control.
TODAVÍA HAY TIEMPO
Los paros, decididos por los sindicatos representantes del 93% de la plantilla de Iberia, CC.OO., UGT, Asetma, USO, Sitcpla y CTA-Vuelo, se desarrollarán del lunes 18 al viernes 22 de febrero; del lunes 4 al viernes 8 de marzo y del lunes 18 (festivo en algunas CC.AA.) al 22 del próximo mes.
Iberia lamentó ayer que no se haya podido alcanzar un acuerdo después de haber rebajado su programa de ajustes y previsiblemente presentará el próximo lunes el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 4.500 trabajadores, el 23% de la plantilla, cuando la última cifra ofrecida era de 3.147 y todos podrían haberse acogido a la modalidad de jubilación anticipada.
En este sentido, fuentes conocedoras de las negociaciones que ayer se rompieron entre Iberia y las centrales en el SIMA aseguran que todavía hay tiempo para negociar, ya que por ejemplo había ya una especie de preacuerdo sobre la rebaja salarial que se pedía a la plantilla, que se estaba pactando en torno al 7% para los empleos de tierra y del 14% para los de vuelo.
La incógnita sigue siendo el Sepla, que lleva una negociación por su cuenta tanto con la empresa como con el Gobierno, y que estaría esperando al ERE que puede afectar a casi 500 pilotos, para actuar en algún sentido.
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