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GRUPO PLAZA
REESTRUCTURACIÓN DEL GRUPO CEMENTERO

Cemex hiere de muerte a un símbolo de la Valencia industrial

JOAQUIM CLEMENTE . 26/10/2012
La antigua cementera de Buñol, hoy abandonada

VALENCIA. La historia de industrialización de la Comunitat Valenciana durante el siglo pasado tiene fechas clave y nombres y apellidos que protagonizaron los momentos decisivos, los que sirvieron para dar un paso adelante en la modernización de una economía agraria. Las distintas comarcas valencianas, ya fuera por condicIones orográficas o incluso climáticas, fueron desarrollando actividades fabriles que dieron lugar a lo que, con el paso de las décadas, se conoció como sectores tradicionales. 

Así, el frío del interior del Vinalopó permitía que las nieves de las montañas permanecieran vivas durante varios meses para que los heladeros subieran a por ella con sus aparejos de lata. Los mismos que sirvieron para hacer el primer juguete. Y de ahí, a Payá, a Famosa, a Feber...

Pero para aprovechar las ventajas (o desventajas) de la naturaleza y convertirlas en una industria era necesario que apareciesen emprendedores dispuestos a hacerlo. A ver el negocio que se escondía en la brusco clima de L'Alcoià o del Comptat, y que impedía desarrollar una agricultura tan productiva como la de La Ribera o La Safor. Eso lanzó a unos emprendedores a desarrollar industrialmente una incipiente artesanía textil. Y de ahí a Paduana, a Mantas Mora, a Reig Martí...

Obligación de 500 pesetas de Valenciana de Cementos

En la primera década del siglo XX en el pueblo de Buñol (ubicado en la Hoya que da nombre a la comarca) nadie había pensado en montar una cementera. Sin embargo se daban ciertas condiciones que invitaban a ello. El pueblo contaba con una cantera de cal que acabó en manos de Rafael Ridaura como pago de una deuda.

Ridaura era un comerciante vinculado, como tantos otros, al puerto de Valencia, donde tenía el negocio. Su yerno, José Serratosa Nadal, hijo también de comerciante, fue el que le animó a dar un paso adelante inusual en aquella clase burguesa valenciana surgida del comercio (si es que nunca existió esa burguesía). Invertir el dinero obtenido del comercio y de las propiedades en una industria. En 1917 se constituyó la Compañía Valenciana de Cementos Portland, conocida con el tiempo como Valenciana de Cementos o La Valenciana.

De aquella cantera nació una cementera que creció aprovechando el auge de la ciudad de Valencia (cuyo ensanche se levantaba) hasta convertirse en un gigante del cemento en España, objeto de deseo y socio de las principales compañías cementeras del mundo, eje de una estrategia empresarial (frustrada) del entonces tiburón Mario Conde en Banesto, y finalmente, en la mayor operación corporativa que se firmó en España durante años: la venta de Valenciana de Cementos a Cemex por 125.000 millones de pesetas. 

Instalaciones actuales de Cemex en Buñol

UN ICONO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

La silueta de la vieja planta de Buñol sigue dominando la autovía A3 entre Valencia y Madrid. Abandonada a mediados de la década de los 80 para ser sustituida por una nueva, de aquella planta salieron millones de kilos de cemento cuando este material era difícil y caro de conseguir. Las canteras de la zona ayudaron a crecer a las instalaciones hasta convertirse en un icono de la industria valenciana.

Mientras las viejas instalaciones permanecían inactivas, Cemex había seguido invirtiendo en las nuevas, inaugurando incluso a primeros del siglo XXI el mayor horno del mundo de cemento blanco, ese con el que Santiago Calatrava construye sus edificios, instalación ya cerrada. Pero este jueves el gigante cementero dio un golpe de muerte a este complejo fabril por el que han pasado buena parte de los vecinos de la comarca.

La reestructuración de Cemex en España ha situado a la histórica planta de Buñol en territorio de nadie. No se cierra pero no continuará activa. Solo de cuando en cuando. Una sentencia con muy malos augurios.

Indistintamente de la validez de las razones de la multinacional para decidir mantener solo tres de sus cementeras activas, entre ellas la de Alicante, cerrar otras tres (reconvertidas en meras moliendas) y no saber qué hacer con Buñol, lo cierto es que el día que se apaguen los hornos de esta planta se apagará también una parte de la historia de la industria valenciana.

Y no una parte cualquiera. Sobre todo porque aquel hecho inusual, aquellos comerciantes portuarios que compraban suelo en la aún incipiente Gran Vía de Valencia decidieron invertir sus ganancias no en más suelo sino en una fábrica. Y, contra lo que dice la leyenda, sus generaciones posteriores mantuvieron el negocio. Y la generación que lo vendió, aún supo reinvertir aquella extraordinaria suma que ingresó. Los aviones de Air Nostrum, por ejemplo, se pagaron con el dinero de aquella cantera de Buñol.

El fin de determinadas actividades empresariales siempre tiene una parte traumática, la que afecta a los empleos (unos 150 en Buñol) y la actividad económica de la zona, especialmente cuando hay un monocultivo. Pero también hay elementos simbólicos.

Cuando Celestica decidió prácticamente acabar con la producción en lo que en su día fue la planta de IBM en La Pobla de Vallbona, se puso punto final a aquel sueño de convertir la Comunitat Valenciana en un polo tecnológico. Cuando Sáez Merino se rindió y cerró las plantas de producción de Lois, se dijo adiós a aquel icono de la modernidad que vistió a la generación que hizo la transición a la democracia.

Menos mal que Ford mantiene viva la esperanza de que en la Comunitat Valenciana aún es posible ser competitivo.

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2 comentarios

26/10/2012 18:39

Buenas tardes David: los vaqueros Lois en aeropuertos internacionales y algunos preguntadome desde los lugares mas dispares a traves de mi "blog" por la foto de la Albufera ¿que donde está? ¿Que pone de manifiesto esto?.Solo me queda preguntarme donde narices está la promoción de esta Comunidad ¡es una pena¡ a cualquier pedrusco en cualquier parte de España se lo promociona mas. ¡Bien¡ por Ford,si recuerdo la fabrica de IBM y tantas empresas más que se ha ido al garete y entonces no había crisis.- A ver si las empresas que resuelven por cualquier motivo dejar Cataluña recalan aquí.- No dudo que serán bien recibidos y bien atendido.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2012

David escribió
26/10/2012 11:58

Fantástico artículo. Penosa situación. Valencia va quedando llena de cadáveres de esa industrialización deconstruida. Da rabia y duele pasar por Cheste y ver el solar donde antes estaba Saez Merino y la fabrica en venta en Benaguacil, y ver gente con vaqueros Lois en aeropuertos internacionales.

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