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VALENCIA. Pluriempleado. El expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, está a punto de estrenar su tercer puesto de trabajo simultáneo. La Universidad Católica de Valencia le ha contratado para que imparta clases en un máster en esta institución privada que él mismo impulsó desde el Consell  con no pocas críticas por parte de la comunidad educativa debidas a las facilidades públicas que se dieron a la puesta en marcha de una institución privada.

Si bien la materia sobre la que Camps impartirá doctrina -valga la expresión- no está muy clara, lo que sí parece definido es que versará sobre derecho, carrera en la que el expresidente, que dimitió en puertas del juicio del que salió absuelto, es no solo licenciado sino también doctor, después de que leyese su tesis el pasado mes de febrero en la Universidad Miguel Hernández de Elche.

La carrera académica de Camps, aunque breve, es intensa en relaciones. Primero logró doctorarse cum laude teorizando sobre la reforma del sistema electoral y la elección de diputados pòr circunscripciones uninominales. Tesis que le dirigió Vicente Garrido, amigo, confidente y presidente del Consell Jurídic Consultiu (CJC), organismo del que Camps forma parte desde que dimitió.

Y ese es su segundo empleo, el de miembro del CJC, gracias al estatuto de expresidente que le otorga puesto, coche oficial, chofer, secretario y despacho en la sede de este órgano consultuvo de la Generalitat. Despacho que Camps usa como base de su actividad... ¿política? ¿social? ¿docente? Pues no se sabe, porque pese a que es un gasto que se paga entre todos los contribuyentes, la actividad el expresidente en el CJC es desconocida más allá de participar en las reuniones que, se supone, celebra de tanto en tanto el organismo en cuestión.

A ese despacho, situado a menos de un centenar de metros de su domicilio, Camps se desplaza en el coche oficial por motivos de seguridad, pues algún reproche se ha llevado por la calle tras su implicación, penalmente desestimada en el juzgado, en el caso Gürtel.

Y si en ese despacho no se sabe muy bien a qué se dedica Camps, menos conocida -si no totalmente desconocida por inexistente- es su labor en Les Corts, donde el expresidente sigue ocupando (es un decir, porque no va casi nunca) un escaño. Es diputado y por ello cobra.

Y así, mientras mantiene dos puestos vinculados, al menos así se entienden, al servicio público, Camps (que no consta que haya renunciado a cobrar por su desconocido servicio a los ciudadanos) ha aceptado ahora un tercer empleo. Será que le sobra tiempo y que tiene ganas de transferir sus conocimientos a los estudiantes dispuestos a pagar 2.250 euros, el precio del master.

Un master que ya ha comenzado -acaba a finales de diciembre- y pretende "dar los conocimientos suficientes para entender los pasos necesarios en una investigación en los campos de las Ciencias de la Salud y Experimentales, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias de la Educación y Humanidades, recorriendo las diversas etapas del proceso de investigación desde el planteamiento inicial del tema hasta la comunicación de los resultados", según indica la web de la universidad y recogían este jueves las agencias de información.

Parece que el nuevo profesor Camps podría reproducir aquel viejo diálogo entre el rector de la Universidad de Oviedo y un, entonces, joven, Santiago Montero Díaz, historiador, quien al ser preguntado sobre en qué era especialista respondió sin dudarlo: "En la totalidad, señor rector".