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VALENCIA. Henning Kagermann, presidente de SAP y consejero de Deutsche Bank y de Daimler Chrysler Services, incluye en sus últimas apariciones un mensaje sobre lo que él llama "el proteccionismo público a la I+D+I " y de esta forma afirma que " La innovación no debe ser fomentada por las Administraciones ".

Quizás lo que muestra esta afirmación son los recelos de este señor para que sus competidores no crezcan; porque sí algo consigue realmente la innovación es empujar a pequeñas y medianas empresas a ser cada día más grandes. Si estudiamos el caso valenciano observamos que el interés por conocer el papel de las especificidades locales en el desarrollo de mecanismos de estímulo a la generación de conocimiento científico y tecnológico hizo que el denominado "modelo valenciano" fuese copiado por el resto de las Comunidades Autónomas por ser éste el que más ha contribuido a un desarrollo social y de modo más específico, al desarrollo de capacidades competitivas constituyendo un soporte para responder a todos los desafíos con los que la industria valenciana se ha enfrentado en estos últimos treinta años.

Desde el inicio de la participación del Gobierno autonómico en la promoción y organización de la actividad científica y tecnológica a finales de los ochenta, se ha procurado su caracterización y organización a fin de generar mecanismos de estímulo apropiados para su desarrollo. De esta forma se han trabajado distintos escenarios que han desarrollado capacidades de producción de conocimiento científico que soportaran la producción de conocimiento aplicado y el desarrollo tecnológico.

También han sido desarrollados por los distintos Gabinetes enfoques de política científica y tecnológica involucrando a todos los agentes sociales, económicos y políticos posibles, procurando establecer objetivos y determinando relaciones entre los mismos. Desgraciadamente, la política científica, tecnológica e industrial no ha interaccionado como se esperaba, pero llegados a este momento crítico de la crisis en vez de aprovecharse de todo el talento y el conocimiento, lo que se prefiere es dejarlo morir.

Si la investigación no es equiparable al desarrollo tecnológico ni a la innovación, lógicamente estos tres elementos nunca deberían financiarse de igual forma. La Administración valenciana tiene que ver en sus medidas de apoyo una forma de retorno que en más o menos espacio de tiempo llevará a salvar la incertidumbre y la aversión al riesgo que los empresarios valencianos ven en la apuesta hacia la I+D+I.

Por tanto, es necesario que la Administración actúe porque de otra forma el mercado no intervendría. Es importante que se planifiquen objetivos científicos y tecnológicos y que sean acordes a los contemplados en la estrategia europea Horizonte 2020 y que estén alineados a la realidad de las pymes valencianas en este entorno desfavorable del 2012, y dejarse de fantasías. Las estadísticas hablan y se puede ver cómo cada día es un reto no sólo abrir un negocio sino permanecer en el mercado.

Es necesario, por tanto, que las políticas científicas, tecnológicas y de innovación sigan apoyándose cada vez con más recursos, y que se sigan impulsando las estructuras de promoción y desarrollo de conocimiento científico y tecnológico, pero no obstante la conformación y evolución de este Sistema Regional de Innovación no se desarrollará si los acuerdos entre los verdaderos actores que son los demandantes no son adoptados convenientemente.

Podría hablarles de asfixia del que era ese envidiable modelo del pasado, a través de recortes e impagos, de fuga de talentos, de EREs, pero como no me van a hacer caso, de nuevo, prefiero no perder el tiempo. "Quien tenga oídos que oiga" y quien haya leído esta opinión que saque sus conclusiones.