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VALENCIA. No hay cliente pequeño. Las tiendas por internet les demandaban pequeños pedidos de cajas para enviar sus productos, pero en la empresa Landero embalaje les tenía que decir que no.

Especializada en la preparación para en transporte de componentes de automoción, cajas para la distribución de botellas de vino y cava, automontables para el envío de cítricos o automontables para moda y complementos, su estructura le exigía pedido de miles de unidades para alcanzar el umbral de rentabilidad.

Los encargos de 50 o 100 unidades les venían pequeños, pero pronto observó que el crecimiento del número de tiendas punto com era evidente un nicho de negocio que, con las debidas adaptaciones, podía reportarle una nueva vía de ingresos que otros competidores sí estaría dispuestos a intentar.

FIJARSE EN LO PEQUEÑO 

Así nació Embalamostu.com, marca de la mercantil Tecnicartón. "Hasta ese momento, la empresa hacía grandes embalajes para productos que requerían soluciones específicas, como motores o elementos de mecánica que han de ir protegidos para que lleguen a su destino en las mismas condiciones que salen de la cadena de montaje", señala Daniel Mora, responsable del proyecto.

Tenían la tecnología, contaban con un destacado equipo de diseño y su calidad estaba sometida a la exigencia de clientes como Ford, Renauld o Volkswagen. El reto era contar con un sistema que les permitiera introducir estos encargos sin para satisfacerlos rápido y con unos márgenes adecuado.

Un vez superado ese problema venía el servir un embalaje que aguantara el trato que reciben los paquetes en mensajería, el medio utilizado para su reparto. 

A GOLPES CON LA FURGONETA

Mientras que los productos en los palets se cargan y descargan con maquinaria ideada para no afectar al producto, la carga en sacas de los paquetes pequeños o su trasiego por distinto vehículos lo expone a infinidad de golpes y daños que no deben afectar al producto ni en su embalaje.

"La primera impresión del cliente viene del propio paquete en el que llega el producto", señala Mora. Su estética y su resistencia se convierten en componentes fundamentales de esa tarjeta de presentación.

Por una cuestión de coherencia de negocio y utilidad del formato, la empresa optó por vender por medio de comercio electrónico. La empresa interesada abre su cuenta y entra en un catálogo dividido en función del producto que se transporte: fruta ecológica, botellas o moda u complementos.