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VALENCIA. El pasado viernes, Valenciaplaza.com publicaba un panel de opinión en el que se preguntaba a diferentes personalidades de la sociedad civil sobre la influencia que podría tener el PSPV tras el Congreso Federal del PSOE. La mayoría de consultados expresaban su pérdida de fe en la federación valenciana y coincidían en que los cambios que se produjeran en Ferraz no derivarían en un aumento de peso de los socialistas valencianos.
Con la victoria de Alfredo Pérez Rubalcaba, el próximo congreso del PSPV ha comenzado a hervir. Algunas de las posiciones han variado con el triunfo del exministro, aunque como bien subrayaban los encuestados por este diario antes del cónclave, la influencia de los socialistas valencianos en Madrid apunta a continuar siendo una voz lejana mientras ‘su casa' no esté ordenada.
El resultado del 38 Congreso Federal del PSOE extiende un manto de incertidumbre sobre el cónclave valenciano. Y lo anima. Había comenzado a instalarse en diversos sectores del PSPV la creencia de condena -casi insalvable- para el actual secretario general, Jorge Alarte. Su posición ahora es la de un tenista que ha remontado un set salvando un ‘match point': lo tiene difícil, pero todavía tiene cartas que jugar.
En cambio, todas las fuentes consultadas de los diferentes sectores del PSPV presentes en el congreso han coincidido en que la exministra de Sanidad Leire Pajín ha sido la gran perdedora en clave valenciana de la cita.
La dirigente de Benidorm ha apostado fuerte a la carta de Carme Chacón. No suscita especial simpatía en el partido, más aún desde la decisión de Rodríguez Zapatero de nombrarla en su día secretaria de Organización del PSOE. Un puesto en el que duró tan solo un par de años y en el que se granjeó un buen número de detractores.
Ahora, con la derrota de Carme Chacón y su salida de la Ejecutiva -Rubalcaba no se ha prodigado en sus concesiones a los perdedores y Pajín era un elemento inasumible para él-, basa su fuerza en el reducto de tropa que dispone en la provincia de Alicante y los cargos situados en la dirección del PSPV: Elena Martín, secretaria de Organización y Ana Barceló, secretaria general provincial de Alicante. Ambas con nulo ‘feeling' con los afines a Jorge Alarte. Pocos argumentos para la batalla que viene.
VALENCIANOS EN LA EJECUTIVA: TODO SEGÚN SE MIRE
Uno de los puntos de referencia para conocer la fuerza de una federación es la Ejecutiva conformada por Pérez Rubalcaba: en este caso ha situado a cuatro valencianos.
Jorge Alarte aplaudió la presencia de activos del PSPV en el Ejecutivo. "El PSOE ya piensa más en valenciano", subrayó ayer. Es una lectura positiva y optimista: aunque la realidad es que no es una presencia articulada y, uno de sus baluartes -o así lo han esgrimido siempre- Ángel Luna, quien estuvo en todas las quinielas, no entró finalmente en el órgano de gobierno.
Inmaculada Rodríguez-Piñero será la secretaria Ejecutiva de Economía y Empleo. Un puesto importante para la cabeza de lista por Valencia quien, no obstante, no está adscrita a las batallas de los socialistas valencianos, sino que más bien ha ganado su posición por su propia capacidad y relación con Ferraz y el nuevo secretario general del PSOE.
Los otros tres puestos para el PSPV son para el portavoz del grupo socialista en la Diputación de Alicante, Alejandro Soler, (antes cercano a Pajín y ahora alineado con Alarte), Carmen Montón, diputada nacional integrada en la corriente lermista y María Teresa Noguera, mano derecha de Francesc Romeu, aspirante a liderar el PSPV que ha apoyado a Rubalcaba. Una representación numérica relevante pero que expone con nitidez la división existente en el PSPV.
En cuanto al Comité Federal, menos importante y con más componentes: decisión salomónica. Leire Pajín, Francesc Romeu, Carmen Martínez, Joan Lerma y Ciprià Císcar conformaron la cuota valenciana.
XIMO PUIG SE PREPARA PARA DAR EL SALTO
¿Y qué hay del lermismo? El diputado nacional Ximo Puig, posible cabeza de cartel de este sector de cara al congreso nacional, fue uno de los primeros en apoyar a Carme Chacón. Ayer apuntaba a una "reflexión" en clave valenciana de lo ocurrido en Sevilla aunque, según ha podido saber este diario, la intención del responsable de la corriente ‘lermista' sigue siendo la de presentarse como candidato a la secretaría general del PSPV.
El exdiputado Manuel Mata, también aspirante a liderar a los socialistas valencianos y alineado con Chacón, fue uno de los más críticos en su intervención durante el congreso, rechazando la gestión ofrecida por el partido. Ayer, pese a ponerse a disposición de Rubalcaba, subrayó que el destino del PSPV "lo decidirán los militantes valencianos". El prestigioso abogado, al igual que Puig, planteará batalla.
FRANCESC ROMEU Y SU RESPALDO ‘IN EXTREMIS' A RUBALCABA
Uno de los que apuró los tiempos para dirimir su apoyo fue Francesc Romeu, otro de los futuros candidatos a dirigir el PSPV. El dirigente de Silla no quiso inclinarse por ninguno de los dos candidatos hasta escuchar sus proyectos: la decisión definitiva fue tomada en la noche del viernes.
Desde su entorno, rechazan de plano la posibilidad de que el respaldo prestado al nuevo secretario general del partido implique un acercamiento a Jorge Alarte. "Son formas de hacer política totalmente diferentes, como el agua y el aceite", destaca un colaborador de Romeu. En esta línea, el aspirante criticó ayer duramente al líder de los socialistas valencianos: "Mi proyecto no tiene nada que ver con Alarte, el suyo representa la división, la exclusión y el fracaso", afirmó Romeu, quien ya criticó al secretario general tras lo ocurrido con las intervenciones previstas de la federación valenciana.
EL SAINETE DE LAS INTERVENCIONES
La imagen del PSPV no ha sido buena. Más allá de que la federación valenciana acudiera dividida al cónclave, el caos surgido por la portavocía de la delegación y las cinco intervenciones solicitadas, que finalmente se quedaron en dos, ha mostrado una fotografía de los socialistas valencianos de atomización y desorden. La instantánea del PSPV de cara a Ferraz es la de una federación que no sólo no gana -ni recorta- ante un gobierno del PP que ha dado facilidades para ello en esta legislatura, sino que además es una fuente de conflictos.
Según diversas fuentes consultadas, Pérez Rubalcaba no tiene intención de "imponer o avalar" a ningún candidato para el PSPV, algo que, por otra parte, no resulta infalible. No obstante, desde Ferraz se espera que la lucha por encabezar la federación valenciana no se convierta en una pelea encarnizada o un circo que deje en evidencia al partido.
Quedan dos meses para que el PSPV celebre su congreso y, tras él, podrá concluirse si la exigencia de los socialistas valencianos a tener una voz audible en Madrid está justificada o, en cambio, y pese a ser una de las federaciones más fuertes en cuanto a votos y militancia de España, debe seguir permaneciendo en segunda fila, en tierra de nadie, por su incapacidad de construir un proyecto sólido.
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