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Atípico González

05/07/2010 "Cuán lejos quedan los tiempos de los tenores de los líderes empresariales, aquel equipo que ensayó con Eduardo Zaplana una y mil veces la comparecencia inequívoca y al unísono para respaldar sus planes políticos... hasta certificar su valencianía"

VALENCIA. En Presidencia de la Generalitat Valenciana están convencidos de que José Vicente González, presidente de la Confederación de Empresarios Valencianos, es una correa de transmisión de Jorge Alarte, secretario general del PSPV, en el mundo empresarial. Y mucho. Lo creen mucho. En todo caso, yo diría que es, más bien, al revés. Es Jorge Alarte quien tiene muy en cuenta las opiniones del industrial y de la confederación hasta el punto de asumir en sus recetas socialistas numerosos planteamientos del plan que presentó la CEV para abordar un nuevo modelo económico en la Comunitat Valenciana. Y eso no es intrínsecamente malo. A lo mejor es políticamente incorrecto, aunque tampoco veo por qué, pero no es malo.

No extrañó, pues, nada en Palau la recriminación de su discurso del martes en la asamblea anual de la CEV en la que daba cuenta de sus actuaciones, gestiones y pretensiones: "Hemos pasado de tener las cajas de ahorro tercera y cuarta con centros de decisión en la CV a no tener ningún centro de decisión en nuestra Comunidad". En realidad González sólo ceñía la responsabilidad a empresarios y entidades financieras y animaba a seguir apoyando a Bancaixa. Era, clavadita, la misma reacción que le hemos leído a algún veterano líder empresarial como Federico Félix. Pero, aún así, no sientan bien los gestos ni palabras de González. Tanto que hasta se corrió el rumor de que no había sido invitado a presenciar la carrera nefasta de Fernando Alonso en el circuito valenciano. No fue verdad.

En el texto del discurso oficial, y perdonen la insistencia, quedaba claro que las quejas iban en otra dirección, pero González, que se salió poquísimo del guión, añadió, no obstante, una frase más ambigua e incisiva: "Cuando no se tiene estrategia, la estrategia te la hacen". ¿Quién tenía que tener estrategia? ¿Estrategia política?

Cuán lejos quedan los tiempos de los tenores de los líderes empresariales, aquel equipo que ensayó con Eduardo Zaplana una y mil veces la comparecencia inequívoca y al unísono para respaldar sus planes políticos... hasta certificar su valencianía.

González se saltó en la asamblea el tópico -sin irreverencia y con sensatez- e hizo un ejercicio notable de independencia cuando dio un rapapolvos con ajustado equilibrio en un párrafo medidísimo que ha sido poco destacado por los medios de comunicación: "La situación de España no es mucho mejor, con un gobierno débil por la propia aritmética parlamentaria y por las dudas y retrasos en tomar decisiones absolutamente imprescindibles, y con una oposición más oportunista que dedicada a ayudar a resolver los problemas estructurales que tiene nuestro país". Se refería, claro, a Zapatero y a Rajoy.

Sinceramente, tanto arrojo en una institución empresarial no lo conocíamos por estos lares. Hay quien piensa que son cosas del momento y de que lleva pocos años, que todo se aprende. A Rafael Ferrando, ahora presidente de la Cierval, todavía le duelen los dedos del reglazo que le arreó José María Aznar cuando en plena Feria de Valencia se le ocurrió reclamarle la deuda histórica de la Comunitat Valenciana.
Esta vez no ha habido llamada de atención. Bastante hemos avanzado por las dos partes.

Pero lo bueno vino después, al final. Cuando acabó su intervención tocaba el reglamentario punto de ruegos y preguntas, que González transformó en una invitación a expresar las dudas y objeciones que la alta representación empresarial allí reunida pudiera ver a su crítica intervención. Insistió, pero no hubo réplica. Aprobación total... ¿no?

¿DE QUIÉN ES MUJER?
Helga Smichdt ha cantado la traviata con el aumento extra del sueldo de algunos de sus empleados. La intendente del Palau de les Arts, con un sueldo que se ha convenido públicamente - no confirmado- en más de 30 millones de las antiguas pesetas, y la directora de recursos humanos de la fundación - unos 300 empleados - decidieron, después de aprobarse el convenio, un aumento extra por recalificación de puesto de trabajo para 50 trabajadores - ni mucho menos mileuristas- y se lo pagaron. El patronato, el consejo de administración de la fundación, ordenó ante tamaño escándalo - uando se rebaja el sueldo a los funcionarios, a los cargos públicos y políticos y se reduce el presupuesto del Palau- que al siguiente sueldo les descontaran el aumento extra.

Ante esta orden, la una y la otra convocaron ¡una asamblea! con los afectados para explicarles que ellas estaban en contra de la decisión del patronato y a aconsejarles posibles medidas de presión. Incluso Helga, cuentan, se brindó a ayudar con dinero de su bolsillo si alguno se veía necesitado. Al comentar esto con algún amigo, malvado por supuesto, me preguntó enseguida. A Helga ya la conocemos pero esa directora de recursos tan revolucionaria y contradictoria con su empresa ¿por qué está ahí? ¿de quién es mujer?

El escándalo es aún mayor cuando se sabe que la intendente fue capaz de torcer la voluntad del patronato, presidido por Francisco Camps, a base de enérgicos gestos y altisonantes expresiones en los teléfonos de la consellera Trini Miró y el propio presidente del Consell, a su vez, presidente del patronato que había ordenado la retirada del sobresueldo por recalificaciones. ¿Quién manda aquí?

LA "LóGICA" DE FONT DE MORA
La lógica del conseller Font de Mora es tan aplastante que a veces parece vengativa. Es lógico, como escribí aquí mismo, que la conselleria expediente con sanción de 20 días de suspensión de empleo y sueldo a José Luis Santiago, el director de instituto Las Norias que permitió que se colgara en el centro una foto del conseller, del director de la compañía, cabeza abajo. Es lógico también que expediente la conselleria a Diego Gómez por saltarse las clases en su colegio público Víctor Ortobal de Carcaixent para acudir y hacerse fotos a un acto de Escola Valenciana, por más presidente que sea de tan importante y loable asociación. Y no es menos de razón en los tiempos que corren que intente el titular de Eduación recortar su gasto -no le llegan los fondos ni a fin de mes- quitando 54 liberados sindicales para ahorrarle 2,5 millones al erario. Todo esto es lógico, pero señala bien a su autor porque siempre su lógica le lleva en la misma dirección.

PINOS QUE HACEN HISTORIA
Es la primera vez que se oye hablar así a un político del siglo XXII. Ha sido a Rita Barberá en la presentación de la oficina de promoción ambiental de la Albufera, después de visitar los viveros municipales instalados en el parque natural. La alcaldesa, supongo que con el intento de hinchar el perro hasta el paroxismo, metidos como estamos en la faena de dar la impresión de gran actividad política, y siguiendo la tónica al uso de la grandilocuencia, ha expresado su gran satisfacción, al modo de las banales frases reiterativas de los gobernadores civiles franquistas: "He podido comprobar cómo se hacen las plantaciones de las diferentes plantas y las bandejas donde empiezan a crecer esos pequeños pinitos que serán los grandes pinos del siglo XXII". Con la misma potencia que si anunciara un proyecto tan crucial e histórico como el Parque Central. Es la estela inexorable de aquellos mensajes de los pasados años de la opulencia: "El hospital más grande del mundo, el mitin que recordarán todas las generaciones, la mayor inversión de la historia"... Además esconde una terrible sospecha: ¿continuará en la Alcaldía para entonces?

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