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El conseller de Economía, Industria y Comercio está entregado a su misión de salvar la economía valenciana. Se defiende de las críticas hacia la lentitud en la aplicación de reformas agumentando que son cambios a largo plazo y no se debe ir más rápido. Cuando le preguntamos por los rumores acerca de su marcha de Valencia, responde que ni sí no, sino todo lo contrario...

VALENCIA (CRUZ SIERRA). Se ha revelado como la sorpresa del consejo de gobierno del presidente Fabra, quien a su vez lo había 'heredado' del de Camps. Dicen que ahora, decepcionado por los problemas encontrados, se quier volver a Madrid, pero él no lo confirma y se muestra resignado ante "la inmensa suerte de tantas cosas, materiales e inmateriales, que tenemos que en sociedades no demasiado lejanas ni tan siquiera soñarían". No cree ir retrasado en la ejecución de las reformas que la situación económica exige, ni pecar de falta de transparencia. Considera que nuestra sociedad peca de 'cainismo', pero cree en el futuro "y en lo que nosotros queramos ser".

Posee un curriculm excepcional comparado con lo acostumbrado: Desde septiembre de 2007, director de la División de Productos Industriales y Tecnología del Instituto Español de Comercio Exterior. Antes, consejero Jefe de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Rabat. Antes, subdirector de Estudios del Sector Exterior, del Ministerio de Economía.

Desde 1994, técnico comercial y economista del Estado. Antes, profesor Asociado de la Universidad Carlos III 1990-1991; master en Desarrollo Económico por la Universidad de Oxford 1987-1990, profesor Ayudante de la Universidad de Valencia Licenciatura y doctorado por la Universidad de Valencia, ponente y Profesor de diversos master y programas de posgrado. Autor de diversos artículos y de dos libros (Qué es la globalización, e Historia del Pensamiento Económico)

1. Tiene usted en un ay a la comunidad económica valenciana acerca de su supuesto regreso a Madrid, sobre si allí le espera un puesto en el nuevo Gobierno o si vuelve a su trabajo en el ICEX... Sabemos que no está muy satisfecho de su estancia en el Gobierno valenciano. Aclare dudas: ¿se va? ¿cuándo? ¿qué es lo que más le ha decepcionado de su experiencia valenciana?
-La verdad es que me plantea una cuestión cargada de retórica y de algún que otro juicio de valor. Por mi carácter, tiendo a ser una persona que se implica en el día a día de su trabajo, quizás en exceso, y que no miro mucho más allá. Sólo le puedo decir que, con sus sinsabores, lógicos si tenemos en cuenta la grave situación económica y lo complejo que es este mundo en el que para mí casi todo era nuevo y ajeno, es un orgullo trabajar por y para esta Comunitat. Lo dije en mi primera comparecencia en les Corts, lo siento como un honor y sólo puedo estar agradecido al president de la Generalitat por la confianza depositada en mí.

En cuanto a las decepciones, tiendo a ser positivo y ver el lado bueno de las cosas. En el fondo, no deberíamos olvidar que somos unos privilegiados. No comparto la dinámica en la que hemos caído en buena parte de la sociedad actual de queja generalizada e indiscriminada por casi todo, en vez de agradecer y ser conscientes de la inmensa suerte de tantas cosas, materiales e inmateriales, que tenemos que en sociedades no demasiado lejanas ni tan siquiera soñarían.

En cuanto a su pregunta concreta acerca de mi supuesta marcha, debo decirle que nadie me ha llamado. Tampoco veo claro volver al Icex, de donde pocedo: soy de los que cree que hay que tener cuidado con las segundas partes...

2. ¿Nos equivocamos los que opinamos que el ritmo de reformas y ajustes en el sector público autonómico está siendo extremadamente lento (tenga en cuenta de que le hablo con la perspectiva de que las últimas elecciones autonómicas se celebraron en mayo...)? ¿Qué tipo de resistencias ha encontrado a la hora de ejecutar estas reformas? ¿Fusionará Ciegsa con Sepiva y el IVVSA? ¿Y el ERE de RTVV?
-El proceso de reorganización y reestructuración del sector público empresarial y fundacional de la Comunitat Valenciana requiere su tiempo y creo que lo estamos acometiendo con diligencia y cumpliendo siempre con los plazos que hemos ido anunciando. Es cierto que las necesidades son múltiples y eso puede generar la sensación de que se avanza demasiado despacio, al margen de que en ocasiones no hemos sido capaces de transmitir adecuadamente todo lo que se ha estado haciendo. En cualquier caso, nuestro principal objetivo es la optimización de los recursos existentes, tanto económicos como humanos, para lograr que el conjunto de las empresas públicas se adapte mejor a las necesidades actuales de la sociedad valenciana.

En el mes de septiembre el Consell aprobó el Decreto Ley de Régimen Económico-Financiero del Sector Público Empresarial y Fundacional, estableciendo así el marco legal que nos permite un mayor control en la gestión de empresas públicas y fundaciones (no olvide que la Comunitat Valenciana ha sido la primera autonomía en regular por Ley el régimen económico financiero del sector público). En octubre, acometimos el plan de ajuste presupuestario que, sólo para 2012, ha conseguido que se reduzca en 818 millones el Presupuesto de gastos del Sector Público Empresarial y en noviembre presentamos el Plan de Racionalización de Fundaciones 2011 con el anuncio de la eliminación de 9 fundaciones y de una sociedad mercantil.

También estamos acometiendo la primera fase de reestructuración de la Red IVEX con el cierre de cinco de sus oficinas y hemos aprobado la Ley de creación de la Corporación Pública Empresarial Valenciana y desarrollado el Decreto Ley 1/2011 con las instrucciones de homogeneización de régimen laboral de directivos del Sector Público Empresarial y Fundacional. En estos momentos seguimos trabajando en el Plan de Racionalización y Reestructuración del Sector Público de forma que a mediados de 2012 ya esté cerrado. Creo que, en definitiva, estamos sentando las bases y aplicando ya medidas con efectos presupuestarios evidentes, si bien se trata, como he dicho, de un proceso largo y complejo y que, desde mi punto de vista, requiere sus plazos y un análisis profundo si pretendemos que sea una reestructuración sostenible, duradera y no meramente cosmética.

3. La mayoría está de acuerdo con la necesidad de cruzar una etapa de austeridad y recortes pero ¿sólo eso? ¿Por qué al mismo tiempo no se establecen otros planes que repercutan positivamente sobre el crecimiento y el empleo?
-Es absolutamente fundamental que entre todos seamos capaces de transmitir un mensaje no sólo, ni fundamentalmente, de ajuste y reestructuración sino también aportar soluciones y medidas que nos permitan salir de la situación actual y afrontar los retos que se nos plantean. En este sentido, desde la Conselleria de Economía, Industria y Comercio hemos presentado para 2012 un escenario presupuestario en el que se reflejan dos tipos de medidas: Por un lado, medidas de ajuste y por otro un grupo de iniciativas de impulso de la actividad económica, de modo que aprovechemos también parte del ahorro generado con las primeras para destinarlo a la economía productiva.

Así, en política industrial se van a destinar cerca de 120 millones de euros con el objetivo de incrementar la competitividad de nuestro sector industrial y favorecer el crecimiento y la diversificación sectorial. Medidas de reactivación que se desarrollarán en torno a cinco ejes: emprendedores, innovación, internacionalización, financiación y energía. Es cierto que este presupuesto es inferior al de años anteriores y aquí creo que deberíamos hacer entre todos una reflexión. En muchas ocasiones, se percibe el gasto presupuestario como un fin en sí mismo cuando se debería percibir como un medio para conseguir un fin, que no puede ser otro que el de apoyar a proyectos empresariales que necesitan de la administración para ser competitivos y generar valor añadido y empleo. Sé que puede sonar a aquello de hacer de la necesidad virtud, pero si analizamos la política de apoyos de, por ejemplo, los países de la UE, veremos cómo no siempre quienes dedican más presupuesto son capaces de generar una industria más productiva.

Dicho de otro modo, creo que en un marco como el actual, dominado por las restricciones de liquidez y presupuestarias, se impone más que nunca la necesidad de ser eficientes en la gestión y priorizar y ser muy selectivos con la asignación de los recursos. Por ello, en el mes de enero presentaremos nuestro marco de incentivos para sectores y empresas, en el que se definen los criterios de actuación de dichos incentivos (fíjese que tratamos de eliminar el concepto subvención) y en el que factores como plurianualidad, adicionalidad, concurrencia competitiva, cofinanciación, temporalidad, etc, desempeñarán un papel clave. Por otro lado, un objetivo básico es que todos nuestros apoyos puedan ser evaluados, en la medida de lo posible y con toda la complejidad que ello conlleva, porque, ¿cómo se pueden tomar decisiones si no hemos evaluado lo que hemos hecho?

4. Tanto la Administración del Estado como las autonómicas -la valenciana incluida- están pecando de falta de transparencia a la hora de informar a los ciudadanos del verdadero alcance de lo que está ocurriendo, de las razones de los impagos a los proveedores, de los vencimientos de deuda, de lo que nos espera en 2012... ¿es cierto que la realidad es peor de lo que nos imaginamos?
-No creo que estemos pecando de falta de transparencia, de hecho en todo momento hemos sido claros al afirmar la dificultad de acceder a los mercados financieros y que el principal problema que afrontamos tanto particulares, empresas. bancos como la propia Administración, en sus diferentes ámbitos, es la obtención de liquidez. Todos somos conscientes de que 2012 no será un año sencillo. Por otro lado, y creo que esto también afecta a los medios de comunicación, debemos hacer conjuntamente un ejercicio de responsabilidad porque es evidente que se trata de temas muy sensibles en los que la transparencia no debe estar reñida con el rigor y con ser muy prudentes para no generar ruido que puede acabar siendo muy perjudicial.

5. ¿Cree usted que además de recorte de gastos e inversiones, la Administración autonómica va a necesitar aumentar sus ingresos vía fiscalidad, como proponen los grandes empresarios valencianos? ¿Qué impuestos podrían subirse?
-La mejor y única manera sostenible de aumentar los impuestos es aumentar la base impositiva, es decir, que haya más gente que trabaje y tribute por lo que le corresponda. Fue la Declaración General de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 la que estableció la obligación de todos los ciudadanos de contribuir a los gastos comunes. Esta contribución se basaba en los principios de que los tributos se pagan en función de la capacidad económica (pagan más los que más tienen) y de que el dinero recaudado tiene que servir para satisfacer los gastos y necesidades comunes. Esa debe ser la finalidad de los impuestos y para ello es fundamental acabar con el fraude o la evasión fiscal. El resto de medidas debe ser analizada con mucha cautela por sus efectos sobre el ahorro, la inversión o el consumo.

En todo caso y al margen de cuestiones más técnicas y tangibles, creo que también es básico trabajar por mejorar la imagen de las instituciones y por la percepción que tienen los ciudadanos de qué se hace con los impuestos. Siendo honestos y huyendo de la mojigatería: ¿cuánta gente paga el IVA en, por ejemplo, las reparaciones domésticas? Creo que vivimos en una sociedad en la que todos nos escudamos demasiado en lo que hacen los demás y somos poco autocríticos (yo el primero), lo que no supone evidentemente que todo el mundo tenga el mismo el grado de responsabilidad.

6. La colocación de bonos entre particulares ha sido insuficiente... ¿por falta de confianza de los ciudadanos en la capacidad de pago de la Generalitat? ¿Puede hacer frente la Generalitat a los próximos vencimientos de deuda sin la aportación del Estado? ¿Y a los proveedores?
-La colocación de bonos ha sido complicada. Las circunstancias actuales son muy distintas a las de anteriores emisiones. El cierre de los mercados financieros, la existencia de múltiples productos financieros altamente competitivos de entidades y empresas, unido a la crisis de confianza y a la competencia entre Comunidades Autónomas y el Estado, son aspectos que han influido decisivamente en la colocación. Las fechas de la emisión han estado condicionadas por la disponibilidad de las autorizaciones del Gobierno y por el vencimiento del bono de diciembre de 2010. En cualquier caso, el jueves 22 de diciembre, tal y como habíamos dicho, hicimos frente al vencimiento del bono minorista de 2010.

De todas formas, creo que hay que revisar el actual modelo de financiación y endeudamiento de las Comunidades Autónomas, hacia sistemas como se aplican en Alemania o en Austria. No debemos olvidar que, aunque en ocasiones no lo tengamos en cuenta, somos un único sistema (Estado, Comunidades Autónomas, Corporaciones locales) y deberíamos tratar de actuar como tal.

7. ¿Deberán esperar malas noticias los funcionarios valencianos acerca de su salario, procedentes tanto de Moncloa como del Palau de la Generalitat? ¿Estaría de acuerdo con ello?
-Le hablo como funcionario que soy. Yo creo que uno de los grandes retos a los que vamos a tener que hacer frente ente todos es el de adaptar la Administración a los tiempos actuales y a los que vendrán. Sé que esto es complejísimo y que, de hecho, difícilmente se va a poder realizar sin un cierto consenso entre los grandes partidos. Dicho esto, sería fundamental desarrollar sistemas de incentivos y de desincentivos. Desde mi punto de vista, la época del café para todos es difícilmente justificable hoy en día desde un punto de vista social y económico.

8. ¿Qué alternativas le quedan a la Comunidad Valenciana después de quedarse sin centros financieros de decisión tras las fusiones de Bancaja y Ruralcaja, la venta de la CAM y la intervención del Banco de Valencia? ¿No le parece un grave revés para la economía regional estas pérdidas?
-Es obvio que la actual no es la situación ideal. Antes me ha preguntado por la emisión de bonos. Estoy convencido de que con entidades valencianas más potentes, la colocación hubiera sido mucho mayor. Sin embargo, no hay que mirar hacia atrás más allá de para aprender de lo que se haya podido hacer mal. En estos momentos, nuestra principal preocupación no es tanto la procedencia del capital como que éste fluya y llegue a la sociedad valenciana en general y a su tejido productivo en particular. Esto es lo que ahora realmente debe preocuparnos, que las entidades mantengan el compromiso territorial con el tejido productivo valenciano y puedan consolidarse y fortalecerse manteniendo el empleo y la obra social. Es cierto que yo tiendo a utilizar un mensaje muy vinculado a la internacionalización y a la globalización, pero no cabe duda de que el efecto sede es muy importante, aunque una vez más esa posibilidad está en nuestras manos y si en el pasado fuimos capaces de desarrollar ese tipo de proyectos no hay motivo para no poderlos impulsar en el futuro.

9. ¿Hubiera podido -o debido- evitarse la deslocalización de la industria regional hacia Oriente? ¿Estamos ‘condenados' a ser una región primordialmente de servicios o queda alguna oportunidad para la industria y la manufactura?
-Evidentemente, en el ámbito de los servicios y especialmente en el de la actividad turística somos todo un referente a nivel internacional, si bien no debemos olvidarnos de que también lo éramos en otros ámbitos y hemos dejado de serlo. Esto lo digo porque el mundo actual es muy cambiante y es necesario anticiparse a esos cambios. En el caso de la industria, en todos los países avanzados con muy ligeras excepciones como puede ser Alemania, el peso del sector industrial ha caído por el avance de los mercados emergentes, que tienen menores costes, especialmente laborales, lo que los hace ser más competitivos, especialmente en productos relativamente homogéneos.

Es cierto, sin embargo, que dentro de un mismo sector, observamos comportamientos muy distintos de las empresas, lo que pone de manifiesto que al final el factor humano y de gestión es clave. Es difícil ir contra la lógica de costes, lo que no quiere decir que debamos abandonar la idea de tener fábricas y unidades de producción en nuestro territorio, porque de nuevo, como decía con las entidades financieras, el efecto sede es importante. Por supuesto que tendremos industria, pero será distinta a la que hemos conocido hasta hace poco.

En un contexto tan abierto y competitivo como el actual es imposible ponerle barreras al campo y lo que hay que hacer es tratar de buscar y aportar permanentemente valor añadido. Y ese valor añadido en un país desarrollado como el nuestro está claro que no puede venir por el lado de los salarios, sino por otros medios como el de la innovación, la tecnología, el diseño, la logística, etc. Es cierto que este mensaje es fácil de lanzar y más complejo de cumplir, pero tenemos en nuestra Comunitat magníficos ejemplos de empresas líderes y que son capaces de competir con éxito todos los días. Fíjese, por ejemplo, en el ámbito de la distribución, básicamente, del sector de alimentación, cómo somos un referente a nivel nacional y los efectos que eso tiene sobre nuestra industria agroalimentaria. Nos hacen falta más empresas líderes, con tamaño, y que generen efectos de arrastre sobre las pequeñas y medianas empresas.

10. ¿Cómo se imagina la economía valenciana dentro de diez años?
-Lo primero es que me la imagino en un mundo con un escenario radicalmente distinto al que hemos vivido hasta hace poco. Hablábamos de globalización, pensando que los pesos relativos de las economías se iban a mantener relativamente estables, pero la realidad nos pone de manifiesto que el sistema está pasando a ser más bien multipolar, en el sentido de que hay economías que hasta hace poco tenían muy poco peso en el mundo y que sin embargo van a tener una presencia creciente y muy relevante.

Al mismo tiempo, las nuevas tecnologías están teniendo un impacto sobre los hábitos de los consumidores y sobre las formas de hacer negocios que creo no éramos conscientes de su alcance. Por ello, el futuro de la economía valenciana pasa por su capacidad de ser productiva como única forma de ser competitiva y de integrarse en los circuitos de producción y distribución internacionales. Ésta ha sido una tierra ejemplar, pionera y referente en muchísimas cosas y en muchísimas ocasiones. Sin caer en la autocomplacencia y tratando de superar cierto cainismo que nos caracteriza y el exceso de crispación que nos invade, lo que vayamos a ser depende de nosotros, de que nos creamos que podemos ser innovadores en un mundo global. En definitiva, el futuro está en nuestras manos.