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crónica de una entrada (menos) triunfal

Los fieles escuderos de Camps

XIMO AGUAR. 13/12/2011 Amigos, ángeles caídos, desamparados o deudores. Una comitiva de incondicionales corta y sin tropa como único apoyo para el expresidente
Francisco Camps a su llegada a la sede del TSJCV

VALENCIA. En política, la imagen se cuida de forma compulsiva y enfermiza. La importancia de la ‘foto' es fundamental: una prioridad para cualquier dirigente. No es inverosímil ver codazos y empujones entre miembros de un mismo partido que ansían dejarse ver ante líderes de relumbrón.

Ayer, sin embargo, no hubo grandes trabas para posar al lado de Francisco Camps. Un reducido grupo de incondicionales entre los que se mezclaban amigos, ángeles caídos, dirigentes desamparados o deudores tocados por la magnanimidad del exlíder, tomaron posiciones en las inmediaciones de las dependencias judiciales. Unos en la propia puerta, otros a mayor distancia bloqueados por las vallas custodiadas por la autoridad. En cualquier caso, pocos.

En cuanto a las imágenes, la primera instantánea que dejó el expresidente de la Generalitat fue la que concedió al ser escoltado por un chófer de lujo: Juan Cotino. Quien fuera su principal apoyo para llegar a la cima, no acertó como consejero en el caso de los trajes. Que precisamente él le condujera en coche ante la sede del TSJCV dibujó una metáfora de todo lo acontecido en el proceso.

Allí le esperaban un puñado de fieles. Cuando Camps acudió a declarar en 2009 estuvo flanqueado por los vicepresidentes y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. En aquella ocasión, decenas de personas coreaban el nombre de Camps, quien recibió el calor a la carta orquestado por la maquinaria del partido, siempre presta cuando la ocasión lo requiere. En cambio, la desangelada fotografía de ayer reflejó la crueldad de la política. Puro contraste.

A Camps le esperaba ayer en la puerta del TSJCV el vicepresidente de Les Corts, Alejandro Font de Mora, quien fuera portavoz del Consell y uno de los primeros defensores del líder del PPCV frente a Eduardo Zaplana. También estaban las diputadas Esther Franco, fiel colaboradora del expresidente y esposa de Vicente Sanz, acusado de abusos en RTVV; y María José García Herrero, campista alicantina de Villena.

Dos de los referentes del que fuera su Ejecutivo también le recibieron con los brazos abiertos. Pablo Landecho, exjefe de Gabinete, ahora consultor externo en Broseta Abogados, y Henar Molinero, exdirectora de Organización en Presidencia, ahora al frente de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Consuelo Císcar, directora del IVAM y esposa del portavoz parlamentario Rafael Blasco, también estuvo presente, así como la exconsellera de Cultura, Trini Miró, una apuesta personal de Francisco Camps que no terminó de funcionar en el área y que tampoco logró controlar el partido en Alcoy.

Como se preveía, ningún miembro del Consell actual ni un representante del partido de entidad. Alberto Fabra, Rita Barberá, Antonio Clemente... estaban en Madrid en la Junta Directiva Nacional del PP. Así lo advirtió la alcaldesa de Valencia el viernes.

En cualquier caso, la formación ‘popular' siempre ha demostrado que cuando quiere hacer exhibiciones de fuerza tiene el potencial para ejecutarlas. Si puede llenar una plaza de toros, puede lograr que algunas decenas o cientos de militantes apoyen a Camps.

Si la alcaldesa no podía estar presente para respaldar al expresidente, sí hubieran podido hacerlo un nutrido grupo de concejales. Sí no podía acudir el presidente, Alberto Fabra, tal vez sí la vicepresidenta o algunos consellers -muchos apuestas del propio Camps- o el propio secretario general del PPCV.

La realidad es que el grueso del PPCV y el Consell dejaron solo al que fuera presidente durante ocho años. Ahora manda Fabra y, a buen seguro, no habría sido bien visto que los miembros del Ejecutivo acudieran a apoyar visiblemente a Camps. Hoy, con el retraso en la declaración del expresidente, no hay Junta Directiva Nacional del PP en forma de excusa: quien lo desee, puede ir a darle respaldo público. 

Ayer, al lado de Camps estuvo su mujer y unos pocos fieles que, además, carecen en su mayoría de tropa y peso específico en el partido. Camps, si es absuelto, tendrá derecho a exigir su rehabilitación en algún cargo digno pero, por lo visto en la ‘foto' del TSJCV, no podrá elevar la voz porque en el PPCV, todo el mundo ha asumido ya que el presidente es y será Alberto Fabra.

 

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