LUIS A. TORRALBA. 22/06/2010 La SGR anda metida en dificultades. Su fondo de provisiones técnicas se encuentra a un paso de quedarse a cero, después de que sólo en 2009 se redujese un 73%, por lo que la entidad necesitaría con urgencia una inyección de capital para apuntalar su delicada solvencia, circunstancia que los directivos han rechazado ante este diario

imprimir

Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Juan Roig inaugura Marina de Empresas: "Aspiramos a hacer algo único en España"
• La naviera Boluda incrementa sus conexiones con Canarias mediante un servicio directo desde Alicante
• El IVI abre sede en Roma

VALENCIA (VP). A la Sociedad de Garantía Recíproca de la Comunitat Valenciana (SGRCV) se le podría presentar un serio problema de solvencia, dado que su fondo de provisiones técnicas -las reservas para hacer frente a futuras contingencias- se está reduciendo al máximo. Una situación que de seguir así  y según fuentes financieras, podría atraer la atención e incluso la intervención por parte del Banco de España, tal y como manifiestan a este diario fuentes conocedoras de la entidad.

El citado fondo de provisiones técnicas, que hace el rol de fondo de garantía de una SGR, ha menguado espectacularmente en los últimos tres años. De los 65 millones de euros disponibles en 2007, se redujo  a  51 millones en 2008 y a menos de 14 al cierre del pasado ejercicio, mientras que a dos semanas vista del cierre del primer semestre de 2010 el fondo estaría prácticamente finiquitado, según ha podido saber Valenciaplaza.com.

"Si no se realiza una ampliación de capital de manera urgente o, cuanto menos el IVF se compromete a ello en los próximos días, los inspectores del Banco de España podrían intervenir a partir de la tercera semana de julio que es cuando tendrán ya sobre la mesa las cuentas del primer semestre de la SGRCV". Así opina una fuente próxima a la sociedad, advirtiendo que cuanto menos serían necesarios 10 millones de euros. Se trataría de la misma cantidad que hace dos años ya recibió la sociedad de garantía recíproca a través de otra ampliación de capital.

Sin embargo, desde el IVF, su principal accionista -o 'socio protector' como se conoce en la jerga de este tipo de sociedades- con una participación a 31 de diciembre de 2009 del 12,86%, ha rechazado contestar a las preguntas de este diario. Ante las numerosas llamadas realizadas por este diario,  finalmente un portavoz de la SGRCV ha rechazado escuetamente tal posibilidad: "Es rotundamente falso que tengamos que ampliar capital".

Por supuesto, cabe la posibilidad de que la entidad no se viera obligada a ampliar capital, pero para ello deberían fructificar las conversaciones que la SGR está manteniendo con las entidades financieras con las que tiene avales, con el fin de refinanciar los cada vez mayores impagos de cuotas por parte de sus clientes y así intentar levantar los niveles de solvencia.

PLAN DE VIABILIDAD
Según expertos consultados por VP, resulta impensable que se deje caer a una SGR porque muchos de sus socios protectores son entidades financieras, bancos y cajas, de las que a fin de cuentas dependen de estas sociedades. Pero lo cierto es que o comienzan a refinanciar las operaciones a las que sus clientes no pueden hacer frente para que no repercutan en la SGRCV, o el conflicto está asegurado.

Los socios protectores de la SGR valenciana son organismos públicos, asociaciones y entidades financieras entre las que se encuentran, además del IVF, Bancaja, que al cierre del pasado año contaba con una participación del 2,81%, CAM (2,80%), Diputación Provincial de Castellón (0,44%), Caja Madrid (0,35%) y así hasta 53 socios entre los también aparecen Feria Valencia (0,23%), Cámara de Comercio de Valencia (0,18%), Confederación Empresarial Valenciana (0,05%) y el Ayuntamiento de Castellón (0,01%).

Un plan de viabilidad creíble es la tabla de salvación de una institución que el próximo año cumplirá tres décadas, que ha logrado encaramarse en lo más alto de las sociedades de garantía recíprocas españolas en volumen de avales y riesgo vivo, pero que en los últimos años acumula pérdidas reales pese a que año tras año sigue presentando un beneficio cero en sus resultados.