JOAQUIM CLEMENTE. 15/07/2011 La dirección de la caja alicantina desiste de realizar más intentos para evitar su nacionalización y deja en manos del FROB el momento en el que se inyectarán los 2.800 millones de euros que abrirán la puerta al desembarco del Estado en el capital y en los órganos de gobierno de la entidad

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VALENCIA. Es solo una cuestión de tiempo. El Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tomará el control de los órganos de gobierno de Caja del Mediterráneo (CAM), sustituyendo a los actuales gestores, una vez desembolse los 2.800 millones de euros de ayuda pública que necesita la entidad para cumplir los ratios de solvencia.

A solo unas horas de que se conozcan los resultados de los tests de estrés de la banca europea, CAM asumió su futuro y se resignó a una más que posible nacionalización al comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que se acoge a las ayudas públicas sin ninguna condición. No hay fecha marcada, más allá del límite del 30 de septiembre, día en el que todos los bancos deben cumplir la nueva normativa del Banco de España, pero en el sector financiero no se descarta que los acontecimientos se precipiten en cualquier momento a partir de hoy.

El Banco de España no ha aceptado su petición de que la inyección de fondos se canalice como un crédito, a través de participaciones preferentes convertibles, como ocurrió en la primera ronda de ayudas del FROB. La caja solicitó, casi a la desesperada, que la ayuda comprometida por el fondo se materializase por esta vía. CAM argüía que tenía derecho a esta opción, pese a que el plazo estaba cerrado, porque no había participado en esa primera ronda ya que entonces estaba inmersa en la frustrada fusión con Cajastur.

Sin embargo, el organismo dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordoñez, nunca ha aceptado esta posibilidad. De hecho, el pasado mes de abril, cuando publicó el balance definitivo de los procesos de concentración en el sector de las cajas, ya dejó claro que CAM accedería a los fondos en la segunda ronda de financiación del FROB, la que implica la transformación en capital de las ayudas.

MAYORÍA DE CONTROL

Esta es la clave, el motivo por el cual la actual dirección de CAM, apoyada por el consejo de administración, ha intentado hasta el último momento evitar lo que, en la práctica, será una intervención del Estado en la caja. Según la normativa que regula las ayudas públicas al sistema financiero, en el caso de que el FROB tenga la mayoría de capital tomará el control de los órganos de gobierno.

Ese es el escenario del futuro inmediato de Banco CAM, la entidad ahora participada al 100% por Caja Mediterráneo, pero que en breve verá como el Estado toma la mayoría del capital. El porcentaje está a expensas de la valoración de la entidad que resulte de la auditoria que ya se ha realizado.

La caja comunicó ayer que contará con un capital principal de 5.164 millones de euros una vez ingrese los 2.800 millones del FROB, "puesto que cuenta con 2.364 millones de euros de capital propio y un colchón de 1.000 millones de provisiones genéricas". Solo con estos datos -la caja no informó de cómo quedarán sus indicadores de solvencia tras la operación- se intuye que el Estado tendrá una mayoría holgada en el capital.

VALOR EN LIBROS

La participación accionarial se fijará, en todo caso, con la valoración de la caja. Pero también habrá que tener en cuenta un posible descuento sobre esa tasación. Las rebajas sobre el valor en libros que se están aplicando en el sector resultan sobrecogedoras. Desde el 20% de una entidad considerada muy solvente como La Caixa con CaixaBank, hasta más del 65% aplicado por Banco Financiero y de Ahorros para sacar a bolsa a Bankia. Las estimaciones que se realizaron hace unos meses llegaron a situar por encima del 70% el porcentaje que tendría el Estado con el desembolso de los 2.800 millones.

Pese a los esfuerzos de la entidad por rebajar esa cifra, lo cierto es que el balance está lejos de ser relevante. La caja ha intentado convencer a fondos de inversión para entrar en el capital. Incluso llegó a mantener conversaciones muy avanzadas con el especulativo JC Flowers. Ayer, fuentes de la caja reconocieron que la operación, con la que se esperaba ingresar hasta 1.000 millones, se ha frustrado. "Lo que ha sucedido esta semana ha sido terrible", explicaron desde la entidad en referencia a la tormenta económica que se ha vivido en la Unión Europea.

OPERACIONES EN EL AIRE

Los directivos de la caja no descartan seguir trabajando en la búsqueda de un socio privado mientras se lo permita el desembarco del FROB. Igual que mantienen negociaciones para cerrar desinversiones en su cartera. "La operación de salida del Banco Marroquí del Comercio también se ha paralizado por la incertidumbre generada en Europa, aunque confiamos en cerrarla la semana que viene", explicaron las mismas fuentes, que también aseguraron que la venta del 5% de TUI "no está cerrada totalmente".

En todo caso, aún completándose esas salidas, los ingresos no serían significativos, teniendo en cuenta que las posibles plusvalías se han diluido hasta el punto de que puede llegar a apuntarse pérdidas.

Pero tanto esa voluntad de hacer caja de la cartera industrial como la de reducir la estructura con el cierre de un tercio de sus oficinas y el adelgazamiento de su plantilla sí tenían un componente simbólico destacado. Eran mensajes de que la entidad estaba cumpliendo su plan de saneamiento con los que pretendía doblegar la postura inflexible del Banco de España. Ayer, la CAM se rindió a la evidencia.

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