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La Generalitat reúne una 'task force' para fijar en 10 días los objetivos del plan de austeridad

JOAQUIM CLEMENTE / XIMO AGUAR. 28/06/2011 Los consellers de Hacienda, Economía e Industria y Educación y Trabajo concentran a sus pesos pesados para cerrar un programa de choque que recorte del gasto, busque ingresos y ralentice al máximo el endeudamiento
J. Vela, José M. Escrig, José M. Vela, Enrique Verdeguer, Araceli Muñoz y B. Broseta

VALENCIA. El tridente de consellers que ha asumido las competencias económicas en el nuevo Gobierno de Francisco Camps tiene un objetivo inaplazable y con el que quieren despejar las dudas sobre su capacidad para hacer frente a la delicada situación económica de la Generalitat Valenciana y a la crisis general, representada por el medio millón de valencianos en edad de trabajar que no tienen empleo.

Según ha podido saber ValenciaPlaza.com el liderazgo inicial de esta tarea lo asumirá el nuevo conseller de Hacienda, José Manuel Vela. Los motivos son evidentes. El primero es por su mayor experiencia en el Gobierno autonómico, en el que lleva 13 años. El segundo, porque a pesar de haber perdido parte de las competencias de la histórica Conselleria de Economía y Hacienda, es de quien depende el presupuesto, documento sobre el que se va a trabajar.

Como reconoció el conseller saliente Gerardo Camps, "este es el peor momento para asumir el puesto", puesto que el margen de maniobra sobre el presupuesto vigente es muy limitado y el tiempo para preparar la previsión de gastos e ingresos para el próximo año también, ya que deben estar listas para octubre. "No tendrán vacaciones", dijo Camps en el traspaso de cartera de la semana pasada a Vela, Enrique Verdeguer y José Ciscar, responsables los dos últimos de los departamentos de Economia, Industria y Comercio y de Educación, Trabajo y Formación.

"El diseño del plan de austeridad está en marcha desde antes de los nombramientos", aseguró una persona del círculo de Vela a este periódico. La intención es tenerlo listo y darlo a conocer en el plazo de una semana o diez días. Al menos las líneas estratégicas.

Aunque los nuevos consellers no han tenido mucho margen para nombrar a sus equipos y el cambio en los titulares y en la adscripción a los departamentos de algunos de las secretarías autonómicas o direcciones generales han creado un cierto desconcierto, las tres consellerias implicadas tienen a varios hombres y mujeres fuertes que formarán parte de esa task force (grupo de trabajo) sobre el que recae la responsabilidad de dar credibilidad a las promesas del presidente Camps en su discurso de investidura.

Vela, como responsable de Hacienda, cuenta con el que hasta ahora era su segundo, Miguel Escrig, secretario autonómico de Hacienda y Presupuestos, y con Araceli Muñoz Malo, una fija en el departamento en las últimas legislaturas como responsable de Tributos, con cargo de directora general. El control del déficit, exigencia que viene marcada además con el plan de estabilidad financiera que debe cumplir la Generalitat por imposición del Gobierno y el control de la deuda, que sin contar con las empresas públicas alcanza los 17.895 millones de euros, y se acerca al 18% del PIB, son dos de las tareas urgentes.

También deberá estudiarse el capítulo de impuestos. Si bien la consigna en este sentido es que no se va a aumentar la carga fiscal, el brusco descenso experimentado por los ingresos en la caja del Consell -que la agencia de calificación Standard & Poor's ha calificado de muy preocupante- obligará a tomar medidas en ese campo, aunque sea para mejorar la tasa de recaudación.

A Vela le corresponderá también la obligación de acudir al Consejo de Política Fiscal y Financiera, órgano en el que se discute la financiación autonómica y en que se toman acuerdos esenciales de traspaso de fondos y de capacidad de endeudamiento de las comunidades.

Tarea para este equipo será el de fijar también el techo de gasto, anunciado por el presidente Camps, aunque esta será tarea para los próximos presupuestos.

Si bien de esta conselleria depende también el cuerpo de funcionarios, sobre el que tanto se ha especulado, no parece que vaya a emprenderse un recorte drástico. Al frente de este segmento está Ana Brusola, como secretaria autonómica, y Carmela Cots, directora general de Recursos Humanos. El ahorro que se pueda lograr en el capítulo de personal vendrá más por la desaparición de algunas jefaturas de libre designación que llevan implícitos complementos salariales. La vuelta de estos funcionarios de carrera a sus puestos podría producir un efecto cascada que afectaría, en todo caso, a personal eventual.    

Verdeguer, que está llamado a convertirse en el eje de la política económica en el futuro, deberá de momento familiarizarse con el Gobierno autonómico, al que llega como un paracaidista. No tiene equipo propio, si bien entre los cargos que se nombraron en la reunión del Consell del viernes pasado y que van a depender de él, hay al menos dos que se incrustarán en el núcleo duro inicial: Jorge Vela, director general de Economía y del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), y Bruno Broseta, secretario autonómico del Sector Empresarial, lo que tradicionalmente era Industria.

El papel de Broseta es esencial. De él dependen las futuras emisiones de deuda que pueda (y deberá hacerlo) realizar la Generalitat. La caída de ingresos agudiza la necesidad de buscar liquidez alternativa. El brazo financiero de la Generalitat, representado por el IVF, es quien tiene encomendada esa labor.

La posibilidad de que este organismo también abra más sus puertas a otro de sus fines, como es el de la financiación de empresas privadas, como han reclamado todos los agentes sociales ante el cierre del grifo del crédito de bancos y cajas de ahorros, también estará sobre su mesa.

Mar Casanova, que pasa del Ivex a la secretaría autonómica de Industria y Comercio, puede tener un papel clave en la organización de los dos grupos empresariales públicos con que se conformarán bajo el paraguas de esta conselleria. El control del gasto en las empresas dependientes de la Generalitat (ya sea Cacsa, Ciegsa o RTVV, por poner ejemplos de los más delicados) concentran una parte importante de la deuda. Su control y saneamiento se antoja necesario, aunque complejo. La entrada del capital privado en estos grupos es una opción que se baraja, aunque no en firme.

Estos dos grupos también concentrarán las compras y las licitaciones públicas. La elaboración de un plan de pagos creíble, como exigen los empresarios, a los proveedores, con fechas y cantidades concretas, debería surgir, por tanto, de este departamento.

Finalmente, tampoco es desdeñable el papel que jugará la Conselleria de Educación, Trabajo y Formación, que dirige José Ciscar. El hombre fuerte en la parte económica de esta nueva macroconsejería es Román Ceballos, quien, desde su nuevo puesto de secretario autonómico, será el responsable de mejorar, por una parte, el desarrollo de las políticas activas de empleo que tiene transferidas la Generalitat, la gestión de los fondos de formación y el cumplimiento de los compromisos adquiridos con patronales y sindicatos, especialmente en el Pavace.

Este es el equipo económico de acción inmediata del nuevo Consell. Pese a que Vela pidió, en su toma de posesión, al menos 50 días de cortesía, la situación actual no permite ese plazo. Y el conseller lo sabe.

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1 comentario

batiste amigó laguarda escribió
28/06/2011 11:24

Si podem dir "grup de treball" perquè diem "task force"?

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