Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Juan Roig inaugura Marina de Empresas: "Aspiramos a hacer algo único en España"
• La naviera Boluda incrementa sus conexiones con Canarias mediante un servicio directo desde Alicante
• El IVI abre sede en Roma

MADRID (OTR/PRESS). Nueva Rumasa, CC.OO y UGT llegarán a un acuerdo global para aplicar expedientes de regulación de empleo (ERE) temporales. Durante un plazo máximo de seis meses, esta decisión se materializará en reducciones de jornada o bien suspensión de contratos, lo que permitirá que los trabajadores accedan a las prestaciones por desempleo y que la compañía no siga acumulando deudas salariales. Podrán acogerse al acuerdo las empresas del grupo que aún no hayan sido declaradas en concurso de acreedores, es decir, todas menos Dhul, que ya está en suspensión de pagos. Clesa, Carcesa, Cacaolat, y Quesería Menorquina lo han solicitado.

La compañía de los Ruiz-Mateos consensuó con UGT y CC.OO que habrá un acuerdo global para aplicar ERE temporales, con reducciones de jornada o suspensión de contratos durante un máximo de seis meses. Raúl Riesco, director general de Trabajo, explicó que la medida favorecerá a ambas partes. La empresa dejará de acumular compromisos salariales y los trabajadores podrán acceder a las prestaciones por desempleo, hasta que "la deuda se pueda canalizar hacia instituciones existentes en el sistema, como Fogasa (Fondo de Garantía Salarial)".

Sebastián Serena y Jorge Tomé, los secretarios de Política Industrial de UGT y CC.OO, explicaron que el acuerdo recogerá medidas "transitorias" para evitar que se produzcan extinciones de contratos. Según anunciaron, los servicios jurídicos de ambas organizaciones redactarán este miércoles un borrador. Después, lo remitirán a la compañía para que la firma se lleve a cabo cuanto antes.

Se podrán adherir al acuerdo los comités de las empresas del grupo que aún no hayan sido declaradas en concurso de acreedores. Es decir, todas menos Dhul. Es probable que se sumen también Clesa, Carcesa (Apis y Fruco) y Cacaolat, que pidieron el concurso la semana pasada, y la última incorporación a la lista: Quesería Menorquina. Este martes, los propietarios solicitaron el proceso también para ella, después de que el Gobierno balear decidiera concederle un millón de euros para garantizar la continuidad de la producción y los puestos de trabajo.

En la reunión con los sindicatos también estuvieron presentes altos cargos de las carteras de Trabajo y de Medio Ambiente y los responsables del Fogasa. Los presentes analizaron los mecanismos para agilizar el pago de los salarios pendientes de cobro. Los representantes de los trabajadores cifran esa deuda en más de seis millones de euros. "La empresa ha mostrado su disposición a reconocer impagos pendientes y facilitar la información que se necesita en las reclamaciones individuales ante el juzgado de lo social", dijo Riesco.

El director general explicó, al término del encuentro, que, una vez se rubrique el acuerdo marco, la autoridad laboral competente tendrá que validarlo. Puede tratarse del Ministerio de Trabajo o de las comunidades autónomas. En cuanto a las sociedades en concurso, la decisión dependerá de la Justicia. Riesco está seguro de que no habrá problemas: "Los jueces de lo Mercantil van a ser sensibles para adoptar este tipo de medidas, porque no perjudican a nadie".

Los sindicatos no están tan confiados a este respecto: "Una vez que la situación se traslade a los jueces mercantiles, no tiene cabida la negociación y hay más peligro" de llegar a un ERE de extinción. Por este motivo, pretenden establecer el acuerdo marco de manera urgente.

LAS BODEGAS TAMBIÉN SOLICITARÁN EL CONCURSO DE ACREEDORES

José María Ruiz-Mateos Rivero, consejero delegado de Nueva Rumasa, anunció que tiene previsto solicitar esta misma semana el concurso para Hibramer y las cuatro bodegas que el grupo tiene en Cádiz. Se trata de Garvey, Valdivia, Zoilo Ruiz-Mateos y Teresa Rivero. Si finalmente se hace y la Justicia acepta el proceso (éste y el de las otras cuatro que lo han solicitado), las sociedades en suspensión de pagos se elevarían a diez.

Esta información difiere de la que difundieron los sindicatos, que mantienen que la dirección del grupo les trasladó que el 90 por ciento de las empresas con retrasos en los pagos a proveedores entrarán en concurso. Los representantes de los empleados aprovecharon para volver a pedir que todos los procedimientos se acumulen en un mismo juzgado, para favorecer su gestión.

Ruiz-Mateos ratificó este martes que la familia está dispuesta a vender empresas y afirmó que ha recibido numerosas ofertas de compra. Sin embargo, "muchos de los que se acercan buscan gangas o precios irrisorios y eso no es serio ni ofrece garantías". Los propietarios están esperanzados, porque "todos los días llaman varios fondos de inversión e industriales, extranjeros y nacionales, para participar en el grupo o adquirir compañías".

El proceso concursal, dijo, servirá para reactivar "la producción" de aquellas empresas cuya actividad no esté al cien por cien. En este sentido, el gestor considera que el proceso "es un paso positivo", porque "permite mantener la producción y la actividad". Es el caso de Dhul, que está "al 50 ó 60 por ciento". Los cálculos de Ruiz-Mateos apuntan a que la producción volverá a su estado habitual en un mes, una vez se ha levantado el embargo sobre las cuentas de clientes.

Además, Nueva Rumasa estudia "posibles alianzas" que den "fuerza" a esta nueva etapa del grupo y "al posterior despegue de todas las compañías una vez vayan saliendo, poco a poco, de la situación concursal". Los dueños, dispuestos a "aceptar nuevos modelos", no descartan dejar la gestión en manos de nuevos inversores: "Estamos abiertos a todo, siempre que sea para el bien de las empresas, los empleados y los inversores".

Ruiz-Mateos garantizó "transparencia máxima" y plena disposición a colaborar con los administradores concursales en esta etapa de "saneamiento". Además, afirmó que el lema de los propietarios "sigue siendo 'Comprometidos con el empleo'" e insistió en que este compromiso puede haber sido el principal error de Nueva Rumasa. Durante tres años de crisis "descomunal" no se despidió a nadie. Por el contrario, el grupo incorporó a 2.500 trabajadores más.

Eso se une al papel del banco Santander, "una de las principales causantes de esta situación". El responsable criticó de nuevo a la entidad, que no ha estado "las duras y a las maduras", lejos de lo que pensaba la familia.

UNOS 80 TRABAJADORES SE AGOLPAN FRENTE A LA SEDE DE LA REUNIÓN

No estuvieron en la reunión, pero se hicieron ver. Mientras sindicatos, altos cargos ministeriales y representantes de Nueva Rumasa mantenían el encuentro de este martes, alrededor de 80 trabajadores de Clesa en Madrid se agolpaban ante la sede de la cita: la Dirección General de Trabajo. Comisiones Obreras impulsaba una concentración de la que UGT se había descolgado.

La empresa debe cuatro pagas a estos empleados, que intentaban mostrar su apoyo a los representantes sindicales. No en vano, ambas organizaciones velaban, sobre todo, por que reciban lo que se les debe lo antes posible. Los trabajadores también reclaman soluciones que hagan que la actividad de las sociedades viables pueda mantenerse.

Lo explicó Luis Muñoz, portavoz de CC.OO en el comité de empresa de Clesa, que lleva 42 años trabajando en el grupo alimenticio. Los sindicatos van a "intentar que no todas las empresas sean cerradas", sino que aquéllas que se consideren viables, como Helados Royne, Cacaolat o Queserías Menorquinas, sigan operando.

Clesa Madrid, tiene "difícil viabilidad", según manifestó. Por lo que dijo, los terrenos en los que se asienta la fábrica están alquilados y su maquinaria "es bastante antigua". Estas circunstancias agravan su situación, "a pesar del concurso de acreedores y del expediente de regulación de empleo temporal".