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VALENCIA. El vicepresidente tercero del Consell y titular de Vivienda y Medio Ambiente, Juan Cotino, no termina de hacer buenas amigas con algunos de sus compañeros en el Gobierno valenciano. Según se apunta desde diferentes ángulos de la Generalitat, este miembro destacado del sector democristiano "se empecina"en estirar sus competencias administrativas en exceso, intentando abarcar áreas que no le corresponden y pisando el terreno de otros altos cargos.

No es extraño encontrarse convocatorias enviadas desde su cartera, Vivienda, Medio Ambiente y Agua citando para un acto con la Policía y anunciando la presencia de Cotino cuando, evidentemente, esos asuntos corresponden al conseller de Gobernación, Serafín Castellano. Sobre este particular, las fuentes consultadas del Gobierno valenciano señalan que al exdirector general de la Policía “le gusta” seguir vinculado al cuerpo lo máximo posible.

Otra desavenencia reciente entre Castellano y Cotino se ha producido en el marco de las Corts Valencianes. El punto de conflicto, la Ley de Custodia Compartida. Según apuntan fuentes populares, el dirigente democristiano solicitó una comisión de estudio sobre este punto para retrasar la tramitación y evitar que la ley pudiera aprobarse durante esta legislatura.

La razón, subraya un diputado del PP que prefiere no desvelar su identidad, no es otra que la citada ley reconoce en la custodia no sólo a las parejas heterosexuales, sino también a las parejas homosexuales (como está contemplado en la legislación estatal). Castellano, responsable del proceso de desarrollo estatutario, trasladó el conflicto al portavoz del grupo popular, Rafael Blasco, con quien acordó que se desbloqueara la ley y siguieran adelante los trámites, sorteando la demanda de Cotino y, así, tener opciones de aprobar la ley antes de que se cierre el periodo de sesiones.

Tampoco su relación con la consellera de Agricultura, Maritina Hernández, es demasiado fluida. Cotino no desaprovecha ninguna ocasión de arrebatar protagonismo a la actual titular de esta cartera. Resulta "demasiado habitual", señalan fuentes de esta cartera, encontrarse al vicepresidente tercero en actos de agricultores que no se corresponden con sus competencias. El conflicto viene de largo, ya que Maritina  Hernández quiso conformar su propio equipo en la conselleria y relevó a numerosos cargos (considerados ‘topos’ para el entorno de Hernández) que Cotino había dejado en su etapa en Agricultura.

Algo similar ocurre con la consellera de Bienestar Social, Angélica Such. Según señalan fuentes del Gobierno valenciano, el vicepresidente tercero se presenta "cada dos por tres" en actos de su exconselleria: charlas con colectivos de la tercera edad, conferencias antiabortistas… Such, además, también prescindió de personal del dirigente democristiano tras el cambio de cartera. De hecho, se desembarazó del secretario autonómico Mariano Vivancos, mano derecha de Cotino, cuando llegó a la conselleria.

Las fuentes consultadas aseguran que esta especie de invasión de áreas no se reproduce con los otros  dos vicepresidentes, Vicente Rambla y Gerardo Camps. "Simplemente hay colectivos que le piden que vaya  a sus actos y él acude", señalan partidarios de Cotino. No obstante, desde otras consellerias no opinan de la misma manera: "Se entera de los actos y se los apropia. Los consellers, como es lógico, no pueden oponerse a un vicepresidente, pero la situación resulta algo molesta", reconocen fuentes de Agricultura.

Apoyo a candidatos que chocan con Rus
En el apartado orgánico, Cotino ha tenido también ciertos roces con el presidente provincial del PP en Valencia, Alfonso Rus, sobre todo en la conformación de candidaturas de municipios de más de 20.000 habitantes. Pese a ser competencia del comité regional, ambos dirigentes echaron pulsos en poblaciones como Alboraya o Alaquàs, donde Cotino dio apoyo a aspirantes que no coincidían con las apuestas de la dirección provincial del partido. Finalmente, en Alboraya se impuso la elección de Rus y en Alaquàs, la del vicepresidente tercero.