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¿'Salmones' o 'tiburones'? La sombra de la sospecha se abalanza sobre la prensa financiera anglosajona

Londres Plaza / VÍCTOR JIMENEZ. 06/02/2011 La confianza de los inversores se evapora mientras los medios de comunicación más influyentes, dedicados en exclusiva a economía y finanzas, caldean el ambiente desde Londres, Nueva York y Frankfurt. Una analista del Banco Central de Alemania asegura haber confirmado "el complot"    

GRÁFICO: ¿Qué fue antes, el reportaje o la crisis?

LONDRES. "La debacle de la deuda soberana en la periferia de Europa es un regalo caído del cielo para las finanzas anglosajonas", ha reconocido David Cottle, del diario Wall Street Journal, "porque en más de un sentido, mientras esa crisis arda, los inversores estarán demasiado ocupados para darse cuenta de las cantidades ingentes de deuda que no está denominada en euros". Sonja Juko, una de las analistas del departamento de Estabilidad Financiera del Deutsche Bundesbank, el banco central alemán, opina que son ciertos medios especializados en noticias financieras los que mantienen vivo este fuego.

Las reacciones de la prensa financiera anglosajona se están produciendo ahora, pero fue el pasado noviembre cuando Sonja Juko se propuso hallar la conexión entre el comportamiento de la industria del periodismo económico y la espiral en picado del crédito en la Unión Europea. Juko, que ha trabajado como profesora de política económica y social, está completando su doctorado en el departamento de ciencias políticas de la Universidad de Frankfurt.

Además, su aprendizaje profesional la ha llevado del Banco Central Europeo al grupo Deutsche Börse, que no son exactamente plazas académicas aisladas de las corrientes de la globalización del capital. Su tesis es que ciertos "medios exageraron las dificultades presupuestarias de Grecia" y que, "han generando potentes corrientes de noticias, capaces de conducir a los mercados de los bonos estatales hacia un lado u otro". De hecho, aporta en su investigación un cuadro de gran impacto visual mezclando ambos mundos, en el que la curva del encarecimiento del crédito a Grecia ─y su efecto dominó a otros países─ sigue fielmente la intensidad de la producción en los medios periodísticos ligados a los puntos cardinales financieros en los Estados Unidos y la Unión Europea. ¿Coincidencias?

LA FLEMA INGLESA

La respuesta del Financial Times a estas afrimaciones ha sido menos sutil que la del Wall Street Journal. La periodista de Financial Times Alphaville, Tracy Alloway, ha llamado a Sonja Juko "socióloga-cerebrito" y ha rechazado la imputación con cajas destempladas. Sin duda, el decano salmón, que de puertas afuera representa la opinión de la industria británica de las finanzas, se ha dado por aludido. Primero, ha respondido Alloway, lo que desató la tempestad griega que hoy afecta a toda la periferia europea fue la decisión de la agencia Fitch de alertar sobre las dificultades por las que atravesaba Grecia para devolver los préstamos a los inversores internacionales; casi dos años atrás.

Y segundo, el propio Banco Central Europeo prendió el pánico entre el capital exterior cuandó prometió ─aunque no lo cumplió─ abandonar su "mecanismo de urgencia", por el cual aceptaba como valor colateral bonos estatales de baja calidad para insuflar dinero en el sistema bancario griego. Igual que lo que sucedía con los bonos hipotecarios de numerosas entidades de crédito españolas y portuguesas.

En el Financial Times dudan de la calidad del estudio, al que califican de "simplemente deficiente". La revista The Economist, en cambio, ha seleccionado entre sus sugerencias de investigación económica de interés el documento en el que Juko denuncia que "el caso de Grecia sugiere que los datos fundamentales de las finanzas públicas no explican por sí solos ni la cronología, ni la dinámica de los recientes acontecimientos".

EL CASO DEL HUNDIMIENTO DE GRECIA

Entre diciembre de 2009 y abril de 2010, las tres agencias principales de calificación de riesgo degradaron por su cuenta, y presionadas por los titulares de la prensa salmón, la nota de los bonos de Grecia. Los recortes cayeron uno tras otro, hasta que Standard&Poor's finalmente rebajó la deuda helénica a niveles incompatibles con su comercio en los parqués del capital. Para entonces, los rumores que especulaban sobre la ruina del pequeño estado mediterráneo, impidieron el retorno de los tipos de interés de 2008, con los que el presidente George Papandreou hubiera evitado el extremo más grueso del espartano programa de austeridad al que se enfrenta hoy.

En su estudio, la profesora Juko recuerda que nada nuevo se sabía sobre el estado de las arcas nacionales de Grecia durante este calvario. El 21 de octubre de 2009, el propio gobierno había anunciado el recrudecimiento del déficit respecto al producto interior bruto. El índice era del 7,7%, casi tres puntos porcentuales más de lo que se había creído anteriormente. "De acuerdo con la teoría económica de la eficacia de los mercados, esta revelación debería haber provocado la subida del precio del crédito poco después de conocerse el dato", indica Juko. No fue así como ocurrió.

Los pilares financieros griegos únicamente acabaron desplomándose tras semanas de artículos y reportajes sobre "el drama griego", la "tragedia griega" o incluso "el virus de Atenas". En el controvertido informe se alude a la frecuencia de los reportajes (de 70-90 al mes en 2009, a casi 1.400 a la semana a principios de 2010), pero sobre todo se hace particular hincapié en la limitación del debate a un grupo muy determinado de fuentes, que "en general, pertenecen a la nómina de instituciones financieras privadas, a pesar de lo cual son presentadas ante los lectores como expertos neutrales".

EL IMPERIO DE LAS AGENCIAS

Todo lo cual demuestra... ¿qué? PricewaterhouseCooper (PwC), el gigante británico del sector de las auditorías corporativas, ha hecho esta semana una llamada a la industria de la propiedad y la construcción para que se esfuerce al máximo en su adaptación a regulaciones más estrictas. Según John Forbes, agente de PwC, durante los próximos cinco años han de asentarse las bases para superar la recesión actual: "El sector debe aprender a gestionar sus activos con mucha más transparencia y, en este sentido, Europa todavía funciona a dos velocidades distintas".

Por supuesto, hay motivos materiales que han encendido la mecha de los chisporroteantes titulares sobre el terremoto hipotecario a través de secciones enteras de la economía. Con todo, la suspicacia que ha sembrado Sonjia Juko, a pesar de que la realidad sea tozuda, crece. La analista alemana apunta a los titulares "provocativos" de Reuters y Bloomberg. Según la consultora de medios Burton Taylor, Thomson Reuters y Bloomberg controlan el 67% de las noticias especializadas de finanzas. Y es obvio que, en los intereses de Reuters y Bloomberg como en la campaña por fortalecer su músculo noticiero, el Viejo Continente pesa bastante poco.

Thomson Reuters, la única cotizada de las dos, abandonó durante el verano pasado la Bolsa de Londres. Se cerró, entonces, el capítulo europeo de la compañía que había fundado en Londres Paul Julius Reuter. Lo que comenzó en 1851 con un servicio de transmisión vía palomas mensajeras, emplea hoy a 2.800 periodistas. Por su parte, Bloomberg siempre fue un invento moderno gestado en las entrañas financieras de Wall Street. Su creador es hoy el superalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que invirtió en su nueva aventura la paga del despido cuando hubo de salir por la puerta trasera de Salomon Brothers, el extinto banco de inversión. En 2011, sus clientes suman más de un cuarto de millón y pagan al menos 20.000 dólares anuales por el uso de los computadores y los programas que les han de ayudar a multiplicar los panes y los peces.

Y si, con un sector resquebrajado como nunca tras el hundimiento de Lehman Brothers y el subsecuente tsunami de la depresión, Bloomberg ha cerrado menos de un 4% de terminales y los beneficios en Reuters se incrementaron un 66% en los últimos meses de 2010 ─datos de Burton Taylor Research─, la conclusión es que su influencia no va a menguar.

 

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