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VALENCIA (VP/EP). Banco de Valencia ha obtenido en 2010 un beneficio neto de 67,1 millones de euros, lo que supone un descenso del 49,1% respecto al ejercicio anterior, mientras que su tasa de solvencia se ha situado en el 7,21%, con un incremento de 36 puntos básicos. El presidente de la entidad ha manifestado que el banco del SIP coliderado por Bancaja y Caja Madrid, Banco Financiero y de Ahorros, no va a desprenderse del Banco de Valencia.

Así lo ha dado a conocer hoy en rueda de prensa el presidente de esta entidad, José Luis Olivas, quien ha asegurado que no habrá "ningún problema" para alcanzar, antes del próximo septiembre, el 8% de solvencia exigida por el Ministerio de Economía. Llegar a dicho ratio les va a suponer entre "130 y 150 millones de euros". No obstante, ha señalado que hasta que no se conozca el contenido exacto del decreto y "qué se computará en el 8% y qué criterios se tendrán en cuenta", no podrán hacer una "valoración definitiva de lo que se va a necesitar".

En cualquier caso, Olivas se ha mostrado convencido de que alcanzar ese requerimiento de capitalización, no supondrá "ningún tipo de inquietud" al Banco de Valencia. Ha remarcado que ese 'core capital' del 8 por ciento es "absolutamente manejable sin problemas" y que, de hecho, el Banco de Valencia ya incluyó en su presupuesto para 2011 que lo alcanzaría a cierre de ese ejercicio, "antes de conocer que el Gobierno iba a tomar esta determinación", de modo que únicamente tendrán que adelantar la consecución de ese ratio al mes de septiembre.

Preguntado por si considera "excesivas" las medidas anunciadas por el Ejecutivo central, José Luis Olivas únicamente ha manifestado que la "obligación" de los responsables del Banco de Valencia es "cumplir la regulación que aprueba el Gobierno y el Banco de España".

El Banco de Valencia tiene actualmente 361 millones de euros pendientes de "dudoso cobro" por parte de morosos, y otros 407 millones con riesgo "intermedio" de ser percibidos. Al hilo de ello, Olivas ha destacado que han alcanzado el 93,1 por ciento de cobertura de la morosidad, incluyendo las garantías hipotecarias, y que "solo una cuarta parte de la cartera morosa del banco no tiene garantía hipotecaria".

Por su parte, el ratio de mora se ha situado en el 5,87 por ciento, "en línea con el último dato conocido de la banca, el 5,82 por ciento a finales de noviembre". Además de las dotaciones prescritas por el Banco de España, han destinado 58 millones de euros al saneamiento de las participadas del banco, ante "eventuales circunstancias desfavorables".

A 31 de diciembre pasado, el margen bruto ha descendido un 21,14 por ciento respecto a 2009, hasta los 418,9 millones de euros; su margen de explotación ha disminuido un 31,39 por ciento, fijándose en 237,4 millones; y su margen de interés ha caído un 29,41 por ciento, hasta situarse en los 273,9 millones de euros, frente a los 388,1 por ciento de 2009.

En cuanto a la evolución del negocio, se han superado los 36.800 millones de euros de volumen de negocio, con un incremento interanual del 0,84 por ciento, mientras el crédito a la clientela se ha mantenido "prácticamente estable", alcanzando los 18.450 millones de euros, con un incremento del 0,05 por ciento respecto a 2009.

Por su parte, los depósitos de la clientela han crecido un 5,04 por ciento, hasta los 13.162 millones y las operaciones fuera de balance -fondos de inversión, gestión de patrimonios y previsión- superan los 1.082 millones, con un incremento del 29,68 por ciento en 2010. José Luis Olivas también ha explicado que el ratio de eficiencia se mantienen en torno al 40 por ciento.

LA CAIXA, UN "BUEN MODELO"

En cuanto la transformación de La Caixa en un banco, Olivas ha destacado que le parece un "buen modelo", aunque ha comentado que no conoce los detalles de la operación. Preguntado por si podrían emular a la entidad catalana el Banco de Valencia o el Sistema Institucional de Protección (SIP) en que está integrado Bancaja, se ha limitado a señalar: "Ya somos un banco y, además, un banco cotizado". "No tenemos necesidad de hacer una adaptación de este tipo", ha sentenciado.

En cuanto a la posibilidad de que el Banco de Valencia venda participaciones, ha hecho hincapié en que "a día de hoy", no necesitan "hacer ninguna operación extraordinaria", aunque ha añadido que estudiarán "lo que más convenga al banco y a los accionistas". Asimismo, Olivas ha destacado que el ejercicio 2010 "no ha sido favorable para la acción del Banco de Valencia, que ha cosechado una minusvalía del 38,3 por ciento".

Preguntado por las previsiones para 2011, el presidente del Banco de Valencia ha manifestado que el "objetivo fundamental" de la entidad es "reforzar el balance del banco con dotaciones provisionales" y que esto "importa más" que los resultados.

"Lo más razonable y lo que más conviene al accionista y al banco es fortalecer el balance de la entidad", ha resaltado Olivas, quien ha señalado que se desconoce "cuánto se van a prolongar" los actuales "momentos difíciles".

Respecto al posible cierre de oficinas, Olivas y Parra han explicado que durante 2010 se cerró una sucursal y que otras cuatro se cerrarán este mes de enero. Asimismo, han indicado que, en la actualidad, hay entre diez y doce oficinas "en seguimiento", de modo que, "en función de cómo evolucionen", se decidirá mantenerlas abiertas o no.

Por otro lado, el consejo de administración de la entidad ha aprobado proponer a la próxima junta general ordinaria, que se celebrará el próximo 26 de marzo, un reparto de prima de emisión en acciones parejo en cantidad al abonado en marzo de 2010 como dividendo complementario con cargo al ejercicio 2009, que fue de 0,055 euros. Además, propondrá la tradicional ampliación de capital gratuita de una acción nueva por cada 50 antiguas.