VALENCIA. No solo es cuestión de números. Mientras Mercadona es una balsa de aceite, al menos de puertas hacia fuera, El Corte Inglés intenta salir de una de las etapas más complejas de sus historia, un conflicto interno cuyas consecuencias son imposibles de anticipar que se escenificó este domingo en la junta general de accionistas de la sociedad, presidida por Dimas Gimeno, la primera tras el fallecimiento de Isidoro Álvarez. Y lo peor es que se produce en pleno proceso de recuperación económica de la compañía.
La aparición de un nuevo socio, el jeque catarí Hamad Bin Jasmin, provocó un enfrentamiento entre accionistas que acabó con la expulsión del consejo de administración de Javier y Carlota Areces (sobrinos nietos del fundador, Ramón Areces), que se antoja un episodio que tardará en cerrarse. De momento, los afectados, a través de la Corporación Cersal, ya han anunciado que impugnarán la junta de accionistas de este domingo.
El conflicto se produce cuando El Corte Inglés ha vuelto a crecer en ventas y en rentabilidad, no así en beneficio neto, y su distancia respecto al líder de la distribución, Mercadona, aumenta ligeramente en ventas y notablemente en beneficios.
El Corte Inglés registró en el ejercicio cerrado el 28 de febrero unos beneficios netos de 118,1 millones de euros, una caída del 32,2% con respecto al ejercicio anterior. Una cifra tan abultada tiene una explicación: no hay ingresos extraordinarios como cuando el año pasado vendió su financiera. El resultado bruto de explotación (Ebitda) sí mejoró, concretamente un 14,5%.
Mercadona, por su parte, anunció el pasado marzo unos beneficios netos de 543 millones en 2014, que suponen un incremento del 5% con respecto al año anterior. La firma de Juan Roig no solo ha superado la peor crisis de la historia reciente de España, sino que está mejor que cuando empezó. De la firma del triángulo verde no se puede decir lo mismo.
Las cifras de negocio tampoco resisten la comparación. El Corte Inglés declaró que la facturación alcanzó los 14.592 millones, un 2,6 % más que en 2013. Mercadona, por su parte, aumentó sus ventas algo menos (2,26%), hasta 18.442 millones.
Por lo que respecta al Beneficio Bruto de Explotación (Ebitda), una vez más la cadena de supermercados supera a la generalista: 1.070 millones de euros (un 4% más que en 2013), frente a los 825,5 millones de la empresa madrileña, una cifra que supone un 14,5% más que el ejercicio anterior.
Por lo que respecta al empleo, la firma con sede en Puçol mantiene la misma plantilla que hace dos años: 74.000 trabajadores, pese a que el número de supermercados ha ido creciendo (unos 60 en 2014). El Corte Inglés da empleo directo a más personas (91.437), pero su personal se redujo a lo largo del año en 1.863 empleados, principalmente por la venta de la Financiera al Grupo Santander.
LA HISTORIA SE REPITE
También el último domingo del año pasado el Corte Inglés presentó sus resultados, tras la última Junta de Accionistas que presidió Isidoro Álvarez. Las aguas corrían mucho más tranquilas, pero solo era la calma que precede a la tormenta. Los datos no eran malos. El resultado neto había ascendido a 174,3 millones de euros (6,2% más que en 2012), pero a nadie se le escapaba que la cifra se había alcanzado gracias a la venta de la financiera al Santander y por créditos fiscales. Se quebraba la tendencia bajista de otros años al precio de vender una de las joyas de la corona.
Para entender cómo estaba la firma hace un año los expertos miraban a la facturación, que había sido negativa: los 14.292 millones representaban un 1,8% menos que en 2012. Mercadona, por su parte, cerraba el año con 18.034 millones de euros, un 2,9% más que el ejercicio anterior, gracias a la apertura de nuevos supermercados. Un año más, como venía ocurriendo desde que en 2010 la marca de Roig superó en ventas al Corte Inglés, la firma del valenciano aumentaba las distancias.
¿Qué deparará el futuro de esta lucha, sobre todo tras la entrada del jeque Hamad Bin Jasmin? Es difícil saberlo. De momento, El Corte Inglés recibe una importante injección de dinero (1.000 millones de euros) que le pertimirá iniciar sus planes de futuro sobre una base financiera más sólida. Pero abrirse al extranjero (ya cuenta con alguna instalación en Portugal) es algo que Roig, de momento, ha aparcado.
El segundo eje de la política de recuperación de El Corte Inglés es internet, donde compite como gran distribuidora con empresas ya consolidadas, muchas de ellas especializadas en un único sector aunque, como Amazon, abiertas a nuevos nichos de mercado. ¿Podrá vender más libros que La Casa del Libro de Planeta o que la firma de Seattle? ¿Puede competir en productos culturales con la Fnac? ¿Y en electrodomésticos con Media Mark? Tiempo al tiempo.Y todo mientras resuelve sus problemas internos.
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