19/11/2010

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VALENCIA (VP/EP). La Comunitat Valenciana presenta el menor consumo de cítricos per cápita en España, con una diferencia de 23 kilos entre los que indivíduos que más consumen (Castilla y León). La media nacional de consumo se sitúa en los 20,2 kilos de naranjas, según un informe de Mercasa consultado por Europa Press.

Dicho informe señala que el consumo total de frutas frescas de los hogares españoles (que supone 95,7 kilos y un gasto de 126 euros, con datos de 2009), los cítricos representan un 30% sobre el total del consumo y un 23% sobre el gasto.

Cada español consume anualmente 20,2 kilos de naranjas, 6,1 kilos de mandarinas y 2,1 kilos de limones. En términos de gasto per cápita, las naranjas llegan a 18,1 euros, las mandarinas a 7,8 euros y los limones a 2,7 euros.

En cuanto a las diferencias regionales en la demanda de cítricos, el informe indica que hay una divergencia de 23 kilos per cápita entre los individuos con un mayor consumo (Castilla y León) y los que tienen el menor (Comunitat Valenciana).

Así, Cataluña, Aragón, Madrid, Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, La Rioja y Navarra están por encima de la media nacional en el consumo de cítricos mientras que Baleares, Comunitat Valenciana, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Canarias están por debajo.

Asimismo, atendiendo a la configuración del hogar, la presencia de niños supone un menor consumo per cápita de cítricos; por ejemplo, en los hogares sin niños se alcanzan 40 kilos por persona mientras que en los hogares con niños de 6 a 15 años apenas se llega a los 14 kilos.

La composición del hogar en cuanto al número de integrantes también repercute sobre la demanda de cítricos suponiendo un consumo per cápita mayor en los hogares unipersonales (a partir de 3 personas empieza a contarse con una desviación negativa con respecto a la media).

En cuanto a la conformación de los hogares, aquellos formados por adultos independientes cuentan con el consumo más significativo (más de 60 kilos per cápita) mientras que sucede lo contrario en las parejas con hijos pequeños (menos de 14 kilos por persona). Aparece un consumo por encima de la media en hogares de jóvenes independientes, parejas adultas sin hijos, adultos independientes y jubilados.