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VALENCIA.  Empieza 2015 y es hora de volver a ponerse a punto teniendo en cuenta cómo afrontar el nuevo año, pero también marcando objetivos a cumplir para el año venidero. Durante el año 2014 se pusieron en marcha nuevos proyectos que seguramente aún tienen gran parte de su historia escrita en papel pero que con la entrada del año nuevo es el momento de pasar a la acción. Recuerda que el producto mínimo viable es la fórmula para hacerlo con fin de realizar las pruebas con el menor coste posible y en el caso de quedar satisfechos pasar a reproducirle a mayor escala.

Por otro lado, como cualquier propósito en la vida fuera de la startup, hay que marcarse metas cortas y realistas a corto plazo que consigan motivar a los integrantes y que permitan no desviarse del camino. A partir de marcar estos hitos a conseguir, hay que plantearse cuánto se está dispuesto a perder en la ardua tarea de emprender, además de establecer un máximo. ¿Dinero, qué dinero? ¿Mi trabajo?  Hay que plantearse bien los límites para no terminar haciéndolo sin pensarlo antes. Hay que equilibrar deseos y necesidades.

Las personas también importan a la hora de emprender. Aunque no hay que caer en el error de entrar en un ritmo desenfrenado de networkings que ayudan menos que más y que hacen perder tiempo, sí que hay que rodearse de personas proactivas que inciten a seguir emprendiendo y en avanzar cada día con más ganas, además de ayudar a completar las ideas. Así es más fácil que entre todos os motivéis y no se produzca un abandono prematuro antes de validar la idea.

De la misma forma que es necesario avanzar, plantéate si de verdad tu idea o tu empresa tiene sentido, si tiene clientes y si algún día va a ser rentable dedicarle tanto tiempo no solo a la startup, sino a procedimientos. Por eso, deja lo que no funciona de lado y empieza a optimizar tu tiempo. Aunque también es momento de asumir que el éxito tarda en llegar, por eso hay que planificar cuánto tiempo se está dispuesto a esperar y cuáles son los plazos con el fin de no desesperar.

A partir de ahí también es necesario tener claro cuál va a ser el entorno y que ventajas y desventajas se va a tener con la normativa estatal. Por un lado, a tener en cuenta que el impuesto de sociedades se reducirá desde el 30% hasta el 28% en 2015 y hasta el 25% en 2016. Además, las empresas de nueva creación pagarán el 15% durante el primer año que generen beneficios y el siguiente..

El Gobierno también ha aprobado la creación de una una reserva de nivelación para pymes para compensar futuras pérdidas en un plazo de cinco años y una reserva de capitalización del 10% del beneficio con un límite de un millón de euros. Para los autónomos, la retención bajará este año dos puntos, hasta el 19%, y en 2016 será el 18%. Para facturaciones por debajo de los 15.000 euros, se mantiene desde julio una retención del 15%.

También cambia la tributación del IVA de los servicios prestados por vía electrónica y se aplicará un tipo del 21%. Tampoco es una buena noticia la 'exit tax'. Un artículo de la ley de IRPF que busca gravar a los grandes patriminio pero que puede afectar a la internacionalización de las startups. Ésta obliga a que el socio propietario de un 25% de una firma valorada en más de un millón de euros deberá tributar por ese valor, aunque sea teórico. Pero claro, las startups no poseen ese dinero en líquido. 

En el caso de querer premiar a los trabajadores, está a punto de ponerse en marcha la exención aplicable a la entrega de acciones gratuitas a los trabajadores de la propia empresa en los primeros 12.000 euros anuales si las acciones se entregan a todos y con las mismas condiciones. Por último, cabe recordar que actualmente se encuentrar abiertos los plazos para presentar los proyectos a reconocidas aceleradoras que además tienen sede en la Comunitat Valenciana, como Plug and Play y Lanzadera.