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MADRID (EFE). La cárcel de Aranjuez, en la que ha ingresado este lunes el expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra, fue inaugurada en 1998 y supuso la conclusión del plan de modernización de prisiones en Madrid, permitiendo cerrar el complejo penitenciario de Carabanchel.

El centro penitenciario, denominado Madrid-VI y está situado en el kilómetro 24 de la carretera N-400, cuenta con 1.008 plazas repartida en 14 módulos, y se convirtió en la primera cárcel de España con un módulo familiar, destinado a acoger a parejas mixtas de reclusos para que pudieran convivir junto a sus hijos menores de tres años.

Además, dispone de servicio de guardería, lavandería, talleres, salón de actos, piscina, polideportivo, 14 aulas, 46 locutorios y 60 habitaciones para visitas íntimas y familiares.

La apertura de Madrid-VI, inaugurada por el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, permitió cerrar el complejo penitenciario de Carabanchel y supuso la conclusión del plan de modernización de prisiones en Madrid, junto con la construcción de una unidad de acceso restringido en el Hospital Gregorio Marañón para reclusos enfermos que deben permanecer hospitalizados.

Entre otros, en la cárcel de Aranjuez han cumplido o cumplen condena Antonio Camacho, condenado a once años por el caso Gescartera; David Marjaliza, detenido el pasado mes de noviembre por la operación Púnica; o el etarra Iñaki de Juana Chaos.