VALENCIA (EFE). El Ayuntamiento de Valencia mantendrá el proyecto de prolongación de la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar pero se reducirá el número de inmuebles afectados en un 35 por ciento, según ha anunciado la alcaldesa Rita Barberá.
La alcaldesa ha explicado en una rueda de prensa que ha llegado a un acuerdo con el Ministerio de Cultura para desbloquear la orden ministerial que paralizaba el plan del Cabanyal.
Según Rita Barberá, este "acuerdo político" garantiza la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar pero ajustando la intervención a la trama urbana protegida en la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).
El Gobierno ha aceptado la propuesta del Ayuntamiento, que ha tenido que ser modificada para reducir el número de inmuebles afectados un 35 por ciento, según Barberá, que ha dicho que "en el momento que pueda" dará las licencias de obra que estaban paralizadas hasta ahora.
El Ayuntamiento ya ha iniciado los trámites para que la adaptación del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Cabanyal sea aprobada en el próximo pleno municipal.
La alcaldesa también ha asegurado que a lo largo de este proceso "se levantará la suspensión establecida en la Orden de 2009", con lo que el Consistorio desiste del recurso que tenían presentado en el Tribunal Supremo contra la orden ministerial.
"Este acuerdo garantiza la preservación de los valores fundamentales de la estructura urbana histórica del Cabanyal y la consecución de una perfecta amalgama entre lo viejo y lo nuevo", ha dicho la alcaldesa.
Barberá ha asegurado que han sido "muchos meses de negociación y difícil, muchos trabajos y análisis" para llegar a este acuerdo que permite desarrollar el Pepri y conserva "elementos tan importantes para nosotros" como la prolongación y las dotaciones contempladas en el PAI.
"Teníamos que adaptar ese plan a proteger la trama, la retícula histórica, y lo hemos conseguido a través de las alineaciones de los edificios nuevos", ha explicado la alcaldesa.
Según ha explicado, se mantiene la prolongación con 48 metros de ancho como estaba previsto y para mantener la trama se cambiará la distribución de los parterres y se liberará dos calles (la de Pescadores y la de Amparo Guillem) y, con ello, reducir el número de inmuebles afectados un 35 por ciento en la zona del BIC.
"Se mantiene la retícula paralela al mar, la protección de las 561 viviendas protegidas en el Pepri original y los equipamientos previstos en el plan original", ha explicado Barberá, quien ha agregado que en la zona BIC se reducirá la edificabilidad un 15 por ciento, de 5 a 3 alturas.
La alcaldesa de Valencia ha señalado que se mantiene la Lonja del Pescado, aunque se verá cuál es la solución para ese núcleo de viviendas.
"Me parece un acuerdo realmente importante, nosotros hemos movido alguna pieza y el Ministerio lo ha aceptado y por tanto, desbloqueamos el tema", ha destacado Barberá, que ha dicho que en cuanto se lleve al pleno se pedirá el cumplimiento del último punto: "el levantamiento de la orden ministerial".
Por su parte, la consellera de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno valenciano, María José Catalá, ha manifestado en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell la satisfacción de la Generalitat "por el desbloqueo de un proyecto histórico".
"Hemos trabajo con el Ayuntamiento en pequeñas modificaciones de plan inicial y estamos muy satisfechos del desbloqueo de un proyecto histórico y del trabajo intenso del Consistorio valenciano en el que hemos colaborado todos", ha afirmado.
Empecinada en el error, la alcadesa fantasea con acuerdos inacordables, diseños rediseñados, tramas desentramadas y otras ensoñaciones barberianas. Alguien tendría que decirle que todo es mucho más fácil. Se trata de asumir la responsabilidad de un devastador fracaso político que ha llevado a uno de los barrios marineros de Valencia a su hundimiento. La alcaldesa y su partido el PP son los responsables de la decadencia del Cabanyal durante estos últimos 15 años. También alguien debería decirle, que no invente más, que bastante daño han hecho sus desvaríos de emperadora. Ahora toca, con todo respeto, cerrar el pico y dejar que el asunto lo arreglen los ciudadanos del barrio y los que saben de esto sin que les pongan zancadillas desde el consistorio. No es tan difícil.
Todo para q los coches lleguen a la playa, para eso se derriba parte de un barrio historico y con personalidad propia, a cambio de un plan insulso, impersonal, hortera, cutre, casposo y provinciano. Enhorabuena Rita pero soy de derechas pero estoy en las antipodas de tu gusto urbanistico. Que horror y que pena me da mi ciudad
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