X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA

Los bancos centrales mandan

MIGUEL A. RODRÍGUEZ. 23/06/2014

MADRID. El Fondo Monetario Internacional (FMI) insiste en su recomendación al Banco Central Europeo (BCE) de comprar bonos para contrarrestar la tendencia bajista de precios que domina Europa en la actualidad.

El BCE es el único gran banco central del mundo que no ha llevado a cabo este tipo de política y no por razones económicas sino más bien políticas como es la de atenerse a su estricto mandato.

Sin duda, el BCE se embarcará en este tipo de actividad en el futuro próximo y probablemente lo haga comprando titulizaciones de préstamos, aunque no hay que descartar los bonos soberanos.

Este retraso en la implementación de una evidentemente necesaria política de flexibilización monetaria cuantitativa ha tenido consecuencias negativas para la economía europea, muy especialmente para los países periféricos, pero puede tener como contrapartida la ventaja de que cuando lo necesite podrá contar con la experiencia del resto de los bancos centrales en el todavía inédito proceso de disminución de balances.

La Reserva Federal de EE UU (FED) está en su camino de reducir su programa de compra de bonos, pero muchos se preguntan cómo hará para volver a dejar el balance del banco central anteriores a la crisis.

MISMO DEBATE

El mismo debate está en curso en otros bancos centrales. La cuestión es si es necesario vender los bonos del balance en el mercado o simplemente dejarlos hasta vencimiento. Aunque se puede también plantear si es bueno volver a tamaños y contenidos de balances similares a los de la precrisis o si es conveniente mantenerlos como están.

A principios de 2007, los activos del sistema de la FED eran de 880.000 millones de dólares. Hoy en día, el balance general es de 4,3 billones de dólares incluyendo 2,4 billones de los bonos del Tesoro y 1,7 billones de valores respaldados por hipotecas. La razón para la compra de estos activos no era reducir la tasa de fondos federales, que había llegado a cero a finales de 2008, sino la de bajar los tipos de interés de los préstamos a personas y empresas.

VALIOSA CONTRIBUCIÓN

La evidencia muestra que estas compras de bonos de hecho bajaron los tipos de largo plazo Una estimación conservadora es que una compra de bonos por 600.000 millones de euros (el tamaño de la segunda ronda de la FED de compra de bonos) bajó los tipos de interés a largo plazo en cerca de 25 puntos básicos: no enormes, sin duda una valiosa contribución a la recuperación económica de EE UU.

La compra de valores respaldados por hipotecas bajaron los tipos de las hipotecas. Esto contribuyó a frenar la caída de los precios de la vivienda y estimuló la actividad en el sector de la construcción. Antes de la crisis muchas personas instaron a la FED a ajustar su política para detener la burbuja en los mercados inmobiliarios. Un aumento en los tipos de interés a corto plazo habría ayudado en este sentido, pero también podría bloquear el crecimiento en otros sectores.

Si el balance de la FED hubiese estado dotado de valores hipotecario podría haber actuado vendiéndolos y con ello frenando la burbuja que afecta al sector en concreto.

POLÍTICAS MONETARIAS

Los posibles inconvenientes que se suelen argumentar en contra de un balance abultado de los bancos centrales son los de que éstos incurran en posibles pérdidas ante un movimiento de mercado en contra de los activos que mantengan y el de su efecto inflacionista.

En el primer caso, el efecto es simplemente contable y no tiene por qué trasladarse al bolsillo del contribuyente ya que por las características propias de los bancos centrales pueden mantener hasta vencimiento estos activos sin necesidad de realizar provisiones. En el segundo, la prueba la tenemos en la actualidad en donde los bancos centrales cuentan con los balances más extensos de toda su historia y sin embargo el temor es a la deflación.

Por ello es posible que el camino de salida sea más simple de lo que en un principio se pensó y los bancos centrales se encuentren con que no sólo pueden actuar en los tipos de interés de referencia en su política monetaria sino también ajustando el tamaño de sus balances.

_______________________________________

Miguel Ángel Rodríguez es analista de XTB

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad