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VALENCIA. El turismo no es lo que era. "Ahora viaja todo el mundo, gente con dinero y sin él, jóvenes y mayores, por trabajo y por placer, y la oferta debe adaptarse", asegura Pepe Castelló, socio fundador de Valencia Flats.

Procedente del negocio de la promoción inmobiliaria, Castelló puso en marcha su empresa en 2000, junto a un promotor de turismo argentino y un licenciado en especializado en esta industria italiano, tras conocer otros modelos hoteleros en un viaje de placer por Europa.

Mientras otros impulsaban grandes establecimientos orientados a clientes de alto poder adquisitivo o establecimientos de bajo precio y reducido servicio, los tres socios optaron por poner en marcha los primeros hostels en el casco antiguo de ciudad, orientos a un público jóven y con una preocupación hacia el diseño en el amueblamiento y la imagen corporativa.

Fruto de su éxito, la proliferación de este tipo de establecimientos le llevó a desarrollar de forma profesional la oferta de apartamentos turísticos urbanos, al tiempo que un hotel de habitaciones dobles y cuadruples en la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, uno de los principales atractivos internacionales de la ciudad; otro en Port Saplaya y otro más Parque Tecnológico.

A día de hoy, su empresa dispone ya de una red de 300 apartamentos en 14 edificios, en los que emplea a 73 personas, principalmente en la ciudad de Valencia, además de uno Barcelona. Su plan de futuro pasa por seguir abriendo nuevos establecimientos a un ritmo de uno o dos nuevos por año.

SINTONÍA CON EL MERCADO Y NUEVOS DESTINOS

"Nuestro planteamiento es poner en marcha alojamientos que no sean hoteles al uso, fundamentalmente turísticos, según la demanda de los clientes", reconoce. A diferencia de los modelos tradiciones, su comercialización se realiza por internet y cuenta con una importante demanda internacional.

A pesar del debate sobre la saturación hotelera de la ciudad, Castelló está convencido de que hay mercado para seguir creciendo, pero muy ceñidos a los movimientos de los clientes. "La demanda te dice si estás en sintonía con el mercado" y, en su caso, cree haber encontrado la fórmula.

"En este negocio lo que tiene que hacer es dar de dormir. ¿Por qué tiene que pagar el cliente por metros cuadrados que no le aportan nada?". Así sus establecimientos no cuentan con lobby ni hall y servicios como la recepción no son 24 hora.

En el caso de Lotelito, uno de sus establecimientos más conocido y situado en la calle de las Barcas junto al Teatro Principal, los huéspedes que lleguan más tarde de las 23:00 horas reciben un mensaje en el móvil para acceder al edificio con una contraseña y realizan ellos mismos el check-in.

EL ATRACTIVO DE VALENCIA A GOLPE DE PRECIO

Crítico con la promoción de Valencia y España como destino turístico realizada desde hace años, considera que la ciudad tiene que tener muy claro con qué otros destino compite e intentar abrir lo más posible el target de potenciales visitantes.

"No competimos con París, Londres, Barcelona o Amsterdam. Nuestras referencias tienen que ser otras, como Burdeos o Nápoles en los que es fundamental tener una buena conexión con vuelos low cost que animen la elección del destino", asegura.

La cuestión es que si no se está en la primera división mundial, que tiene un número de destino muy reducido en todo el mundo, hay que dar otro tipo de facilidades. "Valencia no puede permitirse que en un vuelo las tasas aeroportuarias sean un 25% del precio, cuando un 30% es el combustible", aspectos que considera necesario corregir para ganar atractivo ante públicos que visiten la ciudad, compartan su buena experiencia con sus conocidos, atraigan nuevos visitantes y ellos mismo también repitan.