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VALENCIA. Los responsables de la empresa de material médico Vygon hicieron un guiño este lunes al conseller Máximo Buch, que acudió a la inauguración de su nueva sede. Conociendo el inquebrantable optimismo que desprende Buch, los directivos de la compañía le entregaron una especie de almohada con el nombre de Happy, el apodo con el que conocen al responsable de Economía sus compañeros de partido y de Consell.
Y Buch no dejó pasar la ocasión para demostrar el por qué de esa fama de optimista que le rodea y aprovechando la inauguración de un edificio que ha sido bautizado, precisamente, como optimista, lanzó un discurso que irradiaba positivismo por todos sus poros.
"El optimismo y el pensamiento positivo es la actitud con la que tenemos que afrontar los retos del futuro. Si combinamos trabajo, esfuerzo y optimismo tanto las empresas como las administraciones públicas y el conjunto del país podremos salir adelante y reforzados de la situación actual", dijo Buch en el acto, en un discurso que se aproximaba al lenguaje de algunos manuales de autoayuda: "Trabajando en equipo y teniendo una mentalidad de equipo y de visión de futuro ilusionante podemos superar cualquier dificultad y llegar a metas más lejanas".
La multinacional francesa Vygon ha remodelado su sede "para inspirar a los empleados". Su objetivo es mostrar una actitud positiva ante la vida y ofrecer a los trabajadores un lugar único y en las mejores condiciones laborales. El edificio optimista es una iniciativa pionera en España que quiere transmitir felicidad. El diseño del edificio ha corrido a cargo del pintor valenciano Fernando Jiménez y ha contado con la colaboración de los empleados, accionistas y clientes de Vygon.
Vygon es una multinacional francesa, dedicada a la fabricación de productos médico-quirúrgicos de alta calidad de uso único. Está presente en todo el mundo y cuenta con 25 filiales, 90 sociedades distribuidoras y ocho fábricas.
Vygon, con unas ventas de 225 millones de euros al año, entró en el mercado español en 1978 en Valencia, en la actualidad alcanza casi 50 empleados y vende 11 millones de euros en toda España.
Es normal que gente com Buch pueda ser happy mientras los demás pasan penurias por sus políticas ineficaces y la deuda que tienen con empresas, centros tecnológicos y cualquiera que les haya sufrido. Qué bonito todo y qué neoliberal. Él es happy y los demás somos unos rencorosos por envidia. Todo muy PP.
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