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MADRID. No es fácil que la intervención de un gobernador del Banco de España en la Comisión de Presupuestos pase desapercibida y muchos menos cuando el personaje, encarnado por Miguel Angel Fernandez Ordóñez, no puede esgrimir la coherencia necesaria con su reciente pasado político y además le pillan en el flagrante renuncio de defender ahora lo que hace solo unos años asumió sin inmutarse desde la Secretaria de Estado junto al vicepresidente Solbes.

El converso gobernador tuvo una intervención sólida como es habitual en todo aquel que representa al más potente think tank económico existente en España, y en esta ocasión le tocó enfriar las expectativas de crecimiento para 2010 alentadas por el Gobierno y reclamar un mayor control presupuestario a las administraciones Autonómicas y locales al enfatizar que «dado el elevado grado de descentralización de nuestro país, es crucial que las comunidades autónomas y los ayuntamientos se impliquen seriamente en la consecución de estas metas».

Sobre el primer punto, el gobernador del Banco de España bien podía haber sacado los colores al equipo económico del gobierno al recordar que de no cumplirse la previsión gubernamental de crecimiento del 1,3% para el año que viene, podría repercutir en una evolución más negativa de los ingresos y que por lo tanto parecía razonable tener preparada la lista de posibles tijeretazos. Ahí, Fernandez Ordóñez no hablaba a humo de pajas, ya que frente a la previsión gubernamental, el común de los analistas nacionales e internaciones coinciden en señalar un crecimiento para 2011 en España que oscila entre el 0,7 y el 0,8%.

Nadie se puso colorado como tampoco se ruborizó el gobernador cuando en el mismo escenario hacia hincapié en su segundo mensaje fuerza: la necesidad de que todos se responsabilicen en la reducción del déficit público en clara referencia a las comunidades autónomas y alentando al gobierno a que tomara la iniciativa proponiendo limitar por ley el gasto autonómico y municipal a través de la Ley de Estabilidad actualmente vigente.

No olvidaba el gobernador que cuando el PSOE llegó al poder en 2004, estaba en vigor la Ley General de Estabilidad Presupuestaria de 2001 que fue el mismo y el vicepresidente Solbes los artífices en 2005 de la derogación de esa norma y su sustitución por otra mucho más permisiva con el déficit público. Los resultados están a la vista de todos y para recordárnoslo ahí estaba su sustituto en el Ministerio de Economía y Hacienda al recordar al gobernador que la asunción del límite de gasto correspondía en exclusiva a cada comunidad autónoma.

Como el cantante, el gobernador del Banco de España debe tener el corazón "partio" y en sus intervenciones trata de proyectar coherencia, no en vano debe resultar un tanto incomodo ocupar una silla en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo en Fráncfort y que todos sus colegas le estén recordando la necesidad de desarrollar una política económica ortodoxa en España, ortodoxia que muchos no creen ver y que amenaza con volver a poner nerviosos a los mercados, a los organismos internacionales, a las autoridades económicas y políticas de la Eurozona y a todos aquellos expuestos al riesgo soberano español.

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Post-it
El Consejo de Gobierno. Es el órgano rector supremo del BCE y está compuesto por los miembros del Comité Ejecutivo y los gobernadores de los bancos centrales nacionales de los países que han adoptado el euro.

Sus principales responsabilidades son: Adoptar las decisiones necesarias para garantizar el cumplimiento de las funciones asignadas al Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y formular la política monetaria de la zona del euro, fijando los tipos de interés básicos y el suministro de liquidez al Eurosistema y estableciendo las orientaciones necesarias para su cumplimiento. Al adoptar decisiones sobre política monetaria y sobre otras funciones del Eurosistema, los miembros del Consejo de Gobierno
actúan con total independencia, no como representantes de sus respectivos países.

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(*) Carlos Díaz Güell es editor de 'Tendencias del Dinero'