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VALENCIA. Parece que el silencio es contagioso. Cuando estás en un lugar en el que la gente que te rodea habla en voz baja y casi callan antes de hablar, tú terminas haciendo lo mismo. Poco a poco se va haciendo el silencio. Parece que el tiempo pasa más despacio.

Esa sensación de silencio contagioso es la que tuve al visitar Menorca. Incluso en el centro de Ciudadela durante las fiestas de Sant Joan la gente susurraba al hablar. Toda la isla es un oasis de silencio, en un mundo cada vez más ruidoso que distorsiona nuestra percepción de la realidad.

Menorca cuenta con los justos servicios turísticos y la naturaleza es la verdadera protagonista. Alejada del hedonismo superficial y de cuerpos recauchutados como sucede en las vecinas Ibiza y Formentera. Es destino de ciudadanos de la metrópolis buscadores de encuentros intimistas y poco dados al exhibicionismo.

Con este contexto, la pasada primavera abrió sus puertas un proyecto de alojamiento y gastronomía de lujo, el Hotel Torralbenc. Recuerda a esos proyectos caprichosos que se multiplicaron al calor del boom económico de los años pasados, y que por desgracia terminan cerrando a los años.

Se ha restaurado y ampliado una antigua casa dedicada a la agricultura, situada sobre una loma con vistas al mar en la zona sureste de la isla. El hotel dispone de 22 habitaciones y un restaurante gastronómico con ambición controlada. Todo rodeado de 7 hectáreas de parcela, en donde se han plantado viñedos con distintas variedades de uva.

El proyecto ha sido muy respetuoso con el entorno y se nota en cada detalle que el objetivo de todo es la comodidad del cliente por encima de personalismos o de modas pasajeras.

Es aquí donde ha aterrizado el cocinero cordobés Paco Morales como director del restaurante gastronómico. Morales dejó recientemente el Hotel Ferrero de Bocairent, y más allá de las polémicas propias de todas las rupturas, en Valencia perdimos un muy buen cocinero, lleno de inquietudes, ambición y energía.

Mientras construye su nuevo, y esperamos que definitivo, proyecto gastronómico en Córdoba, Morales lleva a Menorca la parte más tranquila de su cocina, armonizando con el contexto casi monacal de Torralbenc.

Su propuesta es un buen complemento a la gastronomía local, basada en la tradición y los productos locales de calidad como mariscos (caldereta de langosta), pescados y quesos.

Con este proyecto, Morales suma una nueva etapa en su particular tour Michelin por toda España. Cinco años en Mugaritz, dos años en Senzone Madrid y cuatro años en el Hotel Ferrero de Bocairent, junto con el asesoramiento del Palacete de la Seda en Murcia.

En la cara de los trabajadores de Torralbenc todavía se dibuja la sonrisa inocente y fresca propia de los inicios empresariales y de un buen coaching. La verdad es que han creado un ambiente muy agradable en el que se tiene muy presente las necesidades del cliente por encima de las normas y reglas absurdas, típicas de los hoteles.

Sucede lo mismo en el restaurante. El servicio de sala suple la falta de rodaje con un servicio muy cariñoso y atento, que ayuda a disfrutar de la comida. Paco Morales ha elaborado dos cartas, una con platos más tradicionales y ligeros, pensados para los huéspedes del hotel, y otra más gastronómica y creativa, con algunas elaboraciones nuevas y varios de sus clásicos adaptados.

Ofrecen un menú degustación con tres entrantes, carne, pescado y postre por 60 más IVA. Es un menú muy agradable, con cantidades pequeñas que hacen tener una comida ligera y cómoda en la que Morales muestra la parte más sencilla de su cocina.

La experiencia es un grado y Morales elige con inteligencia y sin excesivas pretensiones los platos del menú, todo muy bien coordinado por su representante en la cocina Pepo Corral. En poco tiempo seguro que se convierte en un lugar de visita obligada para los gastrónomos que vayan a la isla.

En el menú tomamos: una muy sabrosa tortilla de patata y trufa con natillas de cebolla, excelentes tomates casi secos con su agua helada, pimentón y leche de almendra, un contundente cabracho con patata chafada al aceite de oliva virgen y un steak tartare con carne de vaca local algo falta de sabor.

De postre una refrescante y divertida transparencia de melón, escarcha de piña y helado de yogur y una tabla muy bien escogida de quesos menorquines. Buena calidad de la materia prima en todos los platos, sabores intensos y cercanos, técnica y creatividad justa y una estética amable.

Quiero destacar el plato de tomates y almendras crudas, recuerdos de la mejor cocina vegetal, con un 48 sobre 50. La puntuación para el conjunto del menú, 39 sobre 50.

Como complemento a Torralbenc les puedo recomendar un paseo por Ciudadela, la población mas al oeste de la isla, con una arquitectura de recuerdos italianos y muy mediterránea, en donde podrán comer unas buenas tapas en el restaurante Tastet ubicado en una casa típica menorquina.

Antes de cenar una opción para enamorar a su pareja es darse un baño en la cala Pregonda. Al atardecer, conducir hasta el Faro de Cavallería, justo a la izquierda del mismo, ligeramente escondida hay una gruta de unos 100 metros de longitud (llevar linterna), al final del recorrido desde una roca, en un mirador natural sobre el mar, podrán ver unas de las puestas de sol más alucinantes.

TORRALBENC MENORCA
Ctra. Maó - Cala'n Porter, Km.10
07730 Alaior
Menorca, Islas Baleares

Teléfono: +34 971 37 72 11
[email protected]