MADRID. Tapices raros, tejidos a principio del siglo XVI, sin autor reconocido y que llegaron al Colegio del Patriarca de la mano de su fundador, el virrey de Valencia, San Juan de Ribera. La escasa luz y la suciedad acumulada en los seis tapices, con motivos bíblicos en su mayoría, ya están siendo restaurados en la Real Fábrica de Tapices de Madrid. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, y el presidente de la Fundación Iberdrola, Manuel Marín, visitaron este martes el inicio de los trabajos de restauración.
Galán explicó que, a pesar de la crisis que está atravesando el país, se ha hecho un esfuerzo por conservar el patrimonio valenciano. La intención al finalizar la restauración es volver a colgarlos donde estaban, en el Colegio del Patriarca, aunque no descartan reunirlos con dos tapices similares ubicados en El Escorial con el fin de realizar una exposición monográfica. La Fundación destina al año un total de 40 millones para este tipo de acciones.
El rector del Colegio del Patriarca, Juan José Garrido, visitaba el proceso de restauración por primera vez. "Entre lo que yo me esperaba y lo que he visto me he quedado impresionado" apuntaba. Además, reconocía que hace años pidió que le hicieran presupuesto pero no se pudo asumir debido a que la restauración de cada tapiz costaba millones. No obstante, apuntaba a que antes las técnicas estaban menos desarrolladas. Esta restauración permitirá un recorrido de otros 500 años a los tapices.
"GRAN SENSIBILIDAD Y SUTILEZA DE LA TEJEDURÍA"
La responsable de restauración del departamento de tapices, Isabel Fernández, destaca la belleza de los tapices recogidos en el Colegio del Patriarca y su tejeduría "maravillosa". Tienen un tipo de manufactura con gran "capacidad y sensibilidad y una sutileza en su tejeduría que le permite crear efectos como una textura y vibración impresionantes debido a la forma de configurar los hilos".
Fernández hizo un recorrido por las instalaciones para contemplar las fases de lavado, limpieza y consolidación de los tapices. Estos procesos tienen una combinación de técnicas manuales y tecnología, aunque el proceso del personal es lento y minucioso. Éstos se limpiarán por el método de inmersión en agua con el fin de despojarlas de la suciedad para luego consolidar el tejido.
Actualmente, en el taller, sólo tienen cuatro de los seis tapices para restaurar. Esta tarea llevará a las 15 personas unos dos años y aproximadamente, y otro más para los dos restantes. Aunque no saben quien fue su autor intentará averiguarlo.
Estos tapices están fechado entre 1500 y 1530, periodo de esplendor de las manufacturas flamencas. Los de fabricación más antigua son los dedicados a la Parábola de la Viña. Los dos de Los Honores, que datan de 1528, corresponden a una misma serie de Moralidades que posee Patrimonio Nacional. Completan la serie los dos de Vicios y Virtudes. Desde la Fundación apuntan a que el valor económico de estos tapices está aún por determinar.
UNA ALFOMBRA DE 198.000 EUROS
En la Real Fábrica de Tapices de Madrid también se dedican a la confección y restauración de alfombras realizadas con técnicas de nudos. A pesar de que la mayoría son encargos privados, también se ocupan de poner a punto alfombras como la del Congreso de los Diputados. Desde la institución, pretenden poner de nuevo en valor este tipo de producto y para ello quieren dar a conocerlo con diseños vanguardistas como los de Alfonso Albacete.
Los encargos a la Real Fábrica de Tapices llegan tanto de España como del extranjero. París o Estados Unidos son algunos de sus clientes y también se ha confeccionado para los príncipes de Mónaco. Actualmente, se encuentran produciendo una alfombra de encargo galo de 18,9 metros de largo por 6,5 metros de ancho. Cada metro cuadrado de esta alfombra es elaborado en un tiempo de entre cuatro y seis semanas y tiene un coste de 1.600 euros. Por lo tanto, el coste de la pieza sería unos 198.000 euros aproximadamente.
DIFICULTAD DE COMPETIR CONTRA INDIA, PAKISTÁN E IRÁN
Según explica el restaurador de la Real Fábrica de Tapices, Antonio Sama, al ser una fundación sin ánimo de lucro se trabaja prácticamente a coste. "No podemos competir con países como India, Pakistán o Irán, quienes tienen trabajadores mucho menos pagados". No obstante, reconoce que la profesión no está bien remunerada. Además, apunta que en España el producto es más valioso porque las empleadas dibujan con las tijeras y dan forma a los nudos, lo que conlleva una mayor precisión de los motivos.
El objetivo de la fundación también es formar nuevos artesanos y por eso los trabajadores han entrado como aprendices. Hasta hace dos años, con parada debido a los recortes de fondos europeos, tenían un programa de escuelas-taller. Actualmente, entre 60 y 70 empleados trabajan en la Real Fábrica de Tapices.
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