VICENT MOLINS. 22/06/2013

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VALENCIA. Vicepresidente del consejo de tecnologías emergentes del foro de Davos; joven líder global en 2009 según el Foro Económico Mundial; inventor de la tecnología que las petroleras llevaban décadas esperando; fundador de una empresa que ha recibido 47 millones de dólares en capital riesgo; experto mundial en nanotecnología; columnista de The Washington Post y autor en Science. Es Javier García Martínez, un alicantino doctor en Químicas por la Universidad de Alicante al que de momento no le piden autógrafos cuando llega cada mañana a su lugar de trabajo en el Campus de Sant Vicent del Raspeig. A sus 40 años, y sin aparecer habitualmente en las portadas, se ha convertido en uno de los ciudadanos valencianos más influyentes.

 

Obsesionado con comunicar y transmitir la ciencia de forma que se entienda, habla de ella al estilo con el que sus padres, profesores de historia y griego clásico, le contaban al caer la noche alicantina las luchas de Aquiles contra el Minotauro. Pero a García Martínez no le sedujo Aquiles sino los átomos y las moléculas: "Mis padres sufrieron mi interés por la química. Más de una vez fundí los plomos intentando hacer electrólisis de agua y varias veces quemé las cortinas de mi habitación. Pero me animaron a seguir experimentando", recuerda.

¿Pero qué es la nanotecnología?

Los experimentos caseros dieron resultado. Unos cuantos años después es un guerrero internacional de la nanotecnología, la ciencia de moda que basa su actividad en meter una suerte de caballos de Troya en los átomos de los materiales para poder modificarlos. García lo explica así: "En la naturaleza tenemos unos 90 elementos naturales con los que fabricamos todo lo que nos rodea. En los últimos años hemos aprendido a modificar la estructura de materiales comunes, como el carbón, y a conferirles nuevas propiedades, de manera que se comporten de manera distinta". Un ejemplo es el grafeno, el gran galáctico. ¿Y cuál es la consecuencia de este abordaje total al interior de los materiales? "Nos permite ir más allá de las limitaciones que impone la naturaleza, desborda nuestra capacidad de imaginar el futuro".

Las energías renovables son un ejemplo recurrente de cómo únicamente la nanotecnología puede permitir la viabilidad económica. "Las renovables resultan todavía caras. Pero la nanotecnología tiene la llave para producir materiales capaces de eliminar los límites actuales y lograr su implantación a gran escala", sostiene.

Del descubrimiento revolucionario a la creación de una empresa de 47 millones

Tras doctorarse, García Martínez recibió una beca Fullbright para hacer investigación postdoctoral y cambiar Alicante por el MIT de Massachusetts. A partir de ese viaje cambió su vida y también cambió la forma con la que se fabrica gasolina.

Mediante un intento proceso de varios años de laboratorio, consiguió modificar aquellos materiales que permiten aprovechar mejor el crudo y conseguir más gasolina, de manera más limpia. Era el descubrimiento que las petroleras habían perseguido durante décadas. Tras un momento de euforia como el que gana la Champions marcando en el último segundo, decidió llevar sus nanomateriales a un laboratorio independiente para que le dijeran cuánta gasolina adicional producía su descubrimiento: "Los datos fueron tan convincentes que no dudé en patentar la tecnología y comercializarla". Era el año 2004.

Comercializó su hallazgo creando Rive Technology, una empresa que ha acabado recibiendo 47 millones de dólares en capital de riesgo, emplea a 40 personas, sirve a refinerías de EE UU y busca ser el referente de la nanotecnología en el sector energético. "Nuestros materiales generan 2,5 dólares de beneficio adicional por barril procesado", apunta.

La empresa, localizada en Boston y Nueva Jersey, es un caso palpable de cómo es otro país el que recibe directamente los frutos del descubrimiento de un científico español. "Sin duda hubiera sido mucho más difícil", responde García cuando se le pregunta si en España hubiese sido posible escalar las mismas cotas de éxito.

El líder global frente a la descapitalización nacional de talento

Su experiencia en el MIT le valió ser elegido 'joven líder global' por el Foro Económico Mundial, y pasar a formar parte desde 2010 de su consejo de tecnologías emergentes, un grupo de 15 personas que definen la agenda tecnológica del mundo.

También el Foro Económico le encomendó en 2012 la tarea de crear una red de españoles excepcionales menores de 30 años (Global Shapers). ¿El objetivo? Que las jóvenes mentes pongan su conocimiento para crear proyectos que ayuden al país.

Desde la autoridad que le conceden su experiencia, García Martínez reflexiona sobre qué supone que muchos de estos talentos abandonen España: "No sólo va a retrasar nuestra salida de la crisis, sino que sin ellos estamos más expuestos a nuevas crisis en el futuro".

Después de un par de semanas recorriendo Irán con la mochila a la espalda, acaba de llegar de Irlanda, donde ha participado en el EuroNanoForum, la cita en la que se discuten las prioridades de la UE en investigación e innovación en nanotecnología destinada al sector energético. Desde el campus de Sant Vicent del Raspeig continúa modificando el futuro.