MADRID. El ex vicepresidente del Gobierno, José María Aznar ha dado una tregua al Gobierno en su intervención en el Club Siglo XXI de Madrid al evitar las críticas directas al Ejecutivo de Mariano Rajoy, cosa que no había hecho en su reciente entrevista en Antena 3.
No obstante, sí apeló a la responsabilidad histórica del partido que gobierna España para poner en marcha las reformas pendientes, entre las que destacó la reforma fiscal, la de la administración y la de las autonomías, garantizando además la unidad nacional con las armas que otorga la Constitución.
Tampoco se refirió esta vez a su futuro político, si bien es cierto que se limitó a leer su discurso, ya que el formato era una conferencia y no había preguntas como sí suele suceder en otras conferencias en este club.
NO PRONUNCIÓ EL NOMBRE DE RAJOY
Ante un nutrido auditorio de más de mil personas y tras ser presentado por el presidente del Club Siglo XXI, Eduardo Zaplana, Aznar leyó lentamente su intervención, sin apenas variaciones, en la que hizo un repaso de los retos a los que a su juicio a los que se enfrenta nuestro país y propuso las soluciones que considera necesarias.
Curiosamente son más o menos las mismas que está poniendo en marcha el actual Gobierno, si bien es cierto que pidió celeridad y tino en su realización. Hay que destacar que no pronunció ni en una sola ocasión el nombre ni de Mariano Rajoy ni del Partido Popular.
No se sabe si el Gobierno y Aznar han hecho las paces o han firmado una tregua, pero parece que las aguas vuelven a su cauce tras el torbellino levantado por las recientes manifestaciones del ex presidente en televisión, en las que cuestionó a Mariano Rajoy y su Gobierno y aseguró estar dispuesto a regresar a la política si España le necesitaba. En esa ocasión Aznar pidió bajar ya impuestos, cumplir el programa electoral y llevar a cabo una acción política más decidida frente a la "languidez de la resignación".
VUELTA A LA NORMALIDAD: CRÍTICAS A ZAPATERO
Pero en el Club Siglo XXI todo ha vuelto a la normalidad y las críticas, por cierto demoledoras al incluirlas solemnemente dentro de un ciclo histórico, se las llevó todas el ex presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. Aznar explicó que el proceso de modernización de España "sin entrar en detalles, fue interrumpido y revertido rápidamente a partir de 2004, aunque el mundo seguía moviéndose en la misma dirección y cada vez con más rapidez".
En este sentido, también acusó a la izquierda de no adaptarse a los cambios globales, no anticipar la crisis e iniciar, junto al nacionalismo, "el camino de vuelta hacia políticas de exclusión" y puso como ejemplo el famoso Pacto del Tinell.
En definitiva, un Aznar mucho más sosegado que al que nos tiene acostumbrado en los últimos tiempos, que recordó al PP su responsabilidad con los electores, que definió como "histórica" tras las elecciones generales de 2011. Por ello cree que el Gobierno ha recibido "un mandato para retomar un programa de reformas tan profundo como lo requiere el contexto nacional e internacional".
LAS CINCO CARGAS DE PROFUNDIDAD
José María Aznar dijo que hay que renovar los objetivos históricos de la Transición, para lo que propuso cinco actuaciones contundentes, como cargas de profundidad.
La primera, explicó Aznar, es dejar muy claro que no está abierta la discusión sobre la nación española ni sobre su soberanía y que "cualquier acuerdo nuevo se haga debe ser para reforzar la nación y no para debilitarla".
La segunda, es renovar y fortalecer el funcionamiento del sistema democrático y el Estado de Derecho. Explicó que hay una crisis política que exige soluciones y reformas políticas. Se trata de asegurar la división de poderes, mejorando los procedimientos democráticos, corrigiendo la fragilidad de numerosas instituciones y reformando a fondo la organización y el funcionamiento de la justicia.
LA CONSTITUCIÓN PARA FRENAR A ARTUR MAS
La tercera propuesta es estabilizar definitivamente la estructura territorial garantizado la unidad nacional, para lo que pidió que se "supere el vaciamiento creciente de lo común y se asegure la igualdad de oportunidades, la igualdad de derechos y la solidaridad de todos". Sus recetas son reducir el tamaño de las administraciones públicas, restablecer la estabilidad y el control presupuestario de todas ellas, garantizar la unidad de mercado y ordenar eficientemente el reparto de competencias para así consolidar el Estado de las Autonomías.
Sin citar el reto soberanista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, dijo que el esfuerzo que los españoles han realizado para alcanzar el compromiso que equilibra unidad y diversidad "no puede ser malbaratado por la gravísima deslealtad de algunos". Y en nuestra Constitución.....hay resortes suficientes para evitarlo".
PIDIÓ OTRA VEZ UNA REBAJA DE IMPUESTOS
La cuarta apuesta Aznar es "flexibilizar y estabilizar la economía" que a para él es lo que necesitan las clases medias y lo que hará posible la recuperación del bienestar. Y para ello, una nueva sugerencia, esta vez velada, de rebaja de impuestos: "Nuestro sistema fiscal no se adapta a la sociedad de hoy. Es necesario cambiarlo y ponerlo al servicio del empleo y del crecimiento, no al servicio de las administraciones. No podemos resignarnos a ser la sociedad que nuestras administraciones nos imponen. Ellas tienen que servir a la sociedad que queremos".
También pidió renovar el pacto social para que se adapte a tres circunstancias que no se votan en las elecciones pero son una realidad como la unión monetaria, una economía global y una demografía y una esperanza de vida que obligan a cambiar políticas y modelos para "hacer sostenible el Estado de Bienestar".
La quinta propuesta de José María Aznar no es otra que recobrar la posición de España en Europa y en el mundo.
EL GOBIERNO LE HACE LA OLA
Deliberadamente el Gobierno y el Partido Popular arroparon al ex presidente, quizás para que no se sintiese cómo esos jarrones chinos que todos quieren pero nadie sabe dónde colocar y a los que se refirió en una ocasión el también ex presidente, Felipe González. Y así evitar malentendidos. Además todo un lujo de asistentes que le hicieron la ola.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Industria, José Manuel Soria y el vicesecretario del PP, Carlos Floriano, que coparon las primeras filas de una sala, en la que sobre todo había una nutrida representación de políticos vinculados a la fundación Faes como Javier Zarzalejos, Ignacio Astarloa, Cayetana Álvarez de Toledo, Javier Fernández Lasquetty y el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, entre otros.
VIEJAS GLORIAS DEL PP
También muchas viejas glorias del PP, como el polémico parlamentario y ex presidente de la CNMV, Luis Ramallo, el ex alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, los ex secretarios de Estado, Pedro Antonio Martín Marín y Miguel Ángel Rodríguez, el ex secretario general del PP, Juan José Lucas, Gabriel Elorriaga y el ex ministro Pío Cabanillas.
De la oposición o rivales políticos nada más que asomó el ex secretario general de comunicación del PSOE y antiguo dirigente agrario, Fernando Moraleda.
EMPRESARIOS Y SOBRE TODO ANA BOTELLA
Y hubo también empresarios como Fernando Fernández Tapias, Luis del Rivero, Enrique Cerezo o el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández. Y sobre todo muchos periodistas y tertulianos, muchos, y algunos editores de medios, como Enrique Ybarra y Catalina Luca de Tena de Vocento, Julio Ariza de Intereconomía o el director general de Telemadrid, José Antonio Sánchez.
Y por supuesto, el ex presidente estuvo en todo momento arropado por su mujer, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que no se separó ni un momento de él y que se lo llevó a cenar tan pronto terminó la conferencia, ya que la conferencia había salido como estaba prevista y no era cuestión de tentar la suerte.
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