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MADRID. El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha oficializado de nuevo su máxima confianza y total respaldo a la vicepresidenta, ministra de Presidencia y Portavoz del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, al designarla para que presida la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos en su ausencia, lo que la otorga toda la visibilidad en el área económica del Gobierno.

Este hecho, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha sido rápidamente interpretado como una prueba más de la confianza de Rajoy en su número dos en el Gobierno. Y sin lugar a dudas que es así, pero no tanto como se está explicando, ya que la vicepresidenta acude regularmente a estas reuniones de los jueves de marcado acento económico, y preparatorias de los Consejos de Ministros desde su llegada al Gobierno. Y además, cuando se ausentaba Rajoy, las ha estado presidiendo ella, según ha sabido este diario de fuentes solventes.

Pero sin duda, la oficialización de este hecho es otro galón más que puede colgarse Saénz de Santamaría en su haber, ya que la sitúa oficialmente por encima de los dos ministros económicos, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, que son los que tienen la costumbre de atizarse más habitualmente en la Comisión Delegada.

ÁLVARO NADAL, NEXO DE UNIÓN

Aunque mucho más próxima a Montoro que a Guindos, con un nexo de unión tan importante y fuerte entre ambos como es la amistad y relación con el Jefe de la Oficina Económica de la Moncloa y secretario de la Comisión Delegada, Álvaro Nadal, a Sáenz de Santamaría ya la ha tocado lidiar en muchas ocasiones en los enfrentamientos entre los dos ministros económicos, añaden las fuentes.

Además, la vicepresidenta toma las riendas de las relaciones del Gobierno con los "lobbies" empresariales y las grandes multinacionales españolas integradas en asociaciones como el Consejo Empresarial para la Competitividad, dicen las fuentes, algo a lo que al principio Rajoy no prestó demasiada atención, pero que ahora no quiere desatender, y para lo que está contando cada día más con Sáenz de Santamaría, en detrimento de otros ministros de influencia económica.

UNA DE LAS 4 MUJERES DE RAJOY

Ya avisó Rajoy antes de ocupar el poder en una entrevista por televisión que ella era una de ‘sus cuatro mujeres', junto a Carmen Martínez Castro, secretaria de Estado de Comunicación, Ana Mato, ministra de Sanidad, en la cuerda floja por el ‘caso Gurtel', y María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y presidenta regional de Castilla-La Mancha.

Cospedal, liderando el partido, y la vicepresidenta, el Gobierno, además son "enemigas íntimas" desde hace tiempo, pero no parece que ese sea un asunto que preocupe mucho al presidente o que le haya hecho perder tiempo en intentar solucionarlo. Ahora mismo, todas las fuentes consideran que la relación aunque cordial de puertas para afuera, no ha dejado de deteriorarse en los últimos tiempos entre ellas, aunque se respetan y tratan de no opinar nunca en público una de la otra o de sus respectivas competencias.

"ENEMIGAS ÍNTIMAS" EN EL GOBIERNO Y EL PARTIDO

Cuando arreciaba el caso Bárcenas sorprendió a muchos que Sáenz de Santamaría evitase opinar públicamente y dijese tras el Consejo de Ministros que eso no era un asunto del Gobierno. Ayer Cospedal hizo lo mismo, ya lo ha hecho más veces, al evitar valorar la situación de la ministra de Sanidad, Ana Mato, al hilo de las informaciones sobre presuntos regalos de la trama Gurtel, limitándose a decir que a los ministros los nombra el presidente del Gobierno. "A los ministros los nombra el presidente del Gobierno y hace lo que corresponde", declaró la secretaria general del PP cuando se la preguntaron si consideraba que Ana Mato debía seguir en su puesto y si pensaba que era un buen ejemplo.

Y parte de los problemas entre ambas, al margen del peso político de cada una de ellas, han sido sus consortes. La relación entre ambas parece que se complicó definitivamente con las filtraciones de que el marido de Cospedal, Ignacio López Hierro, iba a ser nombrado miembro del consejo de Red Eléctrica Española (REE), cargo al que tuvo que renunciar por la polémica que se originó. Pero también hubo cierto revuelo mediático con el ingreso del marido de Sáenz de Santamaría, el abogado del Estado, Iván Rosa, como asesor jurídico de Telefónica.

PROBLEMA DE CONSORTES

Ambos consortes son en estos momentos el flanco débil de la gestión de ambas, ya que es desde donde se observan, aseguran las fuentes.

En el caso de Cospedal por las actividades privadas de López Hierro y en el de Sáenz de Santamaría por la asesoría de Telefónica de Iván Rosa, así como por la promoción de Abogados del Estado de 1996 a la que pertenece el marido de la vicepresidenta y que ha sido para este Gobierno un caladero inagotable de altos cargos. Entre otros, los subsecretarios de Presidencia y Economía, Miguel Temboury y Javier Pérez Renovales, la Abogada General del Estado y Directora del Servicio Jurídico, Marta Silva, el presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique.

RESOLUTIVA CON EL ‘PRESTIGE'

Nacida en 1971, Soraya Saénz de Santamaría, hace ya muchos años que dejó de ser una ‘muchachita de Valladolid' como la obra teatral de Calvo Sotelo, dado que nació a orillas del Pisuerga. Abogada del Estado, no ha dejado de crecer a la sombra de Mariano Rajoy desde que en el año 2000 tras entrevistarse con el entonces jefe del gabinete de Rajoy como vicepresidente, Francisco Villar, comenzó a trabajar en La Moncloa como funcionaria y lidió con notable alto y con auténtico carácter ejecutivo asuntos tan complicados como el de las ‘vacas locas' y sobre todo el del ‘Prestige'.

Con un perfil mucho más técnico y profesional que gran parte de los altos cargos del PP, no sale elegida diputada ocupando el puesto número 19 de la lista por Madrid en 2004, pero finalmente logra entrar en el Congreso ese mismo año cuando Rodrigo Rato lo abandona para irse de gerente al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Desde entonces no deja de escalar posiciones en el Partido Popular, siempre a un paso de su líder Mariano Rajoy y en cierta forma se convierte en su "alter ego" parlamentario desde posiciones de dureza y choque frontal con el entonces presidente del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

TRASPASO DE PODERES Y TELEGENIA

Tras la victoria electoral de Rajoy, es la encargada de algo tan delicado como el traspaso de poderes, que desarrolla sin problemas esquivando todas las aristas, y asume la única vicepresidencia del Gobierno, unida al Ministerio de Presidencia y a la Portavocía del Ejecutivo, lo que pone en evidencia su fuerte peso político.

Con una gran telegenia, aseguran los expertos en comunicación, y sobre todo un amplio conocimiento de los asuntos, sus colaboradores dicen que estudia las horas que haga falta para dominarlos, se ha convertido desde entonces cada viernes en la cara del Gobierno reformista de Rajoy ante todos los ciudadanos españoles.

UN EQUIPO MUY COHESIONADO

Tiene uno de los equipos más cohesionados del actual Gobierno, con Javier Pérez Renovales, como subsecretario tras dejar un alto cargo mucho más remunerado en el Banco Santander, o Carmen Martínez Castro con la política informativa. Así como competencias tan importantes como las relaciones con las Cortes o con las delegaciones del Gobierno en las CC.AA. y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Patrimonio Nacional, el CIS, el BOE o el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Pese a las dificultades del cargo, ha llegado a sufrir un escrache dirigido por el secretagio general del PP en tiempos de Manuel Fraga, Jorge Verstrynge, ha mantenido intacta su imagen en el año y pico de gobierno, según expertos en comunicación, que añaden que es posible que no haya tenido grandes aciertos mediáticos, pero tampoco ha tenido errores, lo que en una posición como la que ocupa, es más que destacable y sumamente positivo.

Soraya Sáenz de Santamaría nunca se ha caracterizado por asemejarsea al prototipo tradicional de afiliada al PP pese a ser una funcionaria cualificada de clase media, dicen las fuentes. De hecho, está casada por lo civil y todavía hay muchos en el partido que recuerdan un reportaje bastante ‘sexy' que se hizo en ‘El Magazine' cuando el Partido Popular todavía estaba en la oposición.