El informe destaca que los programas puestos en marcha, como los planes de ajuste fiscal de algunos países de Europa o del Banco Central Europeo (BCE) para favorecer la liquidez, han sido efectivos para evitar una espiral de desconfianza, pero advierte de que "todavía no se puede afirmar que las tensiones se hayan reducido de forma sustancial".
En este sentido, recuerda que la crisis en este mercado ha tenido un impacto sustancial en los mercados financieros internacionales, especialmente en el segundo trimestre, con caídas intensas en la renta variable e incrementos sustanciales en los diferenciales de la deuda publica, así como en la deuda privada.
En este sentido, el informe subraya que hay varios elementos que resultan necesarios para "anclar" convenientemente las expectativas de los agentes, como acometer planes de ajuste fiscal "creíbles, sólidos y equilibrados" para reconducir las finanzas públicas hacia la senda de la sostenibilidad, así como reformas estructurales necesarias para elevar el crecimiento potencial.
Asimismo, destaca la necesidad de seguir avanzando en la transparencia, en la elaboración de una nueva regulación prudencial y culminar procesos de saneamiento y reestructuración de las entidades que presenten dificultades.
En el caso de España, los inversores han recuperado cierta confianza en la economía española tras el paquete de medidas de consolidación fiscal aprobado recientemente junto con los pasos dados para reformar el mercado de trabajo y el sistema financiero.
No obstante, el informe señala que el sistema financiero mantiene una "cierta dosis de complejidad", ya que a las dificultades que plantea una actividad económica débil en términos de volumen de negocio para las entidades de crédito y de deterioro de activos, se ha añadido un cierto endurecimiento de las condiciones de financiación.
En cuanto a la deuda privada, el informe señala que en los últimos meses se ha dado una relación muy estrecha entre los incrementos registrados por las primas de riesgo de crédito soberano y los observados en el sector financiero en Europa.
En este sentido, también resalta que el conjunto de medidas de apoyo adoptadas por los gobiernos a favor de los sistemas financieros a dado lugar a un cierto trasvase de riesgos desde el sector financiero hasta el sector público, mientras que la tenencia de títulos de deuda pública europea por parte de los bancos sugiere que el anterior trasvase de riesgos "ha podido invertir su sentido durante los últimos meses".
CAÍDA DE EMISIONES DE BONOS Y PAGARÉS
Las turbulencias en los mercados de deuda soberana tuvieron su reflejo en las condiciones de financiación del sector privado. En el caso de las entidades financieras domésticas, el importe de las emisiones brutas de renta fija hasta el 15 de septiembre ha descendido desde 288.000 millones de euros en 2009 hasta los 155.000 millones en 2010, como consecuencia de la notable caída de las emisiones de pagarés, de bonos (con o sin aval) y, en menor medida, de las titulizaciones.
Tampoco se ha realizado ninguna emisión de participaciones preferentes y sólo la emisión de cédulas hipotecarias se sitúa en niveles relativamente similares a los de 2009. La fuente de financiación que más ha incrementado su importancia en términos absolutos y relativos está relacionada con el recurso de las entidades a la financiación ofrecida por el Eurosistema.
El volumen total de emisiones de deuda en los mercados internacionales entre enero y septiembre ascendió a 4,7 billones de dólares, lo que supone un descenso del 3,5% respecto al mismo periodo de 2009.
El descenso tuvo su origen en la fuerte caída de las emisiones de instrumentos de deuda de alta calidad crediticia efectuadas por entidades financieras radicadas en Europa, mientras que las fuertes necesidades de financiación del sector publico dio lugar a un nuevo incremento de las emisiones de deuda soberana (+7,2%), hasta alcanzar 2,9 billones de dólares.
Las emisiones de otros instrumentos de renta fija como las titulizaciones o lo bonos de calidad crediticia reducida también mostraron avances respecto a las cifras del mismo periodo de 2009. En concreto, hasta los 217.000 millones de dólares entre 2009 y 2010 en el caso de las titulizaciones y hasta 133.000 millones de dólares en el caso de los bonos.
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