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MADRID. Las declaraciones del ex presidente el Gobierno, José María Aznar, criticando al Gobierno de Mariano Rajoy, han tenido la virtualidad de cohesionar al Ejecutivo y al PP en un momento de máxima tensión como el actual, según han asegurado fuentes populares y del Gobierno a este diario. Lo que también se desprende de las numerosas declaraciones de respuesta hechas por altos cargos de esta formación política.

Las mismas fuentes aseguran que su análisis es que "Aznar está solo y nadie ha dado ni dará en este momento un paso al frente para seguirle" y que el único eco que ha encontrado ha sido el de una parte de las bases más radicales del partido y quizás algunos de los descontentos barones autonómicos, centrados ahora en la pelea de la financiación.

También se espera en el PP que su cada vez mayor "verso suelto", Esperanza Aguirre, que no deja de crear permanentes problemas a su sucesor, Ignacio González, se sume a las tesis de Aznar en cualquier momento. No en vano el ex presidente la ha dado aire en su reciente polémica con Montoro sobre los impuestos.

HEMEROTECA SOBRE EL REGRESO

Añaden, que además el discurso de Aznar sobre su posible regreso a la política activa realmente no ha variado en los últimos años y que esas frase de que "si España o mi partido me necesitan, allí estaré" nunca le han abandonado. Es más, aseguran disponer de bastante hemeroteca para demostrarlo.

Lo que ha sucedido, creen, es que la entrevista de Gloria Lomana en Antena 3, bien realizada, estuvo muy publicitada por la cadena y fue en "prime time". Además, realmente hacía bastante tiempo que Aznar no valoraba la situación política, desde la presentación de su libro de memorias, en la que también "se largó unas declaraciones duras" que descolocaron a todos los presentes, que no sabían hacía donde mirar, entre ellos, al propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

LA DE ZAPATERO FUE PEOR HERENCIA

Hay altos cargos del Partido Popular y del Gobierno que consideran que el discurso de Aznar contradice el patriotismo que dice representar, ya que en momentos de crisis como los actuales, hay que cerrar filas en lugar de abrirlas. Y hasta han recordado que dado que hay varios Aznar en la memoria colectiva de los españoles, que el de la entrevista es claramente el de su segunda legislatura, más crispado y tenso.

Aseguran que no hace falta que el presidente tenga que estar a todas horas reivindicando su legado, que todos en el partido lo reconocen. Pero que son otros tiempos, y que la situación heredada por Rajoy de Rodríguez Zapatero ha sido mucho más explosiva que la que le dejó González a Aznar.

RECOGEN EL SENTIR DEL PARTIDO POPULAR

Otras fuentes próximas al presidente de Faes, que por supuesto han celebrado sus declaraciones, explican que éstas recogen el sentimiento de las bases electorales del PP y añaden que la intención de Aznar con la entrevista, era la de responder a las permanentes acusaciones que le relacionan con el cobro de sobresueldos en su etapa al frente del partido, así como de sus relaciones con la red Gurtel.

Y vaya si el ex presidente se animó en este sentido, al asegurar que estaba muy preocupado por la complicada situación económica de un diario contra el que se ha querellado por relacionarle con estos asuntos, al punto de que teme que quizás no le puedan indemnizar.

ÉL MISMO SE CIERRA LAS PUERTAS

Con estas afirmaciones, dicen analistas políticos, el ex presidente Aznar, se ha convertido de repente en el "jefe y la esperanza de los descontentos del PP", que cada vez son más, pero al mismo tiempo se cierra las puertas que su silencio le mantenían abiertas para ser alguna vez alternativa real de poder en el PP.

"Ha forzado un debate -aseguran- que ahora no está en el partido ni en el Gobierno y que se no abrirá, ya que sólo beneficia a la oposición" añaden.

Sin embargo, consideran que pese a la conmoción inicial del tono de sus respuestas más que de sus palabras, Aznar no ha encontrado eco y nadie importante del partido ni del Gobierno ha cogido el testigo de sus reflexiones, aunque muchos altos cargos populares cambiaron sus agendas para no encontrarse con la prensa. No obstante, las críticas a Aznar, en distinto grado, fueron la tónica general desde todas las esferas de poder popular, siendo el más agresivo el ministro de Hacienda, al que el ex presidente apuntó como responsable de no bajar los impuestos.

Cristóbal Montoro declaró que "las añoranzas para otro día" y reiteró la imposibilidad de reducir los impuestos con la actual coyuntura económica". De hecho, el PP recordaba que el primer Gobierno de Aznar no bajó los impuestos inmediatamente, y que espero a equilibrar las cuentas públicas para hacerlo, exactamente lo mismo que está intentando hacer Rajoy

RAJOY,  SERENO PERO TOCADO

El silencio de Rajoy, acosado todo el día en su visita a Bruselas por los periodistas para que respondiera a quién le eligió como sucesor, realmente fue de lo más sonado. Apenas dijo un lacónico "no voy a cambiar el rumbo de mi política y no insistan, no tengo la costumbre de comentar las declaraciones de ex presidentes y menos del Sr. Aznar", lo que bien visto es una respuesta en sí mismo.

No obstante y pese a su determinación, las fuentes consultadas creen que Rajoy está tocado, sobre todo personalmente, por las afirmaciones de Aznar, en las que éste ni siquiera se ratificó en su decisión de haberle nombrado sucesor.

LOS JARRONES CHINOS DE FELIPE GÓNZALEZ

Muchos en el PP recordaban las famosas declaraciones de Felipe González de que dijo que los ex presidentes del Gobierno son como jarrones chinos en casas pequeñas, es decir, que estorban en todos los sitios.

Pero sobre todo, recordaban otras en las que González dijo que en momentos de calma es cuando hay que hacer los debates, y en los de tormenta cuando hay que cerrar filas con el partido.