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Manuel Illueca: "Si el sector público sigue pidiendo fondos, el crédito no llegará a las pymes"

MARÍA COSTA. 13/05/2013

VALENCIA. Manuel Illueca (Valencia, 1970), es profesor de Finanzas y Contabilidad de la Universidad Jaime I, investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y colaborador en ValenciaPlaza.com con tribunas de opinión donde plasma las dos caras de cualquier situación económica y social que atravesamos. Para él la moneda siempre cae en cara, aunque todavía no ha visto ninguna cara sin cruz. Optimista de corazón, prefiere lo público a lo privado, sobre todo en materia sanitaria y por experiencia.

Su reflexión es que si las cosas están bien no tiene mucho sentido cambiarlas. Por otro lado no comprende por qué el Gobierno aplica medidas de alto coste electoral que no mejoran los datos económicos. Y está convencido que la reforma de la Administración y de la Generalitat forman parte de un programa económico de futuro ineludible. Sigue jugando al futbol con los compañeros del colegio, lee hasta saciarse y se considera una persona casera, feliz, a la que le encanta vivir la ciudad.

-¿Cómo se ve desde el IVIE la economía valenciana?
-Muy complicada. Las perspectivas recuerdan a una L, es decir a una situación que resultará difícil revertir. Pasar de una economía de baja productividad, centrada en el ladrillo y poco intensiva en I+D a otra, es costoso. Va a costar mucho digerirlo, por eso es absolutamente necesario comprar tiempo.

-¿Se veía venir?
-Se observaba una elevada concentración de riesgo en el sistema financiero español en torno al ladrillo y una caída paulatina de la productividad, pero no la intensidad con la que la estamos viviendo. El Ivie avisó tanto sobre los excesos en el precio de la vivienda como sobre las prácticas en las cajas de ahorro

-Sus informes no son vinculantes. ¿No le genera frustración?
-La verdad es que cuando leo los informes sobre la financiación autonómica sí que siento una gran frustración al ver cómo es posible que después de 20 años la Comunidad Valenciana siga discriminada en renta per cápita.

-¿Para salir de la L hay que cambiar de políticas?
-De entrada hay que dejar funcionar el mecanismo de estabilizadores automáticos. Reconocer que cuando hay crisis hay déficit. Y que costará muchos años recuperar los niveles de estabilidad que teníamos antes de la crisis. Partiendo de ahí, hay que rediseñar y redimensionar el Estado hacía el tamaño de la nueva economía. Porque ese tránsito supone cerrar cosas que son inviables, para que puedan abrirse las viables. Las inviables no solo están en el sector privado, sino también en el sector público que tendrá que revisarse, ya que de lo contrario drenarán el crédito que necesitan las actividades pujantes. Esto es, el empresario privado tiene muy difícil competir con el público para captar fondos. Y lo estamos viendo. Si el sector público sigue demandando fondos, el crédito no llegará a las pymes.

-¿El crédito podrá ir por delante de la recuperación?
-No. Más bien al revés. Las empresas con buenos niveles de exportación que lo están haciendo bien, sí están accediendo al crédito. El resto, no. Hay que tener en cuenta que el sector bancario tiene una tasa de morosidad declarada en torno al 12%. Por eso es normal que la banca tenga dudas a la hora de prestar.

-Volvamos a las políticas económicas, ¿qué opina sobre la bajada de impuestos anunciada para el año electoral?
-La verdad es que estamos esperando políticas de oferta con más calado en sectores clave para la economía española. Se necesitan políticas con las que los ciudadanos vean mejoría. Sabemos que el crédito no llega a todas las empresas, el mercado de trabajo está paralizado, lo que está pasando en educación es preocupante, etcétera. El Gobierno aplica medidas de alto coste electoral para no mejorar los resultados. Esto no se entiende.

-¿Se entiende mejor lo que está pasando en Extremadura?
-Lo de Monago no lo comparto. Si cogemos las cifras de ingresos que le proporciona el modelo de financiación autonómico, observamos que están recibiendo más de 300 euros per cápita que la Comunidad Valenciana. Con este dato ya es entendible que se puedan bajar impuestos.

-¿Hay más autonomías con estos privilegios per cápita?
-Sí, Castilla la Mancha o Cantabria. En el primer caso ya se ha visto que no lo han hecho bien. El problema al final es tan sencillo como aplicar la máxima tanto tengo tanto gasto.

-¿Una política de pactos costaría dinero?
-Lo que dudo es que se hagan. Los pactos de la Moncloa ofrecieron a cambio de una moderación salarial importante, una expansión del gasto social. Hoy el PP no puede ofrecer eso. Veo improbable que se produzcan y si se hicieran beneficiaría a los partidos minoritarios.

-¿Socialmente serían interesantes?
-Posiblemente, pero desde la perspectiva de los partidos no se ve que el PP obtenga una buena contrapartida con ello. Sin embargo en este momento sería recomendable integrar a cuántas más voces fueran posibles en torno a una serie de decisiones dolorosas. Esto permitiría sobrellevar mejor la nueva etapa y ver que si no lo hacemos nos jugamos el futuro de la próxima generación.

-Hablando de generaciones ¿podemos con más recortes en educación?
-Es muy doloroso ver a tus alumnos, con una estupenda formación y preparación, tener que emigrar obligatoriamente porque aquí no hay trabajo. La emigración no es negativa, pero seguramente no era esa la idea que los estudiantes tenían cuando empezaron la carrera. Soy optimista y creo que muchos de ellos volverán y serán los que ayuden a que este país cambie en la dirección adecuada. Respecto a los recortes veo improbable que no se hagan. Tenemos un déficit del 7% sin contar la intervención bancaria. Hablamos de unos objetivos para España, que aunque se están posponiendo porque nos dan dos años más de margen, tienen que converger a un 3% de déficit. No creo que la economía española repunte tanto.

-¿Las soluciones se conocen?
-Políticas de oferta, una relajación de los recortes acompasados en el tiempo para poder asumirlos y que el crédito financie los nuevos sectores productivos emergentes y de exportación. Todo lo que sea entorpecer esto lastrará nuestro desarrollo y generará problemas.

-Si se sabe, ¿a qué esperamos?
-No lo sé. Se siguen identificando aquellas partes del sector público que no son productivas.

-¿Hablamos de diputaciones, Senado, asociaciones, fundaciones, etc?
-Sí. Asociamos a los recortes una vertiente negativa, pero son pura eficiencia. No se puede invertir en cosas que no generan bienestar a la ciudadanía, ni son útiles.

-Hay muchas personas que trabajan en esos organismos...
-Pero subvencionar puestos de trabajo que no redundan en una mejora del bienestar no es algo que nos podemos permitir. La reforma de la Administración y de la Generalitat forma parte de un programa económico de futuro y es la prioridad número uno. Un ejemplo. La Generalitat se creó en los años 80. Desde entonces ¿qué reformas de calado se han realizado? Recibimos subvenciones de la UE, pero no tenemos presencia allí como lobby para, por ejemplo, beneficiarnos del corredor mediterráneo.

-Esto me suena, ¿no sería abrir más oficinas y por tanto generar más gasto? Hay buenos eurodiputados valencianos...
-Bueno. Lo cierto es que tenemos una Generalitat Valenciana muy anclada en lo que fue y sobredimensionada.

-¿Sabemos lo que nos cuesta al mes mantener, sueldos, oficinas, luz, agua, seguros, alquileres, etcétera?
-No me consta. Podemos tener una aproximación sobre todo de los paquetes descentralizados como la sanidad y la educación.

-¿Qué les diría a todas las personas que no quieren el estado autonómico y solo lo ven como un gasto sin fondo?
-Es una idea muy extendida, pero supone no entender hasta qué punto una Generalitat bien gestionada, ordenada y estructurada puede convertirse en una palanca de desarrollo.

-¿Para privatizar servicios, como la sanidad?
-Hay experiencias de distinto tipo. Personalmente no soy partidario de privatizar algo que funciona. No hay estudios que avalen la mayor eficiencia de lo privado frente a lo público. La sanidad española es una de las mejores del mundo, es un modelo de excelencia por lo que no se entiende que se cambien las cosas que funcionan.

-¿Lo dice por experiencia?
-Sí. La experiencia es la que nos sirve para valorar lo que está bien de lo que no. Somos seres humanos. A mi hija, con dos años, le detectaron una enfermedad. En la sanidad privada la persona que la atendió temía contagiarse por estar embarazada. Nos la tuvimos que llevar a la pública. Tres personas se fueron turnando cada día durante ocho horas. Una de ellas cada noche, y durante dos meses, le leyó cuentos e hizo reír. ¿Cómo podía haber pagado algo así? Insisto, si algo está bien, no hay porqué cambiarlo.

-¿Cómo lleva participar en el programa económico delm PSPV?
-No participo en ningún grupo en el PSOE que esté diseñando esta propuesta. Ahora, si me preguntan si me interesa participar en la generación de un consenso respecto a lo que hay que hacer, ¡cómo no! En este momento pese a lo mal que se habla de la política la solución de todo lo que pasa es política.

-¿Qué le parece la intervención de la UE rechazando tocar los fondos de la banca para otras cuestiones de Estado?
-Una intromisión en temas que no le competen. La decisión de qué hacer o no la tiene que hacer el Gobierno, pero lo que no puede la UE es responder a una propuesta que sale de un partido político de un país miembro.

-También se dice que si dejáramos caer la banca esto podría ser una debacle. Si desaparecieran los políticos ¿qué pasaría?
-Bélgica ha estado sin gobierno bastante tiempo y no ha pasado nada. A lo mejor hasta es saludable. Hay que recuperar el noble arte de la política y la honestidad de hablar con claridad a la gente, de ser transparentes con los programas electorales, etcétera. Si uno no va a poder hacer milagros, uno no debe prometerlos.

-¿Qué opina de las encuestas que anuncian un tripartito en la Comunidad en las próximas elecciones?
-A dos años vista es un poco pronto. El resultado de la encuesta es fruto de una abstención tremenda y por eso muchos lo dan por hecho. Sin embargo dudo que dicha abstención sea real. Lo que está claro es que las mayorías absolutas tienen los días contados y la regeneración política es recomendable.

-¿Cree que los recortes realizados por el Gobierno valenciano durante estos dos años en la administración son suficientes?
-Falta un programa de actuación claro con objetivos y estrategias. La Generalidad Valenciana o es una palanca de desarrollo para los valencianos o no será. Asistimos de manera impasible a la muerte de la Generalidad Valenciana y además por inanición social. A nadie le preocupa este tema.

-¿Y la Universidad? ¿Está tan necesitada de una reforma a fondo como algunos opinan?
-Yo no diría tanto. Creo sinceramente que ha mejorado mucho en los últimos años, si bien los recortes y, sobre todo, la falta de perspectivas para los jóvenes investigadores podrían arruinar buena parte del trabajo realizado.

-Pero algo habrá que no sea correcto, ¿no?
-Como en otros muchos servicios públicos se ha dimensionado la oferta en función de la recaudación tributaria preburbuja. Es necesario racionalizar el mapa de titulaciones.

-Pero, ¿y los profesores, o el personal no docente o la propia megaestructura de edificios, por no hablar del puede que elevado número de universidades?
-La Universidad es muy diversa. Yo tengo una opinión formada sobre la docencia y la investigación en economía, pero me falta perspectiva para valorar las necesidades del profesorado en áreas que me son ajenas. Dejaría las reformas en manos de personas que compiten internacionalmente desde España y conocen la realidad de nuestra universidad por dentro. Yo, por mi parte, me limito a hacer mi trabajo lo mejor posible. En ese sentido, hemos sabido recientemente que el grado en Finanzas y Contabilidad de la Universitat Jaume I es uno de los cuatro mejores de España. Todavía no me lo creo...

-Hablemos de sus aficiones: el fútbol...
-Vaya por delante que yo soy granota.

-Pero uste opina sobre la economía del Valencia CF...
-Cuando lo hago me pongo la camiseta de economista, ¡que conste!

-¿Tiene solución el problema o no?
-El Valencia CF es un gran club, salió de una crisis que parecía terminal y volverá a hacerlo ahora, no le quepa duda. En este sentido, los pasos que está dando el nuevo patronato son los adecuados. El club no puede estar en mejores manos.

-¿La solución pasa por su venta?
-Hoy por hoy será difícil encontrar un comprador solvente, dada la situación del club. El valencianismo tendrá que resolver el problema con sus propios medios. Y, una vez encauzado el problema, deberá decidir qué modelo de club es el adecuado.

-No me ha contestado...
-No creo que la experiencia negativa de estos últimos años pueda achacarse al modelo de sociedad anónima deportiva (SAD). Con las estructuras previas a la Ley del Deporte de 1990, el endeudamiento de los clubes sería muy similar al actual o incluso mayor. De hecho, el Valencia CF nunca adoptó las pautas de funcionamiento propias de una SAD. Yo no renunciaría de entrada a la venta.

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1 comentario

Boro Inot de las Marismas escribió
13/05/2013 08:24

Vale, la Generalidad Valenciana está sobredimensionada, sobran políticos, diputaciones,senado, asociaciones, fundaciones: no se puede invertir en cosas que no generan bienestar a la ciudadanía, ni son útiles, la sanidad mejor pública,...; perfecto,.... hasta que llegamos a la Universidad....ahí ya cambiamos, ahí con "racionalizar el mapa de titulaciones" basta. ¿Y el engendro mutante del IVIE? ¿dónde lo colocamos?: ¿en el grupo de las diputaciones, senado, asociaciones, fundaciones, departamentos, estudis generals, empresas públicas, medio propio con subcontratistas funcionariales, ... o en el de las "universidades"?.

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