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MADRID. Los dos grandes partidos llevan semanas propagando la necesidad de reeditar pactos de Estado sobre asuntos prioritarios para la sociedad española como empleo, pensiones o reforma de las administraciones, entre otros. Sin embargo, tal como explican analistas políticos, parece más un juego de trileros haciendo marketing político que propuestas realmente serias.

Hasta el Rey se ha sumado en cierta forma a este juego perverso que tiene perplejos a los empresarios y a los ciudadanos y todos ellos acaban de dar un suspenso antológico a los partidos políticos que nos gobiernan en la última encuesta del CIS.

El varapalo dado por la Comisión Europea al avance de planes lanzado por Rubalcaba, que seguro que le pasará factura internamente, así como las matizaciones de Rajoy y Cospedal a negociar acuerdos con el PSOE que supongan volver a las políticas que han agudizado la crisis económica, no son buenos presagios para la cita de mañana del presidente del Gobierno en el Congreso.

Mañana miércoles, Rajoy tiene que explicar en el Parlamento sus reformas y tendrá una oportunidad de oro para intentar un acercamiento con el PSOE y el resto de partidos políticos, pero los presagios por ahora no son nada buenos, por lo menos en lo que se refiere a los aspectos políticos.

CUMBRE CON EMPRESARIOS Y SINDICATOS

Otra cosa son los económicos. De hecho, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantendrá un encuentro público, una especie de cumbre, el próximo 16 de mayo con representantes de CEOE y Cepyme y de los sindicatos para abordar la situación económica y "aspectos importantes pendientes de negociación", aunque no ha querido encuadrar esta reunión en la búsqueda de un gran pacto nacional.

Según avanzó tras el último Consejo de Ministros la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el jefe del Ejecutivo aprovechará su comparecencia en el Congreso de mañana para conocer las opiniones y propuestas del PSOE y el resto de las fuerzas políticas de cara a su posterior encuentro con empresarios y sindicatos.

Por el momento, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy ha reiterado a todos los barones de su partido en el Comité Ejecutivo Nacional que está abierto a buscar acuerdos con el PSOE para salir de la crisis, pero no para ir a políticas que no funcionaron en el pasado, que a su juicio, son las que permanentemente está proponiendo el principal partido de la oposición.

CRÍTICAS AL PSOE POR NO APOYAR LAS REFORMAS

Durante su intervención a puerta cerrada, ante la plana mayor del PP, Rajoy ha aprovechado para recriminar al PSOE que en el Congreso haya votado en contra de importantes reformas impulsadas por su Ejecutivo en este año y medio, y ha insistido en que sería bueno que el primer partido de la oposición hubiese apoyado algunas reformas en aras de un posible consenso.

Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, repitió en posterior rueda de prensa el mismo mensaje y añadió que "no es fácil" llegar a acuerdos con el Partido Socialista cuando esta formación va a acudir a la cumbre que ha convocado en Cataluña el presidente de la Generalitat, Artur Mas, sobre el derecho a decidir. Es más, ha criticado que dentro del primer partido de la oposición no haya ni siquiera en estos momentos un cierto consenso en relación con el modelo de Estado.

En resumidas cuentas, Rajoy dijo a puerta cerrada estar abierto para alcanzar acuerdos con el PSOE y Cospedal añadió, que no para volver a políticas que no funcionaron y que han llevado a España a la actual situación.

CLAMOR POPULAR SOBRE UNA HOJA DE RUTA

Hace un par de semanas que España vive una especie de clamor popular sobre la necesidad de que los partidos políticos alcancen pactos nacionales sobre materias tan importantes como el empleo, las pensiones, la reforma de las administraciones y la economía o sencillamente sobre como reconducir la crisis económica.

Sobre todo los empresarios, en distintos foros, como la pasada semana el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) claman ahora más que nunca en la necesidad de que la clase política sea capaz de cerrar pactos de Estado de carácter nacional que puedan servir como hojas de ruta para resolver cuanto antes la crisis. El presidente del IEF, José Manuel Entrecanales no se lo pudo decir más claro a Rajoy la pasada semana. Y los sindicatos, a su manera, también se han referido a ello en las recientes manifestaciones del Uno de Mayo.

El líder de UDC y portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán Lleida, ha pedido también que se firme ya un pacto de Estado contra el paro entre el PP y el PSOE y los partidos centrales como CiU para hacer frente a la crisis.

El democristiano ha señalado que se siente con autoridad moral para reclamarlo porque ya lo sugirió en 2008 y señaló que los españoles ya han dado muestras suficientes de paciencia en estos años. "Sin ella, el apoyo familiar y la economía sumergida, ya se habría producido el estallido social", asegura.

El líder de Unió opina que en España es necesario un pacto de Estado "al menos con las fuerzas políticas centrales del Parlamento" porque, si no, no se logrará dar un vuelco a la actual recesión. Para lograrlo, dice, el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, debería convocar de una vez por todas a los representantes de la oposición.

TAMBIÉN EL REY

Y hasta el propio Rey ha dejado caer la necesidad de que los dos grandes partidos abandonen las luchas partidistas y se pongan cuanto antes a trabajar por un pacto de Estado sobre el empleo que él mismo lideraría, aunque luego la Casa del Rey ha dado un poco marcha atrás y ha sido menos explícita que en un principio.

Además todos los ‘versos sueltos' de cada uno de los grandes partidos empiezan a lanzar mensajes similares. En el caso del PSOE la exministra Carme Chacón abriendo también un cisma en el PSC, y en el del PP, el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, que se ha despachado una tribuna en ‘El País' proponiendo la reedicción de los Pactos de la Moncloa cuanto antes.

‘VERSOS SUELTOS' DE PP Y PSOE

Monago asegura que "los acontecimientos de orden político, social y económico que se suceden en nuestra nación desde hace más de 10 años han alcanzado una velocidad de crucero tan vertiginosa que no queda ya nadie en España que no presienta la necesidad de un tiempo nuevo. El fin de ciclo es un hecho", para después añadir que cree que "los mecanismos y los agentes que marcan la orientación general del país deben ser sometidos a una revisión profunda".

Y ha puntualizado que se refiere a administraciones, instituciones, partidos políticos y grandes organizaciones sociales. "Estoy plenamente convencido, y de hecho fui el primer dirigente del Partido Popular en pronunciarme en dicho sentido hace ahora exactamente un año y en este mismo periódico, en que esa revisión pasa por un gran pacto nacional, un pacto de estado al estilo de los Pactos de La Moncloa de 1977".

También la expresidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, y hoy empleada de la firma de ‘cazatalentos' catalana Seeliger y Conde y quizás el más claro exponente de ‘verso suelto' del PP, empeñada en socavar la autoridad de Rajoy cada día (ayer lo hizo otra vez en el Comité Ejecutivo nacional), ha pedido públicamente al Gobierno que cumpla su programa y baje los impuestos si no quiere despeñarse en algo más que las encuestas y ha reiterado que la Comunidad de Madrid ha sido siempre pionera en las rebajas impositivas a los ciudadanos.

REEDITAR LOS PACTOS DE LA MONCLOA

Cada vez se habla más de reeditar los famosos Pactos de la Moncloa de 1977 en los que la mayor parte de fuerzas políticas, empresariales y hasta sindicales fueron capaces bajo la batuta del entonces ministro de Economía y Hacienda de UCD, Enrique Fuentes Quintana, de alcanzar unos acuerdos que permitieron sanear la economía y reducir una inflación galopante que parecía no tener fin.

Se recuerda ahora más que nunca que el espíritu de esos pactos ha durado muchos años, ya que fueron una especie de consenso que se prolongó en el tiempo entre personalidades políticas tan diferentes como Adolfo Suárez, Felipe González, Santiago Carrilo, Enrique Tierno Galván, Miguel Roca y hasta un Manuel Fraga que fiel a sus costumbres no suscribió los acuerdos políticos de esos pactos pero sí los económicos.

Las últimas encuestas del CIS de la pasada semana ponen de manifiesto además que la actual clase política se está jugando su propio futuro en estos momentos, aseguran las fuentes, dado el fuerte rechazo de la mayoría de los españoles a su gestión, lo que también se extiende a otras instituciones como la propia Monarquía, más que deteriorada por el caso Urdagarín pero también por las entrevistas y mensajes de Corinna Larsen.

CIS, FIN DEL BIPARTIDISMO

Se trata de unas encuestas que algunos están interpretando ya como el fin del bipartidismo político español instaurado desde la vuelta a la democracia de nuestro país, y que en líneas generales siempre ha dado la mayoría a los dos grandes partidos, PSOE y PP.

De hecho, los únicos partidos rentabilizan el desgaste de las grandes formaciones y que suben en intención de voto y en valoración de sus líderes, Cayo Lara y Rosa Díez, son IU y UPyD.

Las dos formaciones mayoritarias, Partido Popular y Partido Socialista sufren la erosión de su gestión de la crisis económica y los escándalos de corrupción que afectan a la clase política y continúan perdiendo el apoyo de los ciudadanos, que hartos de sufrir la crisis económica están dando cada vez más la espalda a la clase política, aseguran los analistas consultados. Según los datos de la encuesta del CIS, los partidos políticos son la institución peor valorada de España, con apenas un 1,83% sobre 10.

El PP de Rajoy volvería a ganar los comicios si se celebraran ahora pero obtendría apenas un 34% de los votos, hasta 10 puntos menos que cuando alcanzó el poder. Por su parte, el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba todavía peor. En medio de un virulento debate sobre el liderazgo del partido y también afectado por escándalos, caso Blanco, por ejemplo, apenas obtendría hoy un 28,2% de los votos, por debajo del 28,7% de las últimas elecciones. Y eso que está en la oposición y se enfrenta a un Gobierno que no ha dejado de incumplir su programa electoral con subidas de impuestos, rebajas salariales a los funcionarios, reforma laboral y terroríficos casos de corrupción como el que le enfrenta con su ex tesorero, Luis Bárcenas.

Quizás por ello, además de por lo cuestionado que está internamente, Rubalcaba se ha apresurado también en lanzar una propuesta negociadora a Rajoy, pero midiendo tan mal que la propia Unión Europea le ha tenido que responder y decirle que sus planes no son posibles.

VARAPALO DE BRUSELAS A RUBALCABA

Pérez Rubalcaba adelanto el pasado domingo que propondrá al Gobierno en la comparecencia del presidente Rajoy mañana miércoles, que utilice para frenar desahucios, alargar hipotecas y mantener empleo el dinero sobrante del fondo europeo MEDE que se utilizó para sanear la banca española. Es más o menos un plan de reactivación de la economía y de creación de empleo con propuestas para facilitar el crédito al sector privado, estímulos para la creación de empleo a corto plazo, una reforma fiscal y también varias iniciativas para la lucha contra la pobreza.

Sin embargo, la Comisión Europea apenas ha tardado un día en responder al dirigente socialista y le ha dicho que el dinero sobrante del rescate bancario concedido a España por el Eurogrupo (alrededor de 60.000 millones de euros) no puede utilizarse para inversiones como el plan de empleo y lucha contra los desahucios propuesto por el secretario general del PSOE.

El MEDE no está concebido para este tipo de inversiones, insisten las fuentes consultadas, que subrayan que las reglas de funcionamiento del fondo de rescate no prevén ayudas específicas para el empleo o para frenar desahucios. Los instrumentos de ayuda por parte del MEDE incluyen únicamente el rescate completo de un Estado miembro, como los de Grecia, Portugal, Irlanda o Chipre; el programa específico para los bancos, como el de España; la línea de crédito preventiva o el programa de compra de bonos.

Tampoco parecía de entrada la mejor idea para ofrecer a un Gobierno que mantiene que su principal activo es no haber pedido un rescate a Bruselas, dicen las fuentes. Como se recordará, el Eurogrupo autorizó hace casi un año un rescate de hasta 100.000 millones de euros para los bancos españoles. De esta cantidad, España ha utilizado 40.000 millones para recapitalizaciones y para el banco malo (Sareb).

De hecho, Rajoy, explicó ayer tras reunirse con el primer ministro italiano, Enrico Letta en La Moncloa, que financiar el plan del PSOE con 30.000 millones del rescate bancario para créditos obligaría a España a someterse a las condiciones de los países rescatados. "Eso supone un cambio en la condicionalidad macroeconómica. El hecho de pedir recursos impone obligaciones a nuestro sector financiero y sería parecido a las obligaciones que se imponen a otros países que han pedido dinero y que se conoce como rescate", ha declarado el presidente del Gobierno.

LOS CRÍTICOS DEL PSOE PASARÁN FACTURA

En definitiva, un planchazo en toda regla, aunque es seguro que Rubalcaba mantendrá el tipo como pueda, aunque internamente sus críticos, que no dejan de crecer, han debido quemar "twitter" con el patinazo de su cada vez menos carismático líder.

Y desde la trinchera enemiga lo mismo. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha considerado que las propuestas lanzadas por el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se formulan "más en clave interna de su partido, tras la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que otra cosa".